El infarto agudo de miocardio, también conocido como ataque al corazón, es una situación de emergencia que requiere atención inmediata. Reconocer sus síntomas desde el inicio es clave para mejorar las probabilidades de recuperación. A continuación, se describen los principales síntomas que pueden sugerir la presencia de un infarto y que deben ser motivo de consulta urgente.
Principales síntomas
- Dolor o malestar en el pecho: la sensación de dolor o incomodidad en el centro o lado izquierdo del pecho es el síntoma más frecuente. Este dolor suele ser descrito como una opresión, una presión fuerte o una sensación de peso, y puede durar más de unos pocos minutos o aparecer y desaparecer.
- Dolor irradiado: a veces, el malestar no se limita al pecho y puede extenderse a uno o ambos brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o la zona del estómago.
- Dificultad para respirar: la falta de aire o dificultad para respirar, que puede presentarse con o sin dolor en el pecho, es otro síntoma común de infarto, tanto en reposo como al hacer esfuerzo.
- Sudoración fría inexplicable: la aparición súbita de sudor frío, sin razón aparente, es una señal de alerta que no debe ignorarse.
- Náuseas y mareos: algunas personas, especialmente mujeres, pueden experimentar náuseas, vómitos o mareos, síntomas que, aunque pueden tener otras causas, podrían estar vinculados con un infarto.
- Cansancio extremo o debilidad inusual: la fatiga excesiva o una sensación de debilidad sin motivo claro, especialmente si es nueva y no mejora con descanso, podría ser una advertencia.
Es importante recordar que los infartos no siempre presentan estos síntomas de forma intensa o típica; algunos pueden manifestarse de forma sutil o leve. En particular, las mujeres, los adultos mayores y las personas con diabetes pueden experimentar señales menos típicas o difíciles de reconocer.
Qué hacer ante síntomas de infarto
Si sospecha que usted o alguien más está teniendo un infarto, es vital actuar de inmediato. Llame al número de emergencias (061) sin demoras y espere a los servicios médicos en un lugar seguro. Evite conducir hacia el hospital, ya que el personal especializado puede administrar los primeros cuidados de manera más eficaz si llega una ambulancia equipada.
La rapidez en la detección y respuesta ante estos síntomas puede marcar la diferencia.