La colitis microscópica es una enfermedad inflamatoria crónica del colon infrecuente, pero cada vez más conocida. Su síntoma principal es la diarrea crónica acuosa, no sanguinolenta, que suele aparecer de forma súbita y persistente. Esta diarrea puede ir acompañada de urgencia defecatoria, incontinencia fecal, dolor abdominal y, en algunos casos, pérdida de peso. La fiebre y el sangrado rectal son poco comunes, lo que puede dificultar el diagnóstico inicial y llevar a confundirla con trastornos funcionales como el síndrome del intestino irritable. El grupo de pacientes más afectado por la colitis microscópica son las mujeres mayores de 60 años.
Su principal diferencia respecto de otras colitis crónicas es que este trastorno no presenta signos de inflamación visibles durante una colonoscopia, por lo que su diagnóstico depende exclusivamente de la toma de biopsias y el examen microscópico de mucosa del colon.
Como era esperable, el creciente conocimiento sobre esta enfermedad ha resultado en un aumento en su incidencia, debido a una mayor disposición de los endoscopistas a realizar biopsias dirigidas que permiten identificar alteraciones microscópicas previamente inadvertidas.
¿En qué consiste?
La colitis microscópica se caracteriza por la presencia de inflamación crónica en la mucosa del colon, y se divide en dos formas principales según sus características microscópicas: la colitis linfocítica y la colitis colágena. La colitis linfocítica se caracteriza por una acumulación excesiva de linfocitos en la capa superficial del colon, mientras que la colágena se distingue por un engrosamiento de la capa de colágeno bajo la mucosa del colon.
Causas y factores de riesgo
Aunque la colitis microscópica no se considera una enfermedad autoinmune en sentido estricto, ya que no se han identificado autoanticuerpos específicos ni un mecanismo inmune claramente definido, sí presenta características propias de las llamadas enfermedades inmunomediadas. Se ha observado una infiltración anormal de linfocitos en la mucosa del colon y una asociación frecuente con otras patologías autoinmunes como la enfermedad celíaca o la tiroidea. Además, su buena respuesta a tratamientos con corticoides o inmunosupresores refuerza la idea de que el sistema inmunológico desempeña un papel central en su desarrollo. Por tanto, se considera que la base de su etiopatogenia reside en una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos.
Los factores de riesgo identificados incluyen:
• Edad: la mayoría de los pacientes diagnosticados son mayores de 50 años.
• Sexo femenino: Se estima que el riesgo de padecer colitis microscópica es aproximadamente 2-3 veces mayor en mujeres que en hombres, pero los mecanismos exactos para esta asociación todavía no están aclarados.
• Tabaquismo: el tabaco es otro factor relevante, ya que se ha encontrado que los fumadores tienen un riesgo mayor de desarrollar colitis microscópica. Este riesgo parece disminuir en personas que dejan de fumar.
• Uso de medicamentos: el consumo de fármacos tan frecuentes como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), los inhibidores de la bomba de protones (IBP), las estatinas o los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
• Asociación con otras enfermedades autoinmunes: las personas con enfermedades autoinmunes tienen mayor probabilidad de desarrollar colitis microscópica.
Tratamiento
El tratamiento se centra principalmente en el alivio de los síntomas y la mejora en la calidad de vida, no siendo un objetivo primordial el lograr la remisión histológica (ausencia de inflamación en biopsias).
Las medidas más comunes incluyen:
• Cese del consumo de tabaco.
• Suspensión de los fármacos potencialmente relacionados, bajo supervisión médica.
• Toma de antidiarreicos clásicos como la loperamida o la resincolestiramina.
Si ello es insuficiente se procede a administrar fármacos, destacando:
• Corticoides: los corticoides de acción local como la budesonida son útiles para reducir la inflamación y controlar los síntomas, pero no pueden mantenerse a altas dosis a largo plazo debido al riesgo de efectos adversos.
• Inmunosupresores: en casos de intolerancia, ineficacia o dependencia de los corticoides, se utilizan inmunosupresores como la azatioprina o los inhibidores del factor de necrosis tisular (anti-TNF), que pueden mantenerse a largo plazo.
Finalmente, en casos excepcionalmente raros en los que todo lo anterior no funciona, existe la posibilidad de realizar un tratamiento quirúrgico. Este puede hacerse mediante la resección del colon, o mediante una intervención quirúrgica en la que se desvía el extremo del intestino delgado hacia una abertura creada en la pared abdominal con el fin de que las heces no pasen por el colon (ileostomía).
Pronóstico
El pronóstico de la colitis microscópica depende de la respuesta de los síntomas al tratamiento. Muchos pacientes consiguen encontrarse asintomáticos durante periodos prolongados de tiempo tras un ciclo de tratamiento, pero la enfermedad tiende a ser crónica, por lo que el seguimiento periódico es necesario. Afortunadamente, a diferencia de otras colitis crónicas como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, esta enfermedad no se asocia con un mayor riesgo de cáncer de colon, por lo que el pronóstico es generalmente favorable.
En conclusión, la colitis microscópica es una enfermedad de difícil diagnóstico, en la que la sospecha clínica y la actuación cuidadosa del endoscopista son fundamentales. En su manejo, el compromiso del paciente es esencial, ya que medidas como dejar de fumar y ajustar ciertos medicamentos son clave para el mejorar el curso clínico. Afortunadamente, el riesgo de cáncer de colon no se ve incrementado y, con el enfoque adecuado y un seguimiento estrecho, los pacientes pueden llevar una vida libre de síntomas.
AUTORES
Ainara Baines García. Médico adjunto de Aparato Digestivo en el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Miriam Gil Pérez y Malena Falces Argerich. Enfermeras en el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Itsaso Areta Lara. Médica de Atención Primaria en el Centro de Salud de Noáin-Beriain.
Leire Loyola Sergio y Miriam Díez de Ulzurrun Muruzábal. Médicas de Atención Primaria en el CS de Sangüesa