La miopía es una alteración de la visión que puede aparecer de forma rápida o gradual en la que no pueden verse con claridad los objetos que están lejos, pero que no afecta a los que están cerca. Se suele diagnosticar durante la edad infantil, alcanzando el pico en la adolescencia. Existen casos registrados de miopía hereditaria.
La presbicia es otra alteración, en este caso se incluye dentro de los cambios naturales producidos por el envejecimiento, suele aparecer en la década de los cuarenta y se trata de una incapacidad para enfocar objetos cercanos.
Ambas patologías pueden corregirse con gafas, laser, lentillas o intervención quirúrgica.
El tipo de intervención se elegirá de manera individualizada, priorizando aquella que mayor beneficio y menor riesgo aporte al paciente y vendrá determinada según sus necesidades y características, siempre siguiendo las indicaciones del oftalmólogo que realizará una valoración completa y un examen exhaustivo.
El implante de lentes intraoculares es una técnica quirúrgica en la cual la lente se coloca entre la córnea y el cristalino, sin necesidad de extraer este último y se utiliza cuando las miopías son muy elevadas, en caso de que la miopía sea menor, se puede optar por la técnica del láser que consiste en modificar la superficie de la córnea.
Según la lente que se utilice y el espacio en el que se coloca pueden llegar a corregirse hasta 20 dioptrías, pero hay que tener en cuenta que la progresión de la miopía no se detiene.
El grupo de edad que más se beneficia de esta técnica son adultos jóvenes entre 40-50 años.
Tipos de lentes
El oftalmólogo será en responsable de elegir la lente más adecuada según la patología y edad del paciente. En el caso de pacientes jóvenes, menores de 40 años, se aconseja usar lente fáquicas ya que la función del cristalino es correcta.
A partir de los 50 años, la mayoría de las personas desarrollan presbicia, indicador claro de que el cristalino no funciona correctamente por lo que se prefieren lentes intraoculares multifocal, este tipo de lentes sustituye al cristalino, en este caso si se indica su extracción.
Las lentes están fabricadas materiales biocompatibles y su vida útil es indefinida.
Intervención y resultados
La intervención es ambulatoria y se realiza bajo anestesia local, independientemente del tipo de lente. El riesgo de infección y complicaciones es muy bajo, en ocasiones puede aparecer inflamación, alergias por incompatibilidad del material o complicaciones en la retina en aquellos pacientes con miopías muy elevadas.
Los resultados son excelentes, la visión se recupera casi de inmediato en la mayoría de los casos.
Recomendaciones post-intervención
• No conducir hasta 24-48h después de la intervención.
• Usar gafas de sol para evitar deslumbramientos.
• No frotarse los ojos, para limpiarlos utilizar una gasa o pañuelo de forma suave.
• No utilizar maquillajes o cremas hasta pasadas dos semanas.
• No realizar esfuerzos, levantar objetos pesados, agacharse o mirar hacia abajo para evitar que la lente se mueva.
• Subir y bajar escaleras con apoyo (pasamanos u otra persona)
• No parpadear de forma brusca ya que puede en los párpados y pestañas existen gérmenes que pueden provocar infecciones.
• No realizar ejercicio físico y evitar piscinas, saunas o jacuzzis la primera semana.
• Puede verse la televisión o el ordenador (con moderación) al día siguiente de la intervención.
• Aplicarse el tratamiento prescrito, gotas antiinflamatorias, antibióticas o el uso de lágrimas artificiales para mantener el ojo hidratado.
• Siempre consultar al médico ante cualquier síntoma o sensación desagradable.