Influencia del desarrollo motor en la visión


Gregorio Lancina . Bachelor en Optometría por la Universidad de Pennsylvania, USA, O.O.D /Director del Centro de Especialización Optométrica en Pamplona María J. Izquierdo . Doctora en Optometría por la Universidad de New England, USA, O.O.D /Directora del Centro de Especialización Optométrica en Pamplona

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En nuestro centro vemos muchos niños con trastornos del aprendizaje que se manifiestan como alteraciones en la lectura y la escritura. Al realizar un examen global de las habilidades básicas motoras, sensoriales y cognitivas, nos encontramos frecuentemente con un desarrollo motor inmaduro que ha contribuido a que el niño tenga más dificultades a la hora de realizar las tareas escolares.

Relación entre el desarrollo motor y la visión

Ya sabemos que el cerebro es el que ve, oye, escribe, lee, habla, etc. y que los ojos, la boca y los oídos son los delegados para desarrollar estas funciones.

Es durante el desarrollo de la psicomotricidad donde el cerebro aprende a usar estos delegados y a realizar interconexiones neuronales entre las diferentes áreas del cerebro para poder comprender el mundo que le rodea y ordenar la entrada de información para poder procesarla. Por esto es tan difícil reeducar algo que en su día no fue bien integrado y que tiene tanta transcendencia en la labor educativa.

Es necesario conocer los mecanismos y las etapas del desarrollo motor que utiliza el cerebro de un niño para realizar una determinada tarea. De esta manera podemos evitar o entender porque un niño no es capaz de realizar una labor propia de su edad y así intentar desarrollar una terapia adecuada para él.

¿Cuáles son las fases más importantes del desarrollo motor?

1. Reflejos Tónico Cervical Simétrico y asimétrico. Estos patrones de coordinación permiten las primeras relaciones óculo-manuales, importantes en el futuro a la hora de aprender a escribir. La activación es monocular alternante. La maduración visual de la capacidad de acomodación y el aumento de las agudezas visuales permiten al bebe elaborar respuestas de fijación y seguimientos visuales de un estimulo colocado a la altura de su cara y alrededor de la línea media del cuerpo.

2. Arrastrado contra lateral. Coordina el brazo derecho con la pierna izquierda. En el sistema nervioso central se activan las vías cruzadas y se activa la actividad del cuerpo calloso. Se incorpora el patrón contra-lateral y se inicia la percepción de profundidad a nivel de visión, audición y tacto.

3. Gateo contra lateral. Con el gateo el bebé es capaz de despegar el cuerpo del suelo y mantener el apoyo en 4 puntos utilizando su sistema de equilibrio. Las dos imágenes visuales se funden en una sola, lo cual contribuye a que perciba el espacio en tres dimensiones, a que pueda sortear obstáculos, elevar la cabeza y dirigir la escucha y la mirada a una mayor distancia.

Si trata de coger un objeto que esta distante en el suelo primero lo localiza, lo busca con la mirada y luego se dirige hacia el gateando. Los cambios de distancia activan los ajustes dióptricos y desarrollan la amplitud, flexibilidad y precisión de la acomodación visual.

Por esta razón la acomodación y las vergencias no se pueden desarrollar sin la vinculación de la locomoción y la manipulación. Si existe algún bloqueo por falta de de estimulación en el desarrollo neuro-psicomotriz se pueden alterar esta habilidades, siendo estas capacidades fundamentales para los movimientos visuales durante la lectura.

De todo esto se desprende la gran importancia que tiene para los optometristas funcionales el desarrollo motor. La valoración de cómo se desarrolla el niño, conocer su paso por las etapas evolutivas, ayuda a comprender en qué nivel de madurez se encuentra su sistema visual, el por qué de sus dificultades y en qué punto se quedaron estancadas su visión y su desarrollo neuro-funcional.


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