La palabra duelo proviene del latín dolus que significa dolor, desafío o combate entre dos, mientras luto proviene de lugere que quiere decir llorar. En nuestro medio, duelo y luto suelen ser empleadas como sinónimos, aunque en realidad, duelo hace referencia a los sentimientos subjetivos y reacciones afectivas provocados por la muerte de un ser querido, mientras luto se referirá a la expresión social del comportamiento y a las prácticas posteriores a la pérdida
(1). La SECPAL en su reciente guía para familiares en duelo, lo define como “el proceso de adaptación que permite restablecer el equilibrio personal y familiar roto por la muerte de un ser querido, caracterizado por la aparición de pensamientos, emociones y comportamientos causados por esa pérdida”. El manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) lo define como reacción a la muerte de una persona querida (2). Un estudio publicado por un grupo de trabajo sobre duelo en el País Vasco estima una prevalencia del 5.16% (3), lo cual habla de la magnitud de este proceso, que tarde o temprano habrán de afrontar casi todos los seres humanos.
Manifestaciones del duelo 64. Duelo en Oncología
Manifestaciones del duelo en Oncología 64. Duelo en Oncología, la que aparece en la última edición del Tratado de Psiquiatría de Kaplan, que divide el proceso normal de duelo en tres fases, que pueden superponerse, no necesitando la completa finalización de una etapa para pasar a la siguiente, siendo además posible el retroceso a una anterior:
1. Fase de shock y negación: predomina la negación y el aturdimiento. El entorno adecuado y las actividades inherentes a la pérdida y vinculadas al proceso del luto ayudan al deudo. Se producen intensos sentimientos de separación y una amplia variedad de comportamientos (añoranza, protesta, labilidad…)
2. Fase de angustia aguda y aislamiento: comienza cuando el doliente constata la futilidad de los sentimientos y comportamientos anteriores. Erich Lindemann (tras el incendio del Coconut Grove de Boston en 1944 y el estudio de 101 personas en duelo, fue el primero en describir la sintomatología física y mental del duelo agudo) describe seis componentes:
-
- Sufrimiento somático agudo, que sucede en salvas (waves) con una duración entre 20 minutos y una hora, que se manifiesta como disfagia, ahogo, sensación de plenitud, debilidad, cefalea, flacidez… En ocasiones estas sensaciones suceden cuando la persona recibe visitas de allegados por lo que el alejamiento de estos es común.
- Pensamientos recurrentes relacionados con la persona fallecida.
- Sentimientos de culpa.
- Angustia y enfado dirigidos contra ellos mismos, la persona fallecida, familiares, amigos, conocidos, médicos, contra el mundo y en el caso de profesar alguna creencia contra Dios.
- Dificultad para descansar, inquietud, falta de motivación acompañan al abandono de sus comportamientos y rutinas habituales.
- Identificación con el fallecido, adopción de sus comportamientos y actitudes (sobre todo aquellos presentes al final de la enfermedad). Esta fase aguda puede durar semanas o meses dando paso de manera gradual a un reordenamiento o mejora y a la posibilidad de seguir adelante.
3. Fase de reorganización: el deudo asume el verdadero significado de la pérdida y su extensión, marcando el comienzo de esta nueva etapa en la que recupera su vida previa: vuelve al trabajo, asume sus roles anteriores y adquiere nuevos si es necesario, se relaciona de nuevo…
Manifestaciones del duelo. Duelo en Oncología 65
Manifestaciones del duelo. Duelo en Oncología 65 previa, de los antecedentes vitales y experiencias anteriores así como de las características y/o tipo de muerte, de los factores sociales y culturales.
(1). Modelos de duelo. Antes de describir las alteraciones y reacciones normales ante un duelo, creemos relevante exponer en primer lugar, y de forma no muy extensa, los diferentes cuerpos teóricos en los que se han basado algunos de los autores que han estudiado el tema.
- Algún tipo de malestar somático o corporal
- Preocupación por la imagen del fallecido
- Culpa relacionada con el fallecido o con las circunstancias de la muerte
- Reacciones hostiles
- Incapacidad para funcionar como lo hacía antes de la pérdida
- Parecían desarrollar rasgos del fallecido en su propia conducta. George Engel, un psiquiatra inglés (1964) estableció un paralelismo entre el duelo y la fisiología de una herida física. Es decir, que al igual que en ésta, podemos observar que algunos individuos curarían por completo de su duelo; en otros quedarían secuelas leves y en otros una alteración permanente de sus funciones. En realidad, muy poca gente consideraría a priori el duelo como una enfermedad, aunque sí es cierto que muchas veces se asocia al comienzo de una o varias enfermedades, sean estas físicas o psíquicas.
Como además, para la mayoría de los profesionales y de la gente de la calle el duelo es un estado transitorio normal, muy pocos se han preocupado de conocerlo en profundidad, por lo que realmente no hay consenso acerca de la evolución, duración ni complicaciones. De hecho, los dos grandes sistemas de clasificación en psiquiatría (ICD-10 y DSM-IV) 66 Duelo en Oncología dedican poca atención al tema. Para la CIE-10, el duelo no es admitido como entidad característica, y si queremos definir un proceso de duelo, debemos referirnos al apartado de los trastornos adaptativos breves, si el periodo de tiempo desde el fallecimiento es inferior a 6 meses, o prolongados, si dura hasta 2 años. Si después de este tiempo persisten síntomas habrá que recurrir a clasificar el proceso dentro de los trastornos correspondientes. Sin embargo, recientemente, el DSM-IV ha introducido un apartado específico sobre el duelo normal, reconociéndolo como una entidad con características propias. Define el duelo como una reacción a la muerte de una persona querida, afirmando que en muchos casos se confunde con una reacción depresiva mayor, recomendando hacer este diagnóstico en caso de que los síntomas persistan más de 2 meses después de la pérdida. Por lo tanto, de forma general podemos afirmar que el duelo suele interpretarse como una reacción o trastorno menor de carácter adaptativo, o a la sumo de depresión reactiva, sin entender que es una entidad con características propias, que la independizan con claridad de otras reacciones afectivas, y que el riesgo reside en una evolución patológica hacia otras entidades morbosas.
Modelos biológicos de duelo
Se incluyen aquí a todos aquellos autores influidos por las teorías del estrés o bien por teorías evolucionistas. Así, el duelo se considera una respuesta automática del organismo a cualquier cambio ambiental, externo o interno, mediante la cual se preparará para hacer frente a las posibles demandas que se generen como consecuencia de la nueva situación. De esta forma, la respuesta de estrés dependerá no solo de la situación, esto es, de las demandas objetivas, sino de la percepción que se tenga de las mismas, y de los resultados o habilidades con que se cuente para enfrentarse a ellas. Es decir, que la respuesta de estrés supondrá la activación fisiológica y cognitiva así como la preparación del organismo para una intensa actividad motora. Engel (1962) entendía el duelo como una situación de máximo estrés biológico que activaría dos sistemas de respuesta contrapuestos. El primero sería el de ataque-huída, es decir, el paradigma del modelo biológico de la ansiedad. Su activación llevaría a sufrir sentimientos de ansiedad, intranquilidad psicomotriz y rabia irracional. El segundo sistema activado sería el de autoconservación-abandono que podría verse como el modelo biológico de la depresión. Su activación generaría apatía, dificultad de concentración y aislamiento social. El duelo produciría una activación simultánea de ambos, con un cúmulo de sentimientos y reacciones contradictorios según cual predominase.
BIBLIOGRAFIA:
1{INTERNET}: ttps://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion
AUTORAS:
Cristina Caballero García. Auxiliar Administrativa. Hospital Ntra. Sra. de Gracia. Zaragoza.
Raquel Olmos Sánchez. Auxiliar de Enfermería. Hospital Ntra. Sra. De Gracia. Zaragoza.
Piedad Fleta Cubero. Celadora. Hospital Ntra. Sra. de Gracia. Zaragoza.