Diálisis


Verónica Alexandra Villa Ayala. MIR Nefrología. Hospital Miguel de Servet. Valeria González Sacoto. FEA Endocrinología y Nutrición. Hospital de Barbastro. Carlos Mora Cevallos. MIR Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

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La diálisis es un procedimiento esencial para personas con enfermedad renal crónica en etapa avanzada (estadio 5), en quienes la función de los riñones se ha deteriorado de manera significativa. Su objetivo principal es suplir las funciones renales básicas, como la eliminación de toxinas y el mantenimiento del equilibrio hidroelectrolítico.

Concepto y tipos de diálisis

La diálisis consiste en un proceso de filtrado artificial que extrae productos nitrogenados y exceso de fluidos del torrente sanguíneo. Existen dos modalidades principales:

  • Hemodiálisis: emplea un circuito extracorpóreo que lleva la sangre hacia un dializador o “filtro” externo, donde se produce el intercambio de sustancias mediante una membrana semipermeable.
  • Diálisis peritoneal: utiliza el peritoneo (membrana que recubre la cavidad abdominal) como superficie de intercambio. Se introduce una solución de diálisis en la cavidad peritoneal a través de un catéter y, tras un periodo de permanencia, se drena junto con los desechos.

Hemodiálisis: acceso vascular y sesiones

Para llevar a cabo la hemodiálisis se requiere de un acceso vascular adecuado, generalmente a través de una fístula arteriovenosa (FAV) o un catéter tunelizado. La FAV se crea quirúrgicamente al unir una arteria y una vena, permitiendo el flujo sanguíneo suficiente para cada sesión. Mientras que el catéter tunelizado es un dispositivo que se coloca bajo la piel para acceder a las venas de forma segura durante el tratamiento de la diálisis, este dispositivo se coloca en un túnel subcutáneo con el fin de disminuir el riesgo de infecciones y facilitar las sesiones. La mayoría de los pacientes recibe hemodiálisis tres veces por semana, con sesiones que duran entre 3 y 4 horas, según las necesidades individuales. Este régimen permite extraer el exceso de líquidos y toxinas, manteniendo parámetros como la creatinina e iones dentro de rangos relativamente controlados.

Diálisis peritoneal: modalidades y ventajas

En la diálisis peritoneal, el paciente puede realizar el procedimiento en casa. Existen dos variantes principales: la diálisis peritoneal continua ambulatoria (DPCA), que requiere varios intercambios al día, y la diálisis peritoneal automatizada (DPA), que emplea una máquina cicladora durante la noche. Algunas ventajas incluyen mayor independencia, preservación de la función renal residual por más tiempo y menos restricciones dietéticas. Sin embargo, también conlleva la necesidad de una técnica aséptica meticulosa para prevenir infecciones como la peritonitis.

Manejo de líquidos y electrolitos

Tanto en hemodiálisis como en diálisis peritoneal, el equilibrio de líquidos y electrolitos es crucial. El nefrólogo determina la ingesta hídrica y la restricción de ciertos minerales (particularmente sodio, potasio y fósforo) según las características de cada paciente. Un control inadecuado puede desencadenar síntomas como fatiga, calambres musculares, hipertensión intradialítica o complicaciones óseas y cardiovasculares.

Complicaciones y seguimiento

Algunas de las complicaciones más frecuentes de la hemodiálisis incluyen la hipotensión durante las sesiones, infecciones en el acceso vascular y desequilibrios electrolíticos rápidos. En la diálisis peritoneal, la peritonitis es la principal complicación, caracterizada por dolor abdominal, fiebre y turbidez del líquido peritoneal. Es fundamental la supervisión médica periódica para realizar ajustes en la tasa de ultrafiltración, en la dosis de diálisis y en los fármacos prescritos (por ejemplo, antihipertensivos, quelantes de fósforo o eritropoyetina).

Calidad de vida y consideración del trasplante

Aunque la diálisis mejora la supervivencia y alivia los síntomas urémicos, puede presentar limitaciones en la calidad de vida. Aun así, muchos pacientes se adaptan a la rutina y llevan una vida relativamente activa. Para aquellos candidatos, el trasplante renal representa una opción que puede ofrecer un mejor pronóstico a largo plazo. La evaluación de la elegibilidad para trasplante (por medio de estudios de compatibilidad y valoración multidisciplinaria) es un paso relevante en la trayectoria de cualquier paciente con ERC avanzada.

En síntesis, la diálisis es un procedimiento vital que suple las funciones renales cuando estos órganos no pueden desempeñar su labor de forma adecuada. Con la orientación de un equipo de salud experimentado, la elección entre hemodiálisis y diálisis peritoneal dependerá del estado clínico, las preferencias personales y la viabilidad de cada paciente, siempre con miras a obtener el mejor resultado posible en términos de supervivencia y calidad de vida.