Técnicas de inmovilización en traumatizados


Ricardo Castellano Sánchez, Cristina Caballero García, Piedad Fleta Cubero y Ana Cristina Lasheras Ginés

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Por lo general, las técnicas que se van a tratar en este artículo son aplicadas por el personal paramédico y personal sanitario generalmente en escenarios de accidentes. A pesar de ello es conveniente que el celador conozca dichas técnicas, si bien no serán habituales en su aplicación diaria, pero resultará de gran ayuda en su intervención en la ayuda a la movilización del paciente traumatizado.

Técnicas de inmovilización

Las técnicas de inmovilización están diseñadas para minimizar la lesión primaria y prevenir la progresión o aparición de lesiones secundarias. Algunos de los dispositivos que se van a explicar, también permiten la movilidad total del paciente cuando se utilizan con un vehículo eléctrico.

Al elegir diferentes materiales y técnicas para inmovilizar a la víctima, se considerarán los siguientes factores:

  • Ubicación del paciente y accesibilidad a la víctima (características del lugar).
  • En el caso de vehículos: tipo de vehículo (camión, coche, número de puertas…), mecanismos de emergencia, deformaciones, mayores riesgos.
  • Número, ubicación y estado clínico de las víctimas.
  • Número de sanitarios disponibles para las maniobras.
  • Disponibilidad de materiales específicos de rescate.

Si se sospecha que los pacientes lesionados tienen una lesión de la médula espinal debido al mecanismo de la lesión (accidente de alto impacto con vuelco, caída, protrusión, extensión) o a los signos y síntomas observados en estos casos, se deben utilizar los materiales disponibles para una adecuada inmovilización y hay que recordar que algunos de estos materiales no están garantizados contra el desplazamiento, por lo que también deben ser controlados por manos de personal médico. 1

A menos que la lesión sea grave o que el paciente se encuentre en una emergencia que ponga en peligro su vida por ejemplo la muerte, (PCR, incendio de vehículo atrapado, etc.), se permanecerá quieto en todo momento antes de moverse.

Principales técnicas de movilización

1. Collarín cervical tipo philadelphia

Técnica:

  • Se realizará una valoración inicial ABC para descartar lesiones vitales o signos con expresión en el cuello que no puedan ser valorados tras colocar el collarín: lesiones traqueales, desviaciones de la tráquea, enfisema subcutáneo, ingurgitación yugular, ausencia de pulso carotídeo, heridas, hematomas en cuello.
  • Se colocará la columna cervical en posición neutra, salvo en los casos en que se produzca dolor, bloqueos o déficit neurológicos en la movilización a esta posición, donde no será posible la colocación del collarín.
  • Se elejirá el tamaño del collarín adecuado.
  • Ayudarse con otro compañero que sujetará firmemente la cabeza, apoyándose en los resaltes óseos.
  • Retirar el pelo, la ropa o adornos que puedan interferir en la colocación del collarín.
  • Se taparán las heridas del cuello con cobertura aséptica, previamente a la colocación del collarín.
  • Se fijará el collarín con las sujeciones intentando no comprimir en exceso el cuello del paciente.

2. Inmovilizador de cabeza

Se trata de un dispositivo complementario al collarín cervical que se usa de manera conjunta con la camilla de cuchara o el tablero espinal para la completa inmovilización cervical (movimientos laterales de la cabeza) en pacientes politraumatizados, con sospecha de trauma cervical y/o traumatismo craneoencefálico, durante su movilización y traslado. Permite observar en todo momento el pabellón auditivo para objetivar la presencia de otorragia.

