El mal aliento: un problema de origen bucal


Juan Miguel Bayona Iturrarte

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El diccionario de las ciencias médicas de Salvat define la halitosis (del latin halitus) como: olor anormal del aire espirado, aliento fétido, bromopnea (fetidez de la respiración) «foetor ex ore». Podríamos definirla también como olor desagradable u ofensivo proveniente de la cavidad oral.

El problema de la halitosis es tan antiguo como el hombre, y trasciende a las culturas, tiempos y creencias. En la antigua China, las lesiones inflamatorias en las encías eran reconocidas por cambios en la movilidad dentaria y fetidez en el aliento.

Hipócrates (460 a C) asociaba el mal aliento con los cambios en las encías y con la enfermedad periodontal. Tabari (850), médico árabe, distinguía entre la halitosis originada en la boca -que él trataba con gárgaras de parietaria, semillas de mostaza y orégano- de la halitosis originada en el interior del organismo para la que prescribía medidas dietéticas y purgantes. Pierre Fauchard (1678 – 1761), llamado el padre de la dentistería moderna y autor de la primera codificación completa sobre la enfermedad dental, en sus descripciones sobre la enfermedad periodontal, incluye el «foetor ex ore».

Gran parte de las personas que padecen halitosis piensan que está relacionada con trastornos digestivos, pero hoy estamos en condiciones de afirmar que el 87% de los problemas de halitosis tienen un origen oral. En segundo lugar, el problema es de origen nasal; y una mínima parte tiene su origen en problemas respiratorios, renales, hepáticos, hormonales.

Cuando estamos con una persona que tiene mal aliento, lo que nosotros apreciamos olfativamente son los compuestos volátiles del sulfuro (VSC). En 1977 Tonzetich encontró la correlación entre el mal aliento y la presencia en la boca de compuestos volátiles del sulfuro.

La mejor forma de prevenir la halitosis es practicar unas buenas medidas de higiene bucal

Los compuestos volátiles del sulfuro (sulfuro de hidrógeno, metilmercaptano, sulfuro de dimetil y disulfuro de dimetilo ) putrescina y cadaverina, se originan en la boca como producto de degradación de las proteínas sobre las que actúan las bacterias acumuladas en la cavidad oral. En su producción influyen la saliva, el impacto de la comida, la dieta e higiene.

En nuestra boca hay más de 300 tipos diferentes de microorganismos. La flora de nuestra boca varía de acuerdo al estado de salud o de enfermedad. Entre estos 300 tipos diferentes de microorganismos se han identificado algunas bacterias gram-negativos: Porphyromonas gingivalis, Prevotella intermedia, Bacteroides forsythus, Fusobacterium nucleatum y Treponema denticola.

Estas bacterias actúan sobre las proteínas produciéndose VSC. Estas bacterias aumentan cuando se dan determinadas condiciones como falta de higiene, disminución de flujo salivar, alcalinidad, disminución de precisión de oxígeno, restos celulares, restos sanguíneos y aumento de la placa bacteriana, pasando de una flora escasa y gram-positivo a una abundante y con predominio de gram-negativo, siendo entonces cuando se incrementa la producción de VSC y el mal aliento.

El habitat de esta microbiota gram negativa anaerobia es la saliva y la superficie de los dientes; y los factores retentivos son los restos radiculares, las caries no tratadas, las prótesis mal ajustadas, las papilas profundas y las fisuras en el dorso de la lengua; y en los individuos con enfermedad periodontal, las bolsas periodontales.

Los gérmenes gram-negativos que hemos citado son, asimismo, los responsables de la enfermedad periodontal, que en una primera fase cursa como gingivitis (inflamación, enrojecimiento y sangrado gingival) y en ciertos individuos evolucionan hacia periodontitis, donde además de los signos anteriores, hay pérdida de soporte óseo y pérdida de inserción. Los estudios muestran que hay correlación entre los niveles de VSC y la severidad de la enfermedad periodontal.

Tipos de halitosis

  • Transitoria, cuando está originada por métodos incorrectos de higiene y/o relacionada con ciertos hábitos y dietas.
  • Patológica, originada por las bacterias anaerobias productoras de VSC.
  • Halitofobia. Pacientes que no padeciendo halitosis están convencidos de lo contrario.
  • Relacionada con otras enfermedades o con ingesta de medicamentos.

En la halitosis transitoria habría que contrarrestar la situación que causa la halitosis: medidas de higiene, tomar más agua, disminuir o eliminar bebidas fuertes- café, alcohol y tabaco- actuar sobre la dieta (comidas fuertes, olorosas, ajos, cebollas, etc.) y hacer varias comidas al día.

En la halitosis patológica habría que empezar por un estudio y diagnóstico dental seguido del tratamiento de todos los factores retentivos (caries,prótesis,abscesos…),diagnóstico periodontal y tratamiento mediante raspaje y alisado radicular o cirugía periodontal si estuviera indicado. En los pacientes con halitosis pero sin patología periodontal habría que tratar la glositis anaeróbica si estuviera presente. En ambos, transitoria y patológica, habría que cepillarse la lengua pudiendo utilizar además colutorios antimicrobianos específicos, que ayudarían a acabar con la halitosis.

En cuanto a los pacientes Halitofóbicos, convendría que algún familiar les acompañara a la consulta del dentista para mostrar a ambos que su problema no tiene un origen bucal. Cuando la halitosis no es de origen bucal hay que dirigir al paciente a otro especialista para que trate su problema. En caso de estar originada en algún medicamento, se puede disminuir la dosis o cambiarlo por otro.

En caso de halitosis hay que acudir al médico estomatólogo o dentista de confianza y explicarle el problema. Si, como hemos dicho, la mayor parte de las veces el origen de la halitosis es bucal, es en el ámbito de la clínica dental donde se tratará este problema.