Dentro de la anestesia regional no hay un claro conocimiento sobre la diferencia entre la anestesia epidural y anestesia raquídea. Entre la población, se habla de anestesia epidural aún no siendo ésta la técnica utilizada en todas las situaciones. Se cree que ésta apreciación tan difundida se debe al auge de la utilización de este procedimiento en el proceso del parto.
Con ánimo de resolver dudas y de que queden claramente explicadas estas dos técnicas, exponemos a continuación sus procedimientos, diferencias e indicaciones.
Anestesia Raquídea
Definición. Es la administración de un anestésico local en el espacio subaracnoideo o intradural, con el fin de bloquear el estímulo nervioso (sensitivo, autonómico y motor).
El espacio intradural se localiza entre las meninges piamadre y aracnoides. Contiene el líquido cefalorraquídeo, los nervios y los vasos que irrigan la médula. Este líquido es claro, incoloro, de “agua de roca” y baña el espacio subaracnoideo.
Con esta anestesia se consigue un bloqueo secuencial, comenzando por las fibras nerviosas más delgadas (autonómicas y termoalgésicas) y terminando por las mas gruesas (tacto, presión y motricidad).
Técnica. La posición del paciente puede ser en sedestación o decúbito lateral. Se comienza localizando el punto de punción mediante las tomas de referencia de los niveles anatómicos que son las crestas iliacas antero superiores (L3 – L4). Aunque ese es el nivel habitual se puede pinchar a otro nivel, buscando mayor o menor nivel anestésico. De esta manera se asegura la no lesión de la médula espinal que solo llega hasta L1 – L2 en el 90% de los casos.
Tras una correcta desinfección y manteniendo una técnica estéril, se procede a la infiltración de un anestésico local en la piel y en el tejido celular subcutáneo. A continuación se realiza la punción con una aguja raquídea (calibre 24- 25G) atravesando las siguientes estructuras: piel, tejido celular subcutáneo, ligamento supraespinoso, ligamento interespinoso, ligamento amarillo y duramadre, hasta comprobar la salida del líquido cefalorraquídeo.
A continuación y sin mover un solo milímetro la aguja, se procede a la inyección del fármaco anestésico elegido. Se retira la aguja raquídea y se finaliza con la colocación de un apósito. Si durante la inyección el paciente aquejase dolor, se debería parar la inyección, ya que se puede estar dañando directamente una raíz.
Complicaciones y efectos secundarios. Las más frecuentes son:
- Punción hemática: salida de sangre a través de la aguja.
- Parestesias: sensación desagradable asociada a la punción ( hormigueo, calambres…)
- Hipotensión arterial: debida a la vasodilatación provocada por el bloqueo simpático.
- Naúseas y vómitos: secundarios generalmente a la hipotensión.
- Retención urinaria: por bloqueo del músculo detrusor vesical.
- Lumbalgia: sobre todo tras intentos repetidos con agujas de gran calibre.
- Cefalea post-punción: por la continua pérdida de LCR a través del orificio dural.
Anestesia Epidural
Definición. Es la administración de anestésico local y/o derivados opioides en el espacio epidural, con el beneficio de la posibilidad de colocar un catéter en dicho espacio para la posterior infusión de fármacos, prolongando el efecto de los mismos en el tiempo.
El espacio epidural es un espacio virtual localizado entre el ligamento amarillo y la duramadre, ocupado por grasa, vasos sanguíneos y nervios.
Permite graduar la profundidad del bloqueo (estímulo vegetativo, sensitivo y motor).
Técnica. Al igual que en la anestesia raquídea, la posición puede ser en decúbito lateral o sedestación.
En cuanto al punto de punción a elegir será en función de la zona que se desea anestesiar, siendo más habituales las punciones vertebrales lumbares y torácicas, aunque también puede haber casos de punciones cervicales.
Para la toma de referencias del punto de punción se utilizan las siguientes: C7: apófisis prominente de la vértebra, T3: unión del ángulo que forman las escápulas, T7: vértice inferior de las escápulas, L2: unión de las costillas y L4: cresta iliaca.
Mediante desinfección, técnica estéril y anestesia local de la piel en el lugar de punción, se introduce una aguja (tipo Tuohy, exclusiva para punción epidural, calibre 17-18 G) conectada a una jeringa de baja resistencia llena de aire o suero fisiológico. Se continua con la introducción de la aguja epidural a la vez que se aprieta el émbolo. Mientras, se atraviesa músculo y ligamento percibiendo una resistencia. Al llegar al espacio epidural, tras atravesar el ligamento amarillo, ésta resistencia desaparece y permite vaciar el aire o suero de la jeringa en el espacio. Esta es la señal de que se ha llegado al espacio epidural. En este lugar se introduce el fármaco a administrar y el catéter si procede.
Para terminar se retira la aguja y se coloca un apósito. Si se coloca un catéter se fijará a la piel y se mantendrá protegido. Hay que empeñarse en tener el máximo cuidado en el catéter para su buen funcionamiento y para evitar que se convierta en un vehículo de infección.
Complicaciones
- Hipotensión arterial.
- Temblores y escalofríos.
- Toxicidad sistémica por sobredosificación o paso intravascular del anestésico.
- Bloqueo extenso por migración cefálica del anestésico pudiendo provocar parada cardiorespiratoria.
- Bloqueo intradural inadvertido.
- Cefalea.
- Migración del catéter.
- Lumbalgias.
- Anestesia unilateral.
- Punción dural.
(Ver cuadro: Diferencias entre la anestesia Raquídea y la Epidural)
Diferencias entre la anestesia Raquídea y la Epidural |
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RAQUÍDEA | EPIDURAL |
Técnica anestésica | Técnica analgésica |
Inyección única | Infusión continua |
Atraviesa la dura | No atraviesa la dura |
Aguja fina | Aguja gruesa |
Punción por debajo de la médula | Punción a cualquier nivel |
Bloqueo completo (V,S,M ) | Bloqueo selectivo |
Duración definida | Duración prolongada (catéter) |
Conclusión
Podemos concluir que en la actualidad las dos técnicas son utilizadas por su eficacia, ventajas y disminución de complicaciones frente al uso de la anestesia general, sin infravalorar otro tipo de técnicas dentro de la anestesia regional. La comunmente denominada “anestesia de cintura para abajo”, raquídea o intradural, es la que se utiliza habitualmente en quirófano. La epidural en cambio, suele emplearse casi exclusivamente para analgesia, tanto en el trabajo del parto como en los postoperatorios de diversas cirugías (traumatológica, torácica, urológica, ginecológica, etc) mediante sistemas de PCA (analgesia controlada por el paciente) a través del catéter.
Por lo tanto, creemos que es importante el conocimiento claro de estas dos técnicas para una información adecuada de cara a nuestros pacientes.