Los rotavirus pertenecen a una familia de virus que son la causa más frecuente de diarrea aguda y vómitos en los lactantes y niños pequeños. Evitar entrar en contacto con el rotavirus es prácticamente imposible, ya que se encuentran en gran cantidad en el intestino humano y se alimentan de las heces.
Los adultos y algunos niños portan el virus sin manifestar los síntomas. Esto nos lleva al hecho de que aproximadamente el 95% de todos los niños se van a infectar en mayor o menor grado como mínimo una vez antes de cumplir los 5 años.
El rotavirus es muy contagioso. Su principal vía de contagio es la fecalidad, aunque también puede contagiarse mediante las gotitas que se emiten en la respiración. Es bastante resistente a los jabones desinfectantes y puede sobrevivir durante muchos días en elementos que previamente hemos limpiado, como pueden ser encimeras, juguetes, manos… no es de extrañar entonces que los niños que acuden a las guarderías estén más expuesto a contagiarse al estar en un ambiente en el que existe un contacto más estrecho entre ellos. La mayor frecuencia se da en los niños entre seis meses y dos años. Para infectarse inicialmente por rotavirus se necesitan solamente unas pocas partículas virales, las cuales se van multiplicando enormemente con los días, llegando a alcanzar en los infectados con síntomas a cifras de hasta un millón de millones en las heces. Los lactantes infectados ya eliminan grandes cantidades de rotavirus en las haces bastante antes de manifestar los síntomas. También pueden seguir propagando el virus uno o dos días después de que parezca que se ha recuperado. Esto nos da una idea de lo fácil que puede ser la infección por el rotavirus.
Inmunidad total
Hay que tener en cuenta que el niño podrá infectarse más de una vez antes de cumplir los 5 años, ya que existen diferentes tipos de rotavirus, y hasta esa edad no se ha producido la madurez del sistema inmunitario y los procesos pasados no han producido la inmunidad total necesaria.
Cuando la enfermedad es sintomática, se manifiesta en forma de fiebre, dolor abdominal, con episodios de vómito y diarrea acuosa que puede producirse muchas veces al día y durar muchos días. Esto puede conducir a la deshidratación por pérdida de líquidos. Una deshidratación intensa podría llegar incluso a poner en riesgo la vida del niño.
El tratamiento se basa fundamentalmente en la rehidratación oral con sueros especiales. Pero muchas veces puede ser difícil e insuficiente, por lo que será necesario el ingreso del niño en el hospital para una rehidratación intensiva. Esto nos lleva a un gasto económico sanitario muy elevado. Y por otra parte están las pérdidas de horas de trabajo de los padres que tienen que cuidar a los niños.
Últimamente han aparecido en el mercado dos tipos de vacunas contra los rotavirus. Las dos son muy eficaces ya que podemos conseguir la inmunidad del lactante contra casi todos los tipos de rotavirus antes de llegar a los seis meses de vida, que es cuando el niño tiene más riesgo de comenzar a ponerse en contacto con los virus, por lo tanto, quiero desde aquí mandar un mensaje a todas las madres para que vacunen a sus niños contra los rotavirus, pues esto redundará en una mejor salud de sus hijos.