El sondaje vesical consiste en la introducción de una sonda en la vejiga a través de la uretra. Los sondajes vesicales se indican principalmente para retenciones urinarias agudas o crónicas, obstrucciones urinarias, intervenciones quirúrgicas de más a dos horas, y medición de la diuresis en paciente crítico.
Un sondaje se puede prescribir de forma temporal, permanente o intermitente.
Sus principales usos son: evacuación de orina, control estricto de la diuresis, administración de fármacos y realización de lavados vesicales. En domicilio, el uso más habitual es la evacuación de orina.
La principal complicación del sondaje vesical son las infecciones del tracto urinario (ITU), pero si el sondaje es a largo plazo se añaden obstrucción del catéter, formación de cálculos, infecciones periurinarias y pielonefritis (infección en uno o ambos riñones) crónicas entre otras.
Un correcto mantenimiento de la sonda permite conservar la permeabilidad y, sobre todo, disminuir el riesgo de infección asociado. Para ello son necesarios una serie de hábitos y medidas higiénicas.
Medidas higiénicas
- Lávese las manos con abundante agua y jabón antes de cualquier manipulación de la sonda o la bolsa.
- Lave los genitales y la zona de inserción de la sonda (meato urinario) con agua y jabón normal una vez al día y siempre que sea necesario. Vaya limpiando la sonda hacia el otro extremo para completar su limpieza. Nunca limpie desde el otro extremo de la sonda hacia su cuerpo. En el caso de los hombres, la limpieza se realizará retirando el prepucio y limpiando el glande. Es importante devolver el prepucio a su posición normal para evitar parafimosis. En las mujeres, la higiene se realizará a lo largo del periné y siempre de delante hacia atrás.
- Seque después muy bien la zona con una toalla limpia. Mantenga siempre la zona limpia y seca.
- El uso de antisépticos no es necesario ni está recomendado por no ser efectivo.
Hábitos recomendables
- Mantenga siempre la sonda conectada a la bolsa colectora. No está recomendado el uso de tapones, úselos sólo cuando su médico se lo ha indicado específicamente.
- Rote la sonda periódicamente para evitar adherencias.
- Fije la zona al muslo evitando que esté tirante o se acode, cambiando el muslo en el que la fija cada día.
- Evite tirar de la sonda.
- Beba abundantes líquidos (agua, zumos, caldos, infusiones, etc.) para mantener la permeabilidad (si no está contraindicado por otras causas médicas). Se aconsejan unos 2 litros al día.
- Mantenga la sonda y la bolsa por debajo del nivel de la vejiga en todo momento para evitar el reflujo de orina.
- Evite pinzamientos, torsiones y acodamientos de la sonda o la manguera de la bolsa.
- Cambie la bolsa si se rompe, se ensucia, presenta sedimento, cambios en el color o percibe mal olor.
- Vacíe la bolsa cada 8h o siempre que se llene.
- Mantenga el sistema vejiga-sonda-bolsa cerrado. Evite conexiones y desconexiones innecesarias de la sonda-bolsa. Vacíe siempre la bolsa por la válvula o grifo preparada para ello.
- Utilice la bolsa que mejor se adapte a sus necesidades.
- Por la noche es más cómodo utilizar bolsas de mayor tamaño y con manguera más larga.
- Evite que la bolsa arrastre por el suelo.
- Si el volumen de orina es muy bajo o nulo, cerciórese de la permeabilidad de la sonda.
- Acuda a un centro sanitario si presenta: fiebre, salida de orina perisonda, coloración anormal de la orina (piuria, hematuria), salida de coágulos, dolor en el pubis, etc.
AUTORAS:
Lucía Orduna del Amo, Ana Lorés Puértolas, Laura Larramona Escario, Rebeca Marban Fernández, María Vanesca Zamora Sierra, Isabel Viñuales Laviña.
Enfermeras de la Unidad de Urología del Hospital General San Jorge de Huesca.