Día mundial del Glaucoma, una patología que afecta a más de un 3% de españoles


Sociedad Española de Glaucoma (SEG) www.sociedadglaucoma.com

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La presión intraocular normal suele situarse por debajo de 21 mm de Hg. En determinadas situaciones patológicas esta puede aumentar ya sea de forma aguda o crónica. Este aumento de presión provoca el daño del nervio óptico, lo que supone la pérdida progresiva de la visión periférica. En la mayoría de los casos esta alteración es gradual e indolora por lo que muchos pacientes no la perciben hasta que es permanente e irreversible.

El glaucoma es un grupo de enfermedades que se caracterizan por producir atrofia en el nervio óptico, o sea, pérdida progresiva de la visión. El glaucoma puede afectar a los dos ojos o a uno solo. En cuanto a número de afectados, incide en los hombres un poco más que en las mujeres.

Además, la atrofia óptica se produce por diversos factores, de los que el más conocido es la acumulación de líquido interno en la parte anterior del ojo (humor acuoso), que produce presión intraocular (PIO). Existen otros factores que no están tan estudiados (circulación sanguínea, problemas nerviosos, etc.).

A QUIÉN AFECTA

El glaucoma afecta a más de un 3% de la población y es, junto con la diabetes, la principal causa evitable de ceguera en España. Afecta principalmente a personas mayores de 40 años y a aquellos con antecedentes familiares de glaucoma. También se observa una mayor incidencia de esta enfermedad en aquellos pacientes en tratamiento con corticoides.

DIAGNÓSTICO

Las revisiones que nos hacen para diagnosticar glaucoma no son dolorosas, pero sí molestas, sobre todo si no se tiene costumbre. Hay tres reconocimientos básicos para saber si se padece glaucoma:

  • Mirar el nervio óptico: el nervio óptico atrofiado por el glaucoma es muy característico.
  • Medir la presión intraocular.
  • Hacer un campo visual (campimetría), cuando las dos pruebas anteriores indican que existe glaucoma.

Para tomar la PIO hay que anestesiar un poco el globo ocular, tras lo cual queda una sensación de “acorchamiento”, que se pasa al cabo de una media hora. La prueba del campo visual requiere que el paciente esté tranquilo, que preste atención, que entienda las instrucciones. Es una prueba que requiere la participación activa del paciente. Es difícil. NO pasa nada si no se hace bien. Mucha gente no puede hacerla y no por ello se es “torpe” o “despistado”. Si el familiar no realiza bien la prueba, se hacen otras y ya está.

 

A TENER EN CUENTA SOBRE EL GLAUCOMA

En general, saber que se tiene glaucoma asusta y preocupa, pero hay que saber una serie de cosas:

  • El glaucoma no lleva irremediablemente a la ceguera. Se puede frenar, y por eso hay que actuar y no “perder los nervios”.
  • Hay muchos tipos de glaucoma y no todos se desarrollan de la misma manera; los hay lentos y rápidos o agresivos. Podemos padecer un glaucoma durante veinte años y tener una pérdida de visión muy pequeña.
  • El glaucoma grave es el que avanza muy rápidamente. En este caso, nos vemos inmersos en un complejo proceso de tratamientos, operaciones, lucha y batallas que unas veces se ganan y otras se pierden. Aquí es donde necesitamos apoyo para el afectado. También para la familia, que tiene que ser consciente de lo que pasa y poner de su parte todo lo que pueda para que la convivencia siga siendo “normal”.
  • Si el glaucoma se diagnostica cuando hay una pérdida visual grande, es más complicado afrontarlo que si la pérdida visual es pequeña. La angustia ante todo esto -el glaucoma y la falta de visión juntos- es mayor. La adaptación a la situación es peor y el apoyo externo familiar es más importante.
  • A veces se diagnostica glaucoma con enfermedades asociadas, tanto visuales como de otro tipo. Así, el glaucoma puede cursar con miopía, puede generar desprendimientos de retina o cataratas, problemas en la córnea, etc. En ocasiones, estas enfermedades visuales molestan más que el propio glaucoma, pero no hay que confiarse, porque el glaucoma es una afección visual que de por sí es grave y, a veces, como hemos visto en glaucomas agresivos, mucho.
  • También hay enfermedades que influyen en la aparición de glaucoma, como son la hipertensión arterial, la diabetes o ciertos síndromes, como el de Marfan, que son muy graves y complican el cuadro clínico y la consideración del glaucoma. Este pasa a ser “una de las múltiples cosas que se tienen”. La familia se ve aún más desbordada.

TRATAMIENTOS: COLIRIOS Y QUIRÚRGICOS

Antes de hablar de los tratamientos, debe quedar claro a los afectados y a sus familias que el glaucoma es una enfermedad crónica e irreversible. No debemos olvidar que nos enfrentamos a una patología neurodegenerativa y, como todas estas patologías, el glaucoma no tiene “marcha atrás”. Dicho con otras palabras, a día de hoy no existe tratamiento alguno que permita recuperar la visión que el glaucoma ha quitado a las personas afectadas.

Lo que sí se puede hacer – y ciertamente es muchísimo- es detener ese proceso de pérdida visual, conseguir que no vaya a más. Siempre se ataja el glaucoma bajando la presión intraocular porque, además, la PIO alta produce problemas en otras partes del ojo. Los tratamientos consisten en:

1.Colirios

  • Es lo primero que se prescribe casi siempre, salvo que haya daños muy importantes en el nervio óptico.
  • Los colirios molestan, provocan enrojecimiento e irritación y los hay con efectos secundarios. El médico debe prescribir el colirio adecuado.
  • Tienen un mes de conservación. Si se tiene el bote medio lleno cuando ha pasado un mes, hay que tirarlo. No se puede apurar.
  • El colirio se tiene que aplicar con las manos limpias. No se puede tocar el cuentagotas.
  • Las gotas se instilan en la conjuntiva, bajando el párpado inferior y sin ponerse nervioso.
  • Si el colirio se contamina y empieza a escocer o a no hacer efecto, hay que tirarlo.
  • No por echarse más gota hace más efecto. El ojo solo toma una cuarta parte de la gota que instilamos. Si nos echamos más, el ojo no la toma.
  • Poner gotas a ancianos o a niños es difícil. No hay que impacientarse.
  • Ante cualquier problema (escozor, vista borrosa, dolor, etc.), hay que decírselo al médico.

2.Quirúrgicos

Se trata de controlar la PIO, bien evitando que se produzca mucho líquido en el humor acuoso, o bien abriendo los conductos por los que se drena el líquido del ojo. Esto es así en todos los tratamientos de glaucoma. Las operaciones, según cuáles sean, pretenden alguna de estas soluciones. Aquí no vamos a hablar de los tipos de operaciones, pero sí daremos indicaciones generales, que ayudan a afrontar el proceso quirúrgico y que las familias deben conocer:

  • Las operaciones pueden salir bien o mal. La mayoría salen bien, pero hay que ser consciente del riesgo que conllevan, ni mayor ni menor que el de cualquier otra cirugía.
  • El éxito de la intervención dependerá mucho de: Cómo esté de afectado el ojo por el glaucoma. Cómo sea este glaucoma, esto es, de curso lento o agresivo. Cuántas intervenciones se hayan practicado en el ojo, porque no está igual el tejido de una persona que se ha operado mucho que el de una que no se ha operado nunca. La edad de la persona que se opera. Que existan o no otras enfermedades, tanto asociadas como no asociadas al glaucoma.
  • Una cirugía provoca tensión en el paciente y, a veces, mucha ansiedad. Si el caso es grave, si hay mucha pérdida visual o si la tensión no se regula bien, la persona puede sentir pánico. La familia también siente esta tensión y nerviosismo. Se debe afrontar el proceso con la mayor calma posible.
  • Nuestra actitud, nuestro ánimo y nuestro afán de superación pueden hacer este proceso mucho más llevadero.
  • Las relaciones familiares armónicas son fundamentales para la recuperación del afectado. Debe sentir apoyo.
  • Es fácil que durante la recuperación veamos menos; a veces no se ve casi nada el primer día si se tiene el ojo tapado. Hay que ayudar porque el paciente se siente muy impotente y no está acostumbrado. Las personas ciegas no aprenden a “funcionar” en la vida “de golpe”. Cuando falta visión de repente, todo el mundo “se echa encima”. Nadie sabe andar sin ver “de repente”.
  • Hay que seguir las indicaciones postoperatorias del médico absolutamente. De esto depende, en parte, el éxito de la intervención.
  • Si la intervención “sale mal”, no tiene por qué ser inoperancia del médico.
  • Cada ojo reacciona de una manera, cada persona es un mundo y existen factores que, en ocasiones, no son visibles para el médico y provocan problemas. A veces no se puede dominar todo.
  • Existen factores que inciden en la atrofia óptica, además de la PIO, lo que hace que aparentemente las operaciones fracasen porque la persona sigue perdiendo vista. Hay que buscar otras razones para frenar esa pérdida de visión. • Hay glaucomas especialmente agresivos, que no se frenan con una sola operación y requieren varias. El paciente se desespera, pero esto no arregla nada. “Hay que luchar hasta el final”. El papel de la familia es básico. La receta es “paciencia”.

Para más información puedes consultar la “Guía de Consejos para Familiares de Afectados por Glaucoma” https://www.sociedadglaucoma.com/wp-content/uploads/2018/04/guia_consejos_AGAF.pdf