Técnica:

  • Se realizará una valoración previa de ambos oídos con el fin de descartar la presencia de otorragia.
  • Se colocará previamente el collarín cervical.
  • La técnica se realizará con al menos dos sanitarios.
  • Se realizará control cervical hasta su completa fijación por parte de uno de los sanitarios.
  • Otro sanitario deberá colocar la base del inmovilizador sobre la parte de la cabeza de la camilla de cuchara o el tablero espinal, fijándola mediante las cinchas con el velcro que lleva incorporadas.
  • Se colocará la cabeza del paciente sobre esta base, y fijarán las dos piezas trapezoidales sin presionar, aplicándolas simétricamente. Coloque el ángulo de 90º de las piezas trapezoidales hacia la cabeza del paciente cuando se utilice con tablero espinal y el otro lado cuando se utilice con camilla de cuchara
  • Se fijarán  las correas sujeta-cabezas ajustando en primer lugar la de la barbilla, haciéndola pasar sobre el soporte mentoniano del collarín cervical y, posteriormente ajustar las correas de fijación, utilizando el velcro para bloquearlas.
  • De seguido se colocará la otra correa sobre la frente, cruzándola para fijarla.

3. Férula espinal tipo kendrick

Es un dispositivo espinal para la extracción del paciente en posición sentada con inmovilización de columna vertebral.

Técnica:

  • Realice una valoración ABC para descartar lesiones vitales o signos con expresión en cuello, tórax y abdomen que pueden quedar ocultos con el dispositivo.
  • Uno de los sanitarios deberá sujetar, continuamente, la cabeza del paciente con el collarín hasta completa colocación del dispositivo.
  • Introducir la férula espinal entre el paciente y el respaldo del asiento hasta el final de éste.
  • Liberar las cintas del arnés. Evite liberar el resto de las cintas torácicas.
  • Pasar las alas laterales del dispositivo correspondientes al tronco, dejando los brazos fuera.
  • Abrochar y tensar las cintas del arnés, y posteriormente, las cintas torácicas por colores (se puede comenzar con las centrales, y luego las inferiores y superiores).
  • Colocar las alas superiores a ambos lados de la cabeza, rellenando el hueco entre el occipucio y la férula espinal con la almohadilla al efecto.
  • Sujete las alas cefálicas en la frente y el mentón, o bien con un vendaje con la misma disposición.
  • Para la extracción de la víctima se procederá, junto con otro sanitario, a la rotación de ésta en bloque, considerando la mejor opción en función de las características del habitáculo, lesiones de la víctima y número de personal colaborador disponibles.
  • Reclinar el asiento y tumbar al paciente sobre la camilla de cuchara para su extracción por la parte posterior en vehículos con portón trasero, o cuando las circunstancias del accidente no hagan posible otra vía.
  • Una vez extraída, colocar a la víctima en decúbito sobre la camilla de cuchara, y ésta sobre la camilla de la ambulancia.
  • Desabrochar los correajes para favorecer los movimientos respiratorios del paciente y para la valoración secundaria de éste.

4. Férula neumática

Se trata de una férula inflable, indicada en fracturas diafisarias de miembros y determinadas luxaciones de tobillo, rodilla y codo que conserven una posición fisiológica.

Técnica:

  • Realizar la técnica con al menos dos personas.
  • Elegir una férula adecuada al tamaño del miembro.
  • Comprobar el buen funcionamiento de la válvula.
  • Uno de los sanitarios realizará una tracción axial del miembro lesionado, entre las articulaciones distal y proximal. Ésta se mantendrá hasta la colocación completa del dispositivo.
  • Comprobar la presencia de pulso distal.
  • Cubrir con apósito estéril y comprimir, si procede, las heridas presentes.
  • Colocar la férula deshinchada alrededor del miembro, situando el sistema de cierre hacia arriba. El sanitario encargado de la tracción pasará sus manos sobre la férula, manteniendo la tracción mientras ésta se infla.
  • Cerrar la cremallera.
  • Inflar la férula evitando arrugas y sobrepresión.
  • Comprobar la sensibilidad, el color y la presencia de pulso distal.
  • Si se estima conveniente, fijar la férula para evitar desplazamientos del miembro lesionado.
  • Reevaluar la función neurovascular durante el traslado.

5. Férula de tracción

Es un dispositivo de inmovilización para fracturas de miembro inferior que realiza una tracción mediante una rueda de enganche, utilizando como puntos de apoyo el tobillo y la sínfisis del pubis.

Indicaciones: fracturas diafisarias de fémur y de tibia, éstas últimas de tercio medio y proximal. Se puede utilizar en la mayoría de pacientes mayores de ocho años y en adultos, con una altura no superior a 2,08 metros.

Técnica:

  • Realizar la técnica con al menos dos personas.
  • Uno de los sanitarios debe realizar una tracción axial del miembro lesionado. Ésta se mantendrá hasta la colocación completa del dispositivo.
  • Comprobar la presencia de pulso distal.
  • Cubrir con apósito estéril y comprima, si procede, las heridas presentes.
  • Colocar la férula a la longitud deseada, y colocar la almohadilla isquiática alrededor del muslo, a la altura de la ingle y con el cierre en posición superior. Cerrar el anclaje sin ceñirlo.
  • Colocar en posición vertical el soporte pedio.
  • Ajustar las barras telescópicas al tamaño del miembro, y fijar las barras girando sobre el punto de unión.
  • Sin abandonar la tracción manual, colocar la pierna sobre la férula, situando el tobillo en la cincha almohadillada correspondiente, y apoyando la planta del pie sobre el soporte.
  • Ajustar el velcro de la cincha pedia de manera que la zona almohadillada quede en la parte superior del tobillo, y engánchar la anilla correspondiente.
  • Cruzar la cincha superior sobre el pie, fijándolo firmemente al soporte.
  • Aplicar la tracción mediante giro de la rueda en sentido contra-reloj.
  • Fijar las cinchas sobrantes por encima y por debajo de la rodilla, cerrando el anclaje.
  • Comprobar la sensibilidad, el color y la presencia de pulso distal.

6. Inmovilizador o faja pélvica

Es un dispositivo de inmovilización para fracturas del anillo pélvico (en particular las denominadas de «libro abierto«) que actúa mediante presión circunferencial de la pelvis cerrando la fractura y por lo tanto ayudando a controlar el dolor y la hemorragia asociada. 2

Indicaciones: fractura o sospecha de traumatismo pélvico, fractura de tipo libro abierto de pelvis y/o paciente hemodinámicamente inestable (TAS < 90 mmHg y FC > 120 o TAS 100 mmHg a pesar de volumen) con sospecha de fractura de pelvis. Indicado en adultos y niños > 23 Kg.

Técnica:

  • Realizar la técnica con al menos dos personas.
  • Retirar previamente, la ropa del paciente.
  • Deslizar el dispositivo debajo del paciente. Colocar la faja a la altura de las caderas (trocánter mayor), mediante movilización en bloque del paciente, dejando un espacio 15 a 20 cm, para facilitar el ajuste y cierre mediante el sistema de poleas. Realizar solo un doblez en los extremos, intentar no cortar el sobrante. El recubrimiento del dispositivo generalmente permite que se deslice fácilmente por la parte posterior, minimizando la movilización necesaria.
  • Aplicar el sistema de poleas con velcro a cada lado del espacio. Fijar la faja mediante el sistema de poleas. Tirar de la lengüeta, creando una presión circunferencial simultánea quedando apretado. Si el dispositivo dispone de enganche de seguridad, es necesario mantener la tensión, hasta fijar completamente el dispositivo. Evitar la pérdida de tensión al fijar el sistema de poleas.
  • Anotar la fecha y hora de la colocación.
  • Una vez colocado el dispositivo, es recomendable inmovilizar además las extremidades inferiores en rotación interna alrededor de los tobillos.
  • Cubrir y abrigar al herido.
  • En el caso de no disponer de faja pélvica, utilizar una sábana alrededor de los trocánteres mayores del paciente, inmovilizando además las extremidades inferiores en rotación interna alrededor de los tobillos.
  • El inmovilizador pélvico debe permanecer puesto hasta que se haga la fijación/estabilización de pelvis o angioembolización en el hospital, no debiéndose retirar antes o durante la transferencia. Con una adecuada colocación es posible la punción venosa femoral y el sondaje vesical sin su retirada.

7. Colchón de vacío

Se trata de un dispositivo relleno de bolas de poliespan (material sintético ligero y aislante) con una válvula de apertura y cierre a la que se acopla una bomba que permite hacer el vacío, moldeando el contorno del paciente. Dispone de unas asas laterales para facilitar su transporte.3

Es el sistema de inmovilización más completo para el traslado terrestre o aéreo pues absorbe gran parte de las vibraciones, aísla al paciente e inmoviliza las lesiones en la posición que se realice el vacío. El vacío se puede realizar con la bomba de aspiración o con un aspirador de secreciones.

Indicaciones: Politraumatismos. En caso de sospecha de lesiones en la columna vertebral, pelvis y extremidades; traslados que precisen una posición determinada durante todo el trayecto (decúbito lateral que no requiera el control de la vía aérea, mujeres embarazadas).

Consideraciones especiales:

  • No es conveniente levantarlo del suelo sin utilizar un soporte rígido debajo (camilla de cuchara, por ejemplo), ya que se pueden producir arqueamientos.
  • En caso de distancias cortas, o cuando el paciente no comunique su incomodidad, se puede trasladar con una camilla de cuchara o tablero espinal debajo del colchón para facilitar su transferencia.
  • Tener especial cuidado a la hora de utilizarlo (sobre todo al sacarlo y guardarlo), ya que se puede pinchar, perdiendo así su efecto.

Técnica:

  • Previamente, colocar el collarín cervical.
  • Realizar la técnica con al menos tres personas.
  • Comprobar la integridad del colchón (ausencia de pinchazos, rasgaduras).
  • Distribuir el material interior por todo el colchón, preformándolo, colocando mayor parte del material en el tercio superior del mismo y dándole forma a la zona de la cabeza.
  • Realizar control cervical del paciente hasta su colocación dentro del colchón.
  • Los otros sanitarios recogerán al paciente, previamente, sobre una camilla de cuchara o hacer un manejo en bloque para depositarle sobre el colchón.
  • Terminar de darle forma al colchón antes de hacer el vacío, cogiéndolo por sus asas, de manera que cubra por completo el perímetro del paciente.
  • Abrir la válvula y realice el vacío extrayendo el aire con la bomba, a la vez que se adapta el colchón a la anatomía del paciente.
  • Cerrar la válvula al terminar.
  • Asegurar al paciente fijándolo con cinchas al colchón y a la camilla de transporte.
  • Revisar periódicamente que se mantiene el vacío comprobando su rigidez.
  • Realizar el traslado de forma moderada para evitar los efectos de la aceleración.
  • Para retirar el colchón de vacío, permitir la entrada de aire a través de la válvula con el paciente en la camilla de transporte.
  • Alisar la superficie del colchón e introducir el tablero deslizante (patslide) bajo el paciente para permitir su movilización entre la camilla y la cama o mesa de rayos. En el caso de no disponer de tablero deslizante, aplicar el método de movilización en bandeja.

AUTORES:

Ricardo Castellano Sánchez. Celador. Hospital Miguel Servet.

Cristina Caballero García. Auxiliar Administrativo. Hospital Nuestra Señora de Gracia.

Piedad Fleta Cubero. Celadora. Hospital Nuestra Señora de Gracia.

Ana Cristina Lasheras Ginés. Enfermera Hospital Clínico Lozano Blesa.

BIBLIOGRAFÍA:

1 [Internet]. Disponible en:

https://www.scielo.br/j/cenf/a/bpDQtzdWB3QmsgGKjz5Ff9x/?format=pdf&lang=es

2 [Internet]. Disponible en: https://www.iesmedical.es/t-pod-faja-pelvica/ [Internet]. Disponible en: https://enfermeria.top/apuntes/tcae/movimiento-paciente-encamado/

3[Internet]. Disponible en:  https://promelab.es/categoria-producto/inmovilizacion/colchones-de-vacio/