La insuficiencia venosa es una enfermedad muy frecuente, que afecta, al menos, al 30 % de la población en España. Dentro de ella, lo más habitual es la presencia de varices, que son dilataciones anormales y permanentes de las venas superficiales. Aparecen mucho más en mujeres que en hombres, y también es sabido que la tendencia a padecerlas aumenta con la edad. De hecho, son el doble de frecuentes en personas mayores de 65 años que en aquellas que están en la treintena.
Las varices constituyen una enfermedad relativamente benigna, pero con síntomas muy molestos y contínuos; y, además, no están exentas de complicaciones a largo plazo, pudiendo dar lugar a una trombosis de las mismas, a la ulceración de la piel que hay sobre la variz, sangrado, etc., y todo ello es más probable cuanto más tiempo se dejen sin tratar. Aparte de todo lo anterior, que constituye un problema de salud, las varices son un importante problema estético para muchas personas.
La esclerosis con microespuma
Desafortunadamente, el tratamiento tradicional de las varices (el tratamiento quirúrgico), si bien es sencillo y proporciona buenos resultados, es muy agresivo, dado que la mayor parte de las veces precisa de la exéresis de algún tronco venoso principal (safena interna o externa). De hecho, el período de recuperación de una intervención relativamente corta, se puede extender fácilmente mes y medio o dos meses. Implica la presencia de cicatrices, en ocasiones quedan zonas de la piel insensibles de forma temporal o permanente, etc.
La esclerosis con microespuma, o el tratamiento mediante el catéter Clarivein, proporciona la solución a estos problemas con una mínima agresividad. Mediante un procedimiento no invasivo, que ni siquiera requiere anestesia ni, por supuesto, ingreso, se introduce una sustancia esclerosante en el interior de las venas, que produce una inflamación de las mismas y su desaparición. Es un tratamiento ambulatorio, tras el cual se puede hacer una vida completamente normal y cuyos resultados son similares a los de una intervención quirúrgica, pero sin someterse a ella ni a sus inconvenientes. En realidad, es superior, puesto que se consigue lo mismo pero de una forma más cómoda, sin cicatrices, etc.
Precisa de un número variable de sesiones de esclerosis hasta hacer desaparecer todos