¿Cómo afecta fumar tabaco y otras sustancias al acto anestésico?


Tamara López Álvarez de Eulate y Sofía García Paniagua. Médicas Internas Residentes de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra. Pamplona. Roque Guillén Casbas. FEA Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra. Pamplona

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Aproximadamente, 1 de cada 25 personas (entre 180-280 millones en todo el mundo) se somete a una cirugía mayor al año.

Más de 1100 millones de personas fuman tabaco en todo el mundo. Son bien conocidos los efectos adversos que el tabaco produce sobre la salud en cuanto a cáncer de pulmón o vejiga y enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

El consumo de tabaco también tiene efectos adversos en el perioperatorio. Los pacientes fumadores experimentan el doble de complicaciones postoperatorias y un incremento de mortalidad del 40%.

Complicaciones

• Respiratorias: mayor incidencia de tos, apnea e hipoventilación, laringoespasmo, broncoespasmo y desaturación durante la inducción anestésica. Además, mayor riesgo de reintubación y de broncoaspiración de secreciones por aumento de la producción de moco
• Aumento riesgo de infección: tanto a nivel pulmonar, por aumento de la producción de moco y reducción del barrido mucociliar, como a nivel sistémico por alteración en la producción de citocinas pro- y antiinflamatorias que regulan la respuesta inmunitaria del organismo.
• Cardiovasculares: mayor riesgo de accidentes cardiovasculares (por ejemplo, ictus, infarto agudo de miocardio…) por aumento de estrés oxidativo, disfunción endotelial, angiogénesis e inflamación lo que produce un aumento de la viscosidad sanguínea.
• Aumento de la morbilidad: lo que se traduce en una mayor probabilidad de necesitar ingreso en UCI por cualquier causa.
• Problemas en la curación de las heridas: la curación de las heridas es más lenta en los fumadores, aumenta el riesgo de infecciones, de hecho, fumar se considera uno de los principales factores de riesgo de dehiscencia de las suturas.
• Alteraciones de la consolidación ósea: por hipoxia tisular, vasoconstricción debida a la nicotina y alteración directa de la actividad osteoblástica y de la síntesis de colágeno por el humo del tabaco.
• Alteración en la respuesta a fármacos anestésicos: necesidad de emplear mayor dosis de anestésicos y/o analgésicos y en consecuencia mayor riesgo de eventos adversos. El anestésico inhalado de elección en fumadores es el sevoflurane, puesto que el desflurane aumenta la irritación en la vía aérea. En cuanto a la anestesia regional, algún autor ha descrito una duración más prolongada de bloqueo, lo que podría aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con la extremidad insensible.

Medidas de prevención perioperatoria

Antes de cualquier procedimiento con anestesia, tiene lugar la consulta de preanestesia. Uno de los principales objetivos de esta consulta debe ser preguntar sobre el consumo y advertir a los pacientes sobre la importancia de la cesación tabáquica.

El mayor beneficio se conseguirá dejando de fumar al menos 8 semanas antes de la cirugía. Aunque, se ha demostrado que con tan solo 12 horas antes ya se obtienen resultados favorables:
• A las 8 horas, comienza la normalización de la presión arterial y frecuencia cardiaca.
• A las 12 horas, se reducen los niveles de nicotina y carboxihemoglobina, mejorando la oxigenación tisular.
• A las 2 semanas, disminuye la hiperreactividad bronquial.
• A las 3 semanas, mejora la capacidad de cicatrización de heridas.
• A las 4 semanas, mejora el funcionamiento de la vía aérea pequeña.
• A las 6 semanas, disminución de la hiperproducción de moco bronquial con mejoría de la respiración intraoperatoria.
• A las 8 semanas, disminuye la hipercoagulabilidad sanguínea, mejora el sistema inmunitario y la respuesta a los fármacos anestésicos.
• A las 12 semanas, el riesgo de complicaciones respiratorias se iguala al de los pacientes no fumadores.

El periodo perioperatorio ofrece una oportunidad inmejorable para dejar de fumar. La tasa de abandono del hábito de fumar preoperatorio puede aumentarse significativamente ofreciendo, tratamiento conductual, sustitutivos de la nicotina (chicles de nicotina, parches, aerosoles nasales…) o medicamentos como:
• Bupropión: un antidepresivo (inhibidor selectivo de la recaptación de noradrenalina y dopamina) que disminuye el deseo de fumar.
• Chantix: imita dosis bajas de nicotina para ayudar a reducir los síntomas de abstinencia (irritabilidad, ansiedad, insomnio, úlceras bucales, tos…). Este fármaco también bloquea los receptores cerebrales que crean una sensación de placer al fumar.

Durante la consulta, su anestesista revisará su medicación para interrumpirla o mantenerla de cara a la intervención. Si usted, consecuencia del tabaquismo crónico, ha sido diagnosticado de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y está empleando inhaladores pulmonares, no deberá suspenderlos e incluso deberá hacer uso de ellos la misma mañana de la cirugía.

¿Y qué pasa con el cannabis y los vapeadores?

En cuanto al cannabis, presenta complicaciones respiratorias y cardiovasculares muy similares a las del tabaco. Además, puede estar asociado con mayores requerimientos de agentes anestésicos y un mayor dolor postoperatorio, con la necesidad de emplear opioides para su manejo. A su vez, puede tener efectos gastrointestinales como retraso del vaciamiento gástrico y náuseas y vómitos recurrentes, siendo el control de estos síntomas uno de los principales objetivos del acto anestésico debido a la gran morbilidad postoperatoria que generan.

El vapeo de nicotina, no solo tiene los efectos secundarios de ésta sino también los secundarios a la vaporización de otros componentes farmacológicamente activos (formaldehido, glicerina vegetal, nitrosaminas…). Sin embargo, los efectos nocivos sobre la función pulmonar y cardiovascular (ya mencionados previamente) son menores que mediante el consumo de tabaco.

Conclusión

En cualquier momento y a cualquier edad es bueno dejar de fumar. El periodo perioperatorio es una de las ocasiones en la que más debemos incidir en el cese tabáquico y de otras sustancias. De esta manera, se reduce el riesgo de complicaciones pulmonares, cardiovasculares, infecciosas y se mejora la cicatrización de las heridas entre otras.

Para ello, disponemos de diferentes opciones terapéuticas tales como terapias de reemplazo de nicotina, medicación o programas de apoyo. Todo lo que va a encontrar son beneficios, ya no sólo para el momento de la intervención sino para el resto de su vida.

AUTORES

Tamara López Álvarez de Eulate y Sofía García Paniagua. Médicas Internas Residentes de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra. Pamplona.
Roque Guillén Casbas. FEA Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Universitario de Navarra. Pamplona