Denominamos avulsión dental a la salida completa de un diente de su alveolo como consecuencia de un fuerte golpe. Es decir, se llama avulsión si el diente está fuera del alveolo dentario y la pieza mantiene su estructura completa.
La avulsión suele ser la consecuencia de un fuerte golpe en los dientes, se suele dar en ambas denticiones (dientes de leche o temporales y en la definitiva o permanente), pero es más frecuente en la dentición de leche o temporales. Estos suelen ser dientes de raíces más cortas; los más afectados suelen ser los incisivos superiores.
Tiene una mayor prevalencia en niños con edades comprendidas entre los 7 y los 10 años, generalmente del sexo masculino.
Pero, ¿qué debes hacer cuando ocurre una avulsión dental?
Si tras un fuerte golpe nuestro hijo o hija pierde un diente, debemos calmarle y contactar con su dentista de referencia, el cual valorará el alcance de las lesiones (si se ha dañado la encía o el diente de al lado o el que esté por salir), el tratamiento será diferente si el diente es de temporal o definitivo.
Si el diente es temporal o de leche en este caso no está recomendada la reimplantación de la pieza, pero si puede colocar un mantenedor de espacio, que permitirá mantener libre el espacio que ocupaba el diente perdido y facilitar la fonación, pues al faltar el diente, por un lado, se puede cerrar el espacio y el nuevo diente tener problemas para erupcionar. Por otro lado, al faltar el diente le costará pronunciar las palabras ya que se le escapará el aire, dando lugar a que sus compañeros le puedan marginar.
Si se trata de un diente definitivo, es importante actuar rápido y bien, algo muy beneficioso para que la pieza pueda ser reimplantada. La reimplantación de la pieza tiene más posibilidades de realizarse con éxito si el paciente acude a urgencias durante 60 minutos posterior a la caída del diente.
Por ello, si a causa de un golpe el diente se ha salido de su sitio asegúrate de seguir los siguientes pasos:
• Encuentre el diente
• Recoge la pieza por la zona más ancha del diente procurando no tocar la raíz del diente en ningún momento.
• Lávala con agua a chorro o suero, evitando siempre el uso de jabón u otros productos químicos.
• Para transportar el diente, puedes colocarlo en el hueco que ha dejado libre en la boca y presionar con una gasa o pañuelo. Si no te encuentras cómodo haciéndolo de esta manera, puedes ponerlo bajo tu lengua con cuidado de no tragarlo o meterlo en un vaso con leche preferiblemente desnatada o suero fisiológico.
• En caso de que sólo se haya desprendido una pequeña parte del diente, bastará con que la recojas y contactes con tu dentista de confianza. En ese caso, podrá cementarlo de nuevo o realizar la reconstrucción oportuna.