La consulta de agudos en atención primaria es un servicio esencial para el manejo de enfermedades autolimitadas como gripes, catarros, faringitis, otitis, infecciones urinarias leves, vómitos o diarreas. Un proceso autolimitado implica que su resolución va a ser independiente del tratamiento en la mayoría de los casos y que éste será sintomático. El objetivo principal de esta consulta será por lo tanto reforzar autocuidados y medidas sintomáticas, proporcionando así una atención eficaz, la educación sanitaria necesaria y optimizando el uso de los recursos.
En este contexto, la enfermería de familia desempeña un papel clave, ofreciendo una atención cercana, promoviendo el autocuidado y ayudando a los pacientes a diferenciar entre los casos que pueden manejarse en casa y aquellos que requieren atención sanitaria.
Funciones de la consulta de agudos
La consulta de agudos no solo se centra en el alivio de síntomas, sino también en la educación para la salud (EpS) del paciente para garantizar un uso adecuado del sistema sanitario y una autogestión responsable de su salud.
Procesos más habituales
Dentro de los procesos agudos autolimitados más habituales vistos en consulta destacan:
• El catarro y la gripe donde aparte de valorar la presencia de signos de alarma tras explorar y auscultar al paciente que puedan requerir intervención médica, la gran parte de la consulta se basa en fomentar los autocuidados de descanso y buena hidratación, evitar el humo del tabaco y los cambios bruscos de temperatura y el uso de analgésicos o antitérmicos en caso de fiebre o malestar. Explicando que tienen que volver a acudir si presentan dificultad para respirar en reposo, fiebre de más de 38ºC más de 4 días o dolor torácico.
• En el caso de las gastroenteritis (vómitos y/o diarrea) tras explorar el abdomen y valorar signos de alarma se explican los autocuidados, se fomenta la hidratación (suero oral o similar) y como progresar la dieta. Además se explica que hay que reacudir si los vómitos duran más de 24 horas, si hay signos de deshidratación (boca seca, orina escasa, mareos) o si aparece fiebre alta o diarrea con sangre.
• Si acuden por dolor de garganta, se valoran los criterios Centor y se realiza un test si es necesario para valorar causa bacteriana, poniendo antibiótico según protocolo y tras revisar posibles alergias. Si la causa es vírica se insiste en beber líquidos tibios, utilizar caramelos o pastillas para la garganta y analgésicos en caso de fiebre o dolor intenso. Explicando que solo hay que reacudir si aparecen fiebres altas, placas blancas en la garganta o dificultad para respirar.
• En el caso de que el motivo de consulta sea solo fiebre, tras descartar posibles orígenes, se recomienda la hidratación y descanso y el uso de antitérmicos si hay malestar. Insistiendo que solo es motivo de reconsulta si la fiebre dura más de 4 días o es más alta de 39ºC sin que haya otro síntoma, si aparece dificultad para respirar, confusión, rigidez en el cuello, dolor en pecho o abdominal intenso o si aparecen petequias.
• Por último, en las molestias urinarias también se descarta la infección con una tira de orina, poniendo el antibiótico según el protocolo si lo necesita y si no hay infección se refuerza la higiene de la zona genital y la hidratación y se explica que solo tiene que volver si comienza con dolor lumbar o fiebre, sangre en la orina o no mejora en 2-3 días.
Problemas de autogestión de la salud más habituales
Otra de las funciones en consulta es corregir los problemas de autogestión ineficaz de la salud de los pacientes, entre los más habituales están:
• El abuso de antibióticos y la creación de resistencias bacterianas. La demanda injustificada de antibióticos para tratar procesos virales como gripes, resfriados o faringitis es habitual. La enfermera de agudos tiene un papel fundamental en EpS que evita el uso inadecuado de antibióticos y la creación de futuras resistencias. Un mal uso de antibióticos puede favorecer el desarrollo de resistencias bacterianas, haciendo que los antibióticos dejen de ser efectivos matando las bacterias que causan enfermedades. Favoreciendo que algunas infecciones sean muy difíciles de tratar, con consecuencias como la hospitalización o incluso la muerte en pacientes de alto riesgo.
Dentro de la EpS en estos casos, parte de la consulta se invierte en explicar que los antibióticos solo son efectivos contra bacterias y no contra virus, enseñando a diferenciar síntomas de infecciones víricas y bacterianas. También se refuerza la importancia de completar todos los días de tratamiento antibiótico prescritos, evitando interrupciones que favorecen resistencias.
Una comunicación clara, respetuosa y empática ayuda a desmontar ciertos mitos sobre los antibióticos, como la falsa creencia de que las gripes duran menos si se tratan con antibióticos. A veces es difícil manejar la presión de algunos pacientes que exigen antibióticos, especialmente en el caso de faringitis víricas, pero la mayoría de estos pacientes salen de la consulta con tranquilidad y confianza tras validar sus preocupaciones y explicar la evolución natural de los procesos víricos y tras ofrecer alternativas seguras para aliviar síntomas (hidratación, analgésicos, reposo). Gracias a estas estrategias, se consigue reducir el uso inadecuado de antibióticos, minimizando la aparición de resistencias y asegurando que se empleen solo cuando realmente son necesarios.
• Otro de los déficits de autocuidados más habituales que se ven a diario en consulta es el abuso de analgésicos y antipiréticos, especialmente en procesos catarrales o gripales. Es común que los pacientes tomen medicamentos antigripales sin conocer su composición, lo que puede llevar a sobredosis accidentales. El principal riesgo es el consumo excesivo de paracetamol, dado que la mayoría de los medicamentos para el resfriado contienen paracetamol como principio activo. Algunas veces el paciente toma estos fármacos junto con otras presentaciones de paracetamol, lo que puede superar la dosis segura (máximo 3-4 g al día en adultos), muchos pacientes no saben que esta sobredosis puede dañar el hígado.
Dentro de la EpS en estos casos, parte de la consulta se invierte en enseñar a leer los prospectos y etiquetas para evitar duplicidades, explicar la diferencia entre los principios activos y los nombres comerciales y en promover el uso responsable de los analgésicos, destacando que no es necesario prevenir la fiebre si no hay malestar. El objetivo final es que los pacientes sean conscientes de lo que toman y eviten automedicarse sin control, reduciendo riesgos asociados a sobredosis o interacciones.
• Otro de los déficits de autocuidados más habituales es el olvido de los tratamientos crónicos prescritos para descompensaciones. En muchos casos, especialmente en pacientes asmáticos, alérgicos o con sinusitis de repetición, olvidan que ya tienen pautadas ciertas medidas de autocuidado que eviten descompensaciones mayores en caso de cuadros gripales o catarrales. En estos casos la función enfermera es esencial para vigilar la posible gravedad de dichas descompensaciones y recordar las medidas prescritas, como lavados nasales, uso de ciertas medicaciones de rescate, etc. La EpS en estos casos se centra en reforzar la adherencia al tratamiento crónico y de rescate, educar en hábitos saludables e identificar signos de alarma.
Conclusión
La consulta de agudos en atención primaria es fundamental para proporcionar atención eficiente, educar a la población y evitar el uso inadecuado de fármacos, especialmente antibióticos y analgésicos. Compartiendo el objetivo principal con el resto de la Atención Primaria, es un pilar fundamental para empoderar a la población, fomentar ciudadanos y ciudadanas capaces de gestionar su propio cuidado, concienciar sobre la importancia de mantener hábitos saludables y cómo mantener un nivel básico de autocuidados.
Los profesionales de enfermería desempeñan en esta consulta un papel clave en la prevención, el autocuidado y la correcta administración de tratamientos, asegurando que los pacientes reciban información clara y tomen decisiones responsables sobre su salud.
Con una adecuada educación sanitaria se consigue mejorar la calidad de vida de la población, reducir la sobrecarga del sistema sanitario y promover un uso racional de la medicación y los recursos.
AUTOR:
Íñigo Hidalgo Rípodas. Especialista Enfermería Familiar y Comunitaria
C.S. Buztintxuri – Consulta Procesos Agudos Autolimitados