Son episodios de llanto prolongado, difíciles de consolar, que se repiten casi a diario sobre todo por las tardes y noches. Se presentan en niños sanos con pocos meses de vida. No es una enfermedad.
Por el momento se desconoce cuál podría ser su causa, incluso se podría considerar una variante normal del llanto.
Recomendaciones de actuación en casa
Debe mantener la calma ya que se trata de un proceso benigno y pasajero.
Se debe acudir a consolar al bebé e intentar conocer la causa del llanto: hambre, sed, cambio de pañal, calor o frio…
Tenemos que procurar que el ambiente sea tranquilo y relajado, de lo contrario se puede transmitir nerviosismo o ansiedad al niño.
Se aconsejan los masajes en el abdomen, paseos en carrito o en el coche o incluso música suave.
¿Cuándo consultar a un servicio de urgencias?
Si el llanto del bebé se acompaña de tono de piel pálido, sudoración, decaimiento intenso o rechazo de las tomas de leche.
Si el niño presenta fiebre, vómitos o presenta deposiciones con sangre.
Es normal que los niños en un estado de salud sano lloren durante dos o más horas al día, aunque no presenten cólicos.
No se debe administrar ningún medicamento ni cambiar la leche de fórmula sin preguntar previamente a su pediatra de referencia.
En la actualidad no existe ningún tratamiento con efectividad probada pero a pesar de ello existen algunos consejos para paliar los cólicos.
Colocar sobre el antebrazo, apoyando la cabeza en él y pasando la mano por debajo de la rodilla para evitar ejercer presión sobre su tripa.
Tratar de evitar que ingiera demasiados gases al alimentarse. Si se utiliza el biberón se puede probar con una tetina que tenga el agujero más pequeño y colocar el biberón siempre en posición completamente vertical. Si se alimenta con leche materna, hay que asegurarse de que todo el pezón y parte de la areola están dentro de su boca.
La madre lactante debe evitar tomar bebidas excitantes: café, té, refrescos de cola, etc.
Si se alimenta con leche maternizada no debe cambiarse ésta, salvo por indicación expresa del pediatra.
Olvidar los remedios de la abuela, las infusiones de anís estrellado.
Y si nada de esto funciona, la paciencia se convierte en el mejor remedio.
Es cuestión de tiempo: antes o después de los 3-4 meses los cólicos empezarán a remitir y volverá la calma.
AUTORES
- Paula Matías Díaz. Enfermera. Servicio de Pediatría. Hospital General San Jorge de Huesca.
- Chesús Lanaspa López. Enfermero.
- Laura Bagüeste Bellosta. Enfermera. Servicio de Cirugía General y Cirugía Vascular. Hospital General San Jorge de Huesca.
- Itziar Peña Gil.
- Amanda Bailo Ruiz de Eguilaz. Enfermera residente de familia y comunitaria en el sector Huesca. Centro de Salud Perpetuo Socorro.