La enfermedad de Crohn: mucho más que un problema digestivo


Ainara Baines García, Miriam Bragado Pascual, Paula Saralegui González y Arantxa Díaz Gómez

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La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar cualquier parte del aparato digestivo, desde la boca hasta el ano.

La causa exacta de la enfermedad no se comprende del todo a día de hoy, pero se cree que es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, ambientales e inmunológicos. El resultado final es una reacción en la que el propio sistema inmune de la persona ataca a su tracto gastrointestinal, junto con otros órganos.
Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, el rango más común de diagnóstico es entre los 15 y los 35 años, y tiene una prevalencia similar entre hombres y mujeres. Respecto a los factores de riesgo, se conoce que los antecedentes familiares de esta enfermedad, el tabaquismo, la dieta y el estrés pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad o empeorar los síntomas en quienes ya la padecen.

Síntomas

Los síntomas de la enfermedad de Crohn pueden variar mucho de una persona a otra. Generalmente incluyen la fatiga, el dolor abdominal, la diarrea crónica y la urgencia defecatoria (sensación repentina de necesitar evacuar el intestino, acompañada muchas veces por una sensación de incapacidad para contener las heces). Si la enfermedad es moderada o grave, puede añadirse pérdida de peso o fiebre.
Además del tracto gastrointestinal esta enfermedad puede afectar a otros órganos del cuerpo, como la piel, los ojos y las articulaciones, incluyendo llagas dolorosas en la boca, lesiones de psoriasis, hinchazón y dolor en las articulaciones, u ojos rojos y dolorosos.

Es importante conocer que los síntomas suelen aparecer y desaparecer en brotes, lo que puede dificultar el diagnóstico y el manejo de la enfermedad.

Diagnóstico

La presencia de los síntomas anteriormente mencionados debe hacernos buscar atención médica, la cual se iniciará en el ámbito de la Atención Primaria si los síntomas son leves, o en un servicio de Urgencias si la situación se agrava.

Los estudios iniciales incluyen un análisis de sangre y un análisis de heces. En ellos se intentará buscar signos compatibles con la enfermedad, a la vez que descartar otras afecciones con un cuadro clínico similar como las infecciones gastrointestinales.

Si existen sospechas fundadas de esta patología el paciente será remitido a un especialista en Gastroenterología, que completará el estudio con pruebas endoscópicas y de imagen. Es importante saber que no existen resultados específicos que nos aseguren el diagnóstico de esta enfermedad, sino que éste se basará en la combinación de los síntomas, los análisis de laboratorio, las pruebas de imagen y los hallazgos endoscópicos.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad de Crohn debe ser individualizado y puede variar según la extensión de la enfermedad, los síntomas del paciente o su edad, entre otros factores.
Dentro de las medidas más utilizadas encontramos:

• Corticosteroides: se utilizan para reducir de forma rápida la inflamación en el intestino y aliviar los síntomas durante los brotes agudos de la enfermedad. Sin embargo, su uso a largo plazo puede tener efectos secundarios, por lo que generalmente se utilizan sólo a corto plazo.

• Fármacos inmunomoduladores o terapias biológicas: se introducen en caso de mala respuesta a los corticoides o necesidad de un tratamiento a largo plazo. Ayudan a suprimir el sistema inmune para reducir la inflamación en el intestino y prevenir brotes de la enfermedad. Existen varios tipos, que se escogen según las características individuales del paciente.

• Cirugía: en algunos casos, cuando otros tratamientos no son efectivos o cuando hay complicaciones graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía para resecar la parte afectada del intestino o para reparar las complicaciones.

• Modificaciones en la dieta: aunque no existen recomendaciones generales, algunas personas con enfermedad de Crohn pueden beneficiarse de realizar cambios en su dieta, como evitar ciertos alimentos que desencadenan síntomas (generalmente grasos, picantes o ricos en fibra) o adaptar su alimentación durante los brotes agudos de la enfermedad.

• Suplementos nutricionales: en casos de desnutrición por esta enfermedad, se pueden recomendar suplementos nutricionales para garantizar una ingesta adecuada de nutrientes.

Desafíos sociales y laborales

Además de los síntomas físicos, que intentamos paliar con los tratamientos descritos, es vital tener en cuenta las implicaciones que esta enfermedad conlleva en todas las esferas de la vida de los pacientes.

Para empezar, los síntomas de la enfermedad pueden interferir con la participación de la persona en actividades sociales, así como en la vida en pareja y familiar, y son a menudo causa de ansiedad, depresión, baja autoestima y aislamiento social debido a vergüenza o incomodidad que producen. A este respecto, es muy importante que los pacientes conozcan que estos problemas son comunes, y busquen el apoyo emocional y psicológico adecuado. Comunicarse abiertamente con su médico, familiares, amigos y parejas sobre las dificultades que enfrentan puede ayudar mucho a gestionar el impacto de la enfermedad.

Además, el padecer esta enfermedad también afecta radicalmente al ámbito laboral, pudiendo dificultar el mantener un empleo estable. Los síntomas como la fatiga, el dolor abdominal y la necesidad frecuente de usar el baño pueden interferir con el trabajo, sin olvidar el ausentismo laboral debido a síntomas o citas médicas. En este sentido, es necesario un enfoque que aborde las necesidades específicas de cada individuo y fomente un entorno de trabajo solidario, implementando medidas individualizadas como la flexibilización de horarios o la adecuación del puesto de trabajo.

Conclusión

Para comprender la enfermedad de Crohn, no sólo basta con la visión médica. Es fundamental comprender los desafíos que presenta a todos los niveles para quienes la padecen, de cara a brindarles el apoyo necesario, mejorar su calidad de vida y así poder ayudarles de una manera global.

AUTORES

Ainara Baines García. Médico Adjunto de Aparato Digestivo en el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Miriam Bragado Pascual. Médico Residente de Aparato Digestivo en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Paula Saralegui González. Médico Residente de Aparato Digestivo en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Arantxa Díaz Gómez. Médico Adjunto de Aparato Digestivo en el Hospital Reina Sofía de Tudela