Los pies son la base de nuestro cuerpo y son los encargados de soportar todo nuestro peso. Nos permiten caminar, correr, saltar, etc. Estos pies se ven afectados por factores internos de las personas como pueden ser enfermedades y patologías así como factores externos como la higiene y el calzado entre otros.
Un pie cavo, plano, valgo, varo, el segundo dedo más largo o el quinto dedo más corto, e infinidad de características de los pies hacen que los problemas varíen de unos a otros.
Una visita periódica al podólogo nos permite detectar y tratar enfermedades como diabetes, alteraciones circulatorias, pasando por problemas dermatológicos hasta llegar a tumoraciones malignas. No debemos pasar por alto cualquier cambio o alteración que veamos o sintamos en nuestro pies.
Higiene y cuidados del pie
El lavado de los pies debe ser diario y con jabón neutro a ser posible. En el secado de los pies tendremos especial cuidado en los dedos y en los espacios interdigitales. Se debe hacer sin frotar y resulta muy cómodo el uso del secador.
Después del lavado y del secado es necesario una buena hidratación, al igual que lo hacemos con todo el cuerpo.
El corte de las uñas ha de ser recto y no excesivamente corto para evitar que se nos encarnen por la invasión de la uña de los bordes laterales del dedo. Las uñas de los pies aguantan presiones y nos sirven para hacer palanca durante la marcha.
El calzado
El calzado ideal deberá ser ligero, preferentemente fabricado con productos naturales y con suelas naturales que permitan una mayor transpiración del pie. De las tres partes que consta el zapato, el tacón no debe ser excesivamente alto. Cuanto más alto sea más elevamos todo el cuerpo creando inestabilidad en los tobillos caderas y sobre todo la parte anterior del pie. Al producirse la sobrecarga en la parte anterior del pie podrán aparecer durezas o hiperqueratosis que es un engrosamiento de la última capa de la piel, la capa cornea. También se pueden producir callos (helomas).
En lo que se refiere al contrafuerte este debe recoger bien el talón y ser como su palabra indica fuerte, no blando.
La puntera del zapato debe ser amplia tanto en anchura como en altura para permitir que los dedos tengan movilidad correcta al caminar.
Acudir a un podólogo le ayudará a conocer mejor sus pies y en caso de problemas buscará la solución idónea a su caso.
Los pies son para toda la vida. Debemos cuidarlos y mimarlos ya que son irremplazables. Una buena educación sobre su cuidado y un buen calzado nos pueden ayudar a tenerlos en inmejorables condiciones cuando más lo necesitemos.