Consejos a pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal


Olga Rivas Calvete, Marta Delgado Puente, Sonia Dieste Samitier, Lorenzo Olivan Guerri, María Carmen Lasierra Betrán, Blanca Marzal López, Yolanda Ber Nieto y Manuel Dominguez Cajal.

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La Enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un trastorno inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal caracterizada por fases alternantes de recaída y remisión clínica.

Podemos distinguir dos tipos:
1. Colitis ulcerosa, afecta principalmente al colon. La diarrea y la rectorragia son sus síntomas principales.
2. Enfermedad de Crohn tiene afectación parcheada, trasmural de la boca al ano, siendo el íleon la zona más afectada. Sus síntomas son diarrea, dolor abdominal y pérdida de peso.

Consejos dietéticos

1. Llevar un registro alimentario.
Algunos alimentos o bebidas pueden empeorar los síntomas asociados a la enfermedad, anote los que le afectan negativamente antes de valorar eliminarlos.
2. Realizar cinco comidas al día.
Durante un brote se debe ingerir menos cantidad de comida por toma, realizando 5 comidas al día.
El estrés, el nerviosismo o las prisas pueden incrementar la sintomatología intestinal.
Coma en un ambiente relajado y con el tiempo suficiente.
3. Beber suficientes líquido.
Para mantener una adecuada hidratación y reponer las pérdidas intestinales se aconseja beber una cantidad suficiente de líquidos.
4. Limitar el consumo de alimentos con alto contenido en fibra.
En una dieta equilibrada se recomienda consumir una cantidad adecuada de fibra.
Durante los brotes, es recomendable seguir una dieta con bajo contenido en fibra.
5. Consumir cereales de fácil digestión y evitar productos de panadería o bollería que contengan semillas y frutos secos.
6. Evitar el exceso de grasas.
Durante los brotes, limitar las grasas en la dieta ya que se absorben mal a nivel intestinal, aumentando la sintomatología.
7. Mantener el aporte de proteínas y calorías adecuado.
Para evitar pérdida de peso y masa muscular.
8. Cocinar los alimentos al vapor, a la plancha o hervidos.
Ayuda a preservar los nutrientes y vitaminas.

Viajar con EII

• Si toma tratamientos que modulan la respuesta inmunológica o tratamientos biológicos debería anotarlos en una tarjeta traducida al idioma oficial del país de destino y llevarla siempre en el viaje.
• Antes de salir de viaje consulte a su médico si debe llevar algún tratamiento antibiótico, para usarlo ante una diarrea del viajero o fiebre con deposiciones sanguinolentas y cómo actuar en caso de brote.
• Si aparece fiebre en un paciente con tratamiento inmunosupresor debe consultarlo a la mayor brevedad posible.
• Puede resultar difícil diferenciar un brote de una gastroenteritis o diarrea del viajero, en caso de presentarse diarrea, el primer objetivo sería prevenir la deshidratación, aumentando la ingesta de líquidos mediante agua embotellada o tratada. Si la diarrea dura más de un día debe tomar suero oral.

Actividad física

• La actividad física en la EII incrementa la calidad de vida y aumenta la densidad ósea.
• En periodos de actividad de la enfermedad, realizar ejercicio puede complicado por la presencia de anemia, afectación del estado general, desnutrición y clínica intestinal del paciente. Si es posible deberá intentar mantener cierta actividad física para evitar la atrofia muscular en los períodos de actividad, sobre todo en los pacientes en tratamiento con corticoides.
• Establezca un programa de ejercicio físico personalizado en cada paciente, en función de la edad, existencia de otras enfermedades concomitantes y limitaciones debidas a la actividad de la enfermedad y la medicación administrada.
• En los pacientes en tratamiento con corticoides se aconseja evitar ejercicios que sobrecarguen las articulaciones y las estructuras óseas para evitar complicaciones.

Vacunación

• Si la enfermedad está en remisión, no se sigue tratamiento con inmunosupresores o terapia biológica y el estado de nutrición es adecuado, puede ser vacunado con vacunas de virus muertos aunque la respuesta puede ser menor.
• Las vacunas de virus vivos (triple vírica, varicela, fiebre amarilla y fiebre tifoidea oral) están contraindicadas en pacientes inmunocomprometidos y deben evitarse hasta pasados 3 meses de finalizar el tratamiento. Si está en tratamiento con corticoides, es aconsejable esperar a su suspensión o a recibir una dosis baja antes de proceder con la vacunación. Debe evitarse la vacunación en embarazadas durante el primer trimestre de gestación y las vacunas con microorganismos vivos atenuados durante todo el embarazo.

• Las vacunas indicadas de forma general durante el embarazo, son la del tétanos-difteria y la de la gripe a partir del 1er trimestre.

AUTORES:

Olga Rivas Calvete, Marta Delgado Puente, Sonia Dieste Samitier, Lorenzo Olivan Guerri, María Carmen Lasierra Betrán y Blanca Marzal López.
Enfermeros. Unidad Endoscopias Digestivas Hospital Universitario San Jorge. Huesca
Yolanda Ber Nieto y Manuel Dominguez Cajal. FEA Aparato Digestivo Hospital Universitario San Jorge. Huesca