La parálisis braquial obstétrica (PBO) se caracteriza por la pérdida de movilidad y/o sensibilidad del miembro superior motivada por una lesión mecánica del plexo braquial. Se produce por un traumatismo durante el parto, generalmente asociada a partos complicados. Presenta una incidencia de 1-2 cada 1000 nacimientos aunque en la actualidad está disminuyendo debido a una mejora de las técnicas obstétricas. La mayoría de los bebés se recuperan completamente o casi completamente.
¿Cómo se produce?
En un parto con presentación cefálica, se produce la salida de la cabeza del bebé al exterior a través del canal del parto. En algunas ocasiones, puede suceder una distocia de hombros (fallo en la salida del tronco fetal, que precisa maniobras obstétricas adicionales para la extracción de los hombros fetales, durante el parto vaginal). En este momento una tracción excesiva o incorrecta, puede provocar la lesión a nivel de los nervios periféricos. En los partos con presentación de nalgas queda atrapada la cabeza tras la salida del tronco y el cuello pudiendo ser provocado igualmente el traumatismo.
Factores de riesgo
Existen una serie de circunstancias que pueden aumentar el riesgo de una PBO como son:
• Factores maternos: Obesidad, diabetes materna o gestacional, contractura de los músculos pélvicos…
• Factores fetales: Presentación podálica, fetos macrosómicos…
• Factores obstétricos: parto instrumentado, parto prolongado, distocia de hombros…
Clínica
Los síntomas y el pronóstico de la lesión dependen de las raíces nerviosas y del número de éstas afectadas, así como, de la gravedad del traumatismo. Se puede observar la falta de movimiento en el miembro superior, ausencia del reflejo de Moro, y una disminución de agarre del lado afecto.
La PBO puede presentarse con lesiones asociadas como son la fractura de clavícula. En estos casos, hemos de diferenciar la PBO de una pseudoparálisis producida por el dolor secundario a la fractura, donde la falta de movimiento no es debida a daño en los nervios. Es posible la presencia de fractura humeral, fracturas costales, cefalohematoma, parálisis facial, luxación de cadera, síndrome de Horner, torticolis y la lesión del nervio frénico.
Podemos hacer diversas clasificaciones:
1–Según el nivel funcional: Post-ganglionar y Pre-ganglionar.
2–Según las raíces del plexo braquial afectadas:
• Duchenne-Erb. Es la más frecuente, normalmente por la lesión de C5-C6 (ocasionalmente también puede afectarse C7). La posición típica es hombro en aducción, rotación interna con extensión de codo y flexión de muñecas y dedos. Las manos y los dedos conservan el movimiento.
• Dejerine-Klumpke. Es poco frecuente. Se produce lesión de C7-C8-T1. Adoptan una flexo-supinación del codo con extensión de muñeca y dedos en garra.
• Completa. Afectación completa de la extremidad afecta con atonía e inmovilidad. Lesión de C5-C6-C7-C8-T1.
3–Según la intensidad:
• Neuropraxia. Distensión del nervio que produce una interrupción temporal de la conducción del mismo.
• Axonotmesis. Rotura del nervio manteniendo íntegra la vaina. Puede existir recuperación espontánea del nervio.
• Neurotmesis. Se produce la rotura completa del nervio y la vaina lo que imposibilita la recuperación espontánea.
Tratamiento
Inicialmente se optará por un tratamiento conservador que incluirá técnicas de tratamiento no invasivas como la fisioterapia, el uso de férulas o el uso de la toxina botulínica. Es en el ámbito de la fisioterapia donde se disponen de diferentes técnicas con las que abordar la lesión como son las movilizaciones pasivas, electro estimulación, masaje terapéutico, terapia acuática, terapia de Votja, terapia de Bobath, etc.
En el caso de no evidenciarse recuperación se recurre si existe indicación médica, al tratamiento quirúrgico.