El Museo de Navarra exhibe en la capilla del antiguo Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia la tabla renacentista del Milagro del trasplante de una pierna realizado por los santos Cosme y Damián.
El Hospital General de Nuestra Señora de la Misericordia de Pamplona, ubicado en la Cuesta de Santo Domingo, atendió las necesidades sanitarias de la población desde mediados del siglo XVI hasta 1932, cuando fue desalojado por traslado al actual Hospital de Navarra. A pesar de ello, la función sanadora del edificio de origen parece querer perpetuarse en él ya que, convertido ahora en Museo de Navarra, cumple con una de las funciones vitales de los museos: la restauración o “curación” de nuestro patrimonio cultural.
Del edificio renacentista original, tras las necesarias remodelaciones para transformarlo en museo llevadas a cabo primero en 1952 por José Yarnoz Larrosa y después, a finales de la década de los 80 por Jordi Garcés y Enric Soria, sólo se conservan hoy en día la portada plateresca que diseñó el guipuzcoano Juan de Villareal en 1556 y la pequeña iglesia anexa que fue su capilla, construida entre 1547 y 1550, encargándose de las obras el también guipuzcoano Juan de Anchieta.
En 1997, este pequeño templo que mantuvo su función sacra hasta que comenzó la segunda reforma, fue restaurado para su adecuación como sala de exposiciones permanente del Museo de Navarra y desde entonces, su bella arquitectura gótico-renacentista acoge una pequeña selección de obras religiosas realizadas entre los siglos XVI y XVIII.
Ayudados por el Espíritu Santo
Una de ellas es la tabla del Milagro de los Santos Cosme y Damián. Los protagonistas de esta obra fueron hermanos gemelos nacidos en Arabia en el siglo III d.C. y educados en la fe cristiana. Según relata La Leyenda Dorada (texto medieval de Santiago de la Vorágine que recoge vidas de santos) “los dos se dedicaron al arte de la medicina y, ayudados por el Espíritu Santo, adquirieron tal habilidad y competencia en el desempeño de su profesión, que lograban curar las dolencias, fueran estas las que fuesen, no sólo a las personas sino también a los animales”. Toda su pericia a veces no era suficiente y cuando fallaba, su fe en Dios les ayudaba para poder obrar milagros. Los hermanos, tras una vida de entrega en la que fueron perseguidos por su condición cristiana hasta su martirio y decapitación, después de muertos también hicieron milagros.
Uno de sus milagros más famosos es el que cuenta cómo realizaron un transplante al sacristán de un templo que llevaba sus nombres y que tenía la pierna corroída a causa del cáncer. Los santos se aparecieron al enfermo mientras dormía provistos de medicinas y de los instrumentos necesarios para operarle. Tras extraer la pierna a una persona de otra raza que acababa de fallecer, se la injertaron con éxito logrando su curación.
Este momento de la aparición ante el lecho del enfermo es una de las formas habituales de representar a San Cosme y San Damián, dos de los santos sanadores más populares en la devoción cristiana a los que se invocaba, entre otras muchas afecciones, contra la peste. También se convirtieron en patrones de los médicos, cirujanos, boticarios, barberos y hospitales.
250.000 pesetas
La obra expuesta en la capilla del Museo de Navarra, realizada al óleo por el pintor toledano Juan Correa del Vivar (c. 1510-1560) representa el citado milagro. En la parte izquierda de la escena aparecen los santos con sendos nimbos sobre sus cabezas. San Damián sostiene el muslo del enfermo y San Cosme bendice la pierna de piel oscura que van a transplantar. En el lado derecho, un ayudante sostiene al enfermo para que no se mueva. Unos cortinajes verdes cuelgan en la parte superior y en la inferior, un suelo de damero logra crear ilusión de profundidad. Debajo hay un brasero metálico en el centro y a la derecha una mesa con un jarro y una caja de ungüentos. El autor toma de las primeras influencias del manierismo el esquema de la composición y el cromatismo y los desarrollará plenamente en las dos décadas siguientes.
Este cuadro se adquirió por 250.000 pesetas en 1968 al anticuario de Zaragoza Salvador Saura junto a otra tabla de la “Anunciación”, que requisó la Policía por ser procedente de un expolio en el Monasterio de Santa María la Mayor de Calatayud. Desde entonces forma parte de la colección permanente del Museo de Navarra.
La tabla del Milagro de los Santos Cosme y Damián fue una de las obras que conformaron la exposición Arte Sacro del Renacimiento en Navarra, que tuvo lugar entre los meses de agosto y septiembre de 1991 en el propio Museo de Navarra.