Si ya eres mamá, o estás embarazada, es normal que te hayas preguntado qué es lo más seguro para tu bebé, si la lactancia artificial o la materna . Al ser una enfermedad nueva, con muchos interrogantes y pocas investigaciones, puede que te surjan dudas, pero las pruebas están profundamente a favor de la lactancia materna.
El contacto piel con piel y la lactancia materna, temprana y exclusiva, ayuda al buen desarrollo del bebé y no hay razón de interrumpirla por causa del virus.
¿Debería seguir la lactancia materna durante la pandemia?
Por supuesto. La leche materna contiene anticuerpos beneficiosos para mantener a los bebés sanos y protegidos de muchas infecciones. Los anticuerpos y los factores bioactivos de la leche materna pueden combatir la infección de la COVID-19, incluso si el bebé ha sido expuesto al virus.
¿Pueden contraer la COVID-19 los bebés alimentados con leche materna?
Hasta la fecha, no se ha detectado la transmisión de casos activos de la COVID-19 a través de la lactancia, aunque se sigue investigando en ello.
Si una madre tiene COVID-19, presunta o confirmada ¿debe seguir amamantando?
Sí. Existen datos científicos de alta calidad que demuestran que la lactancia materna reduce la mortalidad de los neonatos, lactantes y niños menores de 5 años, incluso en entornos con recursos abundantes, y mejora la salud y el desarrollo a lo largo de toda la vida en todas las zonas geográficas y entornos económicos.
¿Cuáles son las recomendaciones de higiene para una madre que amamanta y con sospecha o confirmación de COVID-19?
• Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o limpiárselas con un gel hidroalcohólico, especialmente antes de tocar al bebé.
• Utilizar una mascarilla médica mientras amamantan.
• Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser, tras lo cual deben desecharlo inmediatamente y volver a limpiarse las manos con gel hidroalcohólico o lavárselas con agua y jabón.
• Limpiar y desinfectar regularmente las superficies.
¿Es necesario que las madres con sospecha o confirmación de COVID-19 se laven el pecho anes de amamantar o antes de extraerse leche?
Si una madre con sospecha o confirmación de COVID-19 tose encima de su pecho descubierto, debe lavarse suavemente con agua templada y jabón durante un mínimo de 20 segundos antes de amamantar.
No es necesario lavarse sistemáticamente el pecho antes de cada toma o extracción de leche.
Si una madre con covid-19, presunta o confirmada, no puede amamantar, ¿cuál es la mejor forma de alimentar al recién nacido o lactante?
• La mejor alternativa sería la extracción de la leche de la madre.
• Leche materna procedente de donantes.
• Amamantamiento por un ama de leche o nodriza.
• Lactancia artificial.
Es seguro utilizar leche extraída de una madre con COVID-19, presunta o confirmada?
Sí. Hasta la fecha no se ha detectado el virus activo en la leche de ninguna madre con COVID-19, presunta o confirmada.
Si una madre con covid-19, presunta o confirmada, no ha podido amamantar por haber estado demasiado enferma o por otro problema de salud, ¿cuándo puede volver a amamantar?
La madre puede empezar a amamantar en cuanto se sienta suficientemente bien para hacerlo. No hay ningún periodo de espera establecido después de haber padecido COVID-19, presunta o confirmada. No hay datos científicos que indiquen que la lactancia modifique el curso clínico de la COVID-19 en las madres.
Si la madre presente covid-19, presunta o confirmada, ¿resulta más seguro alimentar al bebé con fórmulas para lactantes?
No. En todos los entornos, alimentar a neonatos y lactantes con leche artificial conlleva algunos riesgos.
Los riesgos asociados al uso de fórmulas para lactantes aumentan cuando se ven comprometidas las condiciones de vida en el hogar o la comunidad, por ejemplo, cuando existe acceso reducido a los servicios sanitarios en caso de enfermedad del bebé o acceso reducido al agua potable, o si el acceso a las fórmulas para lactantes es difícil o no está garantizado en condiciones asequibles y sostenibles.
¿Cuáles son los mensajes clave para las madres que deseen amamantar pero tienen miedo de contagiar la covid-19 a su bebé?
• La lactancia materna y el contacto piel a piel reducen significativamente el riesgo de muerte en los neonatos y lactantes de corta edad y proporcionan beneficios a la salud y el desarrollo no solo inmediatos sino para toda la vida. Además, la lactancia materna reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en la madre.
• Los neonatos y lactantes presentan un riesgo bajo de infección por el virus de la COVID-19. En los pocos casos de infección confirmada en niños de corta edad, la mayoría de las veces la enfermedad ha cursado con síntomas leves o sin síntomas.
• Los numerosos beneficios de la lactancia materna superan con creces los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados a la COVID-19.
• No se ha detectado el virus activo en la leche materna de ninguna mujer con sospecha o confirmación de esta enfermedad, y no hay datos que demuestren que el virus pueda transmitirse al amamantar.
¿Por qué las recomendaciones de lactancia para las madres con COVID-19, presunta o confirmada, parecen contradecir las recomendaciones de distanciamiento físico para la población general?
Las recomendaciones de mantener el distanciamiento físico dirigidas a los adultos y los niños de más edad buscan reducir el contacto con personas asintomáticas con COVID-19 y la consiguiente posibilidad de transmisión del virus. Se trata de una estrategia que permite reducir la prevalencia general de la COVID-19 y el número de adultos que experimenta cuadros más graves por esa enfermedad.
En el caso de las recomendaciones sobre el cuidado y la alimentación de los lactantes cuyas madres presentan COVID-19, presunta o confirmada, el objetivo es mejorar la supervivencia, la salud y el desarrollo de los neonatos y lactantes, tanto a corto plazo como a lo largo de toda su vida. Dichas recomendaciones tienen en cuenta la probabilidad de que los lactantes contraigan la COVID-19 y los posibles riesgos asociados, pero también los riesgos de enfermedad grave y fallecimiento que aparecen cuando los lactantes no reciben lactancia materna o cuando las fórmulas para lactantes se utilizan incorrectamente, así como los efectos protectores de la lactancia materna y el contacto piel a piel.
En general, los niños presentan un riesgo bajo de infección por el virus de la COVID-19. En los pocos casos de infección confirmada en niños, la mayoría de las veces la enfermedad ha cursado con síntomas leves o sin síntomas. Los numerosos beneficios de la lactancia materna superan ampliamente los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados a la COVID-19.