Recomendaciones generales
Se debe de tener en cuenta los factores de riesgo y aquellas personas susceptibles.
Debemos informar a los pacientes sobre las medidas preventivas generales (evitar la exposición al sol, reposo adecuado, hidratación).
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo a tener en cuenta se encuentran:
- Medicamentos: diuréticos, AINES, IECA, ARA II, Sales de litio, antiarrítmicos, digoxina, antiepilépticos, biguanidas y sulfonilureas, estatinas y fibratos, neurolépticos, serotoninérgicos, anticolinérgicos (antiparkinsoniano, antidepresivos tricíclicos), vasoconstrictores, betabloqueantes, hormonas tiroideas, antihipertensivos, antianginosos.
- Edad: lactantes, ancianos.
- Medio: temperaturas elevadas, humedad ambiental.
- Enfermedades crónicas: DM, Insuficiencia cardiaca, dermopatías, EPOC, Insuficiencia renal, lesiones medulares.
- Ocupación: deportistas , trabajadores con gran esfuerzo físico.
- Etilismo agudo o crónico.
- Ingesta hídrica insuficiente.
- Psicopatías.
Urgencias producidas por calor. Cuadros clínicos
Los cuadros clínicos que podemos encontrar son:
• Calambres por calor (déficit de sodio y/o agua, “deshidratación”)
Se suelen producir en personas jóvenes que realizan ejercicio físico intenso y que reponen las pérdidas por sudoración exclusivamente con líquido, sin aportar el sodio eliminado. Pueden presentar espasmos dolorosos de la musculatura estriada asociando hiponatremia aislada. La temperatura corporal es normal y no existen signos de deshidratación.
Aunque se trate de un cuadro benigno con resolución en unos minutos, puede ser el pródromo de otra patología por calor más grave. En estos casos: remitir a Urgencias y solicitar Bioquímica (glucosa, urea, iones con calcio, CPK, creatinina).
Criterios de gravedad: Na <130 mEq/l. Sintomatología muy intensa. Coexistencia de patología favorecedora de enfermedad por calor.
El tratamiento en domicilio debería ser: reposo en ambiente fresco y reposición salina oral.
• Agotamiento por calor
Es el síndrome por calor más frecuente, como consecuencia de una depleción de líquido y/o electrolitos, que conlleva hipovolemia y déficit de perfusión tisular.
La clínica es inespecífica y variada: debilidad, cefalea, vómitos, diarrea, obnubilación, hiperventilación con parestesias, tetania… La temperatura corporal suele ser normal. Los criterios de gravedad varían según la patología de base del paciente y la intensidad de la clínica.
a) En sujetos jóvenes y/o con síntomas leves es un cuadro autolimitado que no precisa ingreso.
b) Cuando exista deshidratación importante, síntomas neurológicos, o sintomatología general que no cede con rehidratación inicial, el paciente debe permanecer en observación. Se debería solicitar analítica con bioquímica: glucosa, urea, iones, creatinina, calcio, CPK. S. Orina con iones: para descartar insuficiencia renal prerrenal. EKG: descartar existencia de arritmias.
Las medidas a tener son reposo en ambiente fresco y rehidratación por vía oral. En pacientes con riesgo de mala perfusión tisular puede ser necesario el paso de 1-2 litros en las horas iniciales. Si vómitos: Metoclopramida cada 8 horas. Si cefalea: Paracetamol cada 6-8 h.
• Golpe de calor (acción citolítica directa del calor como agente físico sobre los órganos diana).
Es el cuadro más grave aunque menos frecuente. La mortalidad está en relación directa con la duración de la hipertermia, por lo que ante la mínima sospecha en un paciente con temperatura elevada y alteración del nivel de conciencia, debemos comenzar las medidas físicas de enfriamiento, sin esperar la confirmación diagnóstica.
Consiste en un fallo de los mecanismos termorreguladores que desemboca en un fracaso multiorgánico. Se produce tras exposición a temperaturas ambientales elevadas (> 32ºC), especialmente si además existe un alto grado de humedad. El cuadro consiste en la combinación de hiperpirexia (temperatura igual o mayor a 40ºC) y alteraciones neurológicas.
Para su diagnóstico hay que tener en cuenta el antecedente de exposición a temperatura elevada o ejercicio físico intenso, hipertermia ( generalmente> 40ºC rectal), pérdida repentina de conciencia, focalidad motora, anomalías pupilares, convulsiones, irritabilidad, confusión, obnubilación, coma, anhidrosis, taquicardia, shock cardiogénico, necrosis muscular en el golpe por ejercicio físico, insuficiencia renal aguda prerrenal y/o secundaria al depósito de mioglobina en el túbulo (ocurriría cuando en el golpe de calor por ejercicio existe rabdomiolisis), púrpuras, hemorragias subconjuntivales, petequias, pueden aparecer en relación con plaquetopenia, fibrinolisis y CID (Coagulación Intravascular diseminada). La afectación hepática es tardía, (1-2 días después de las alteraciones neurológicas).
La primera medida a realizar es el enfriamiento mediante medios físicos como desnudar al paciente y colocarlo en decúbito lateral y posición fetal, para aumentar la superficie de evaporación del calor. Se aplicará agua fría (esponjas, compresas, rociamiento…) por toda la superficie corporal, especialmente en ingles, axilas y tórax. Se favorecerá la aireación, a ser posible con ventiladores. Un masaje vigoroso de la piel favorece el retorno de la sangre periférica enfriada y disminuye la vasoconstricción provocada por el frío, facilitando la pérdida de calor. Otras medidas utilizadas son mantas de hipotermia, enemas fríos, lavado gástrico con suero enfriado, soluciones intravenosas preparadas a bajas temperaturas. Es muy importante no seguir con las medidas de enfriamiento una vez la temperatura alcanzada sea la citada (38- 39ºC). Además de esto se deberá mantener vía aérea permeable, sueroterapia intravenoso y traslado a hospital.
AUTORES:
Marta Noguero Pueyo. Médico de medicina familiar y comunitaria. CS Fidel Pagés. Huesca
Carlota Sarabia Martínez. Médico de medicina familiar y comunitaria. CS Aínsa
Javier Santiago Bon Ribera. Médico de medicina familiar y comunitaria. CS Barbastro
Guillermo Castaño Doste. Médico de medicina familiar y comunitaria. CS Barbastro
Blanca Cabañuz Plo. Médico de medicina familiar y comunitaria. CS Fidel Pagés Huesca
Sara Escartín Salcedo. Médico residente de Medicina familiar y comunitaria. CS Fidel Pagés Huesca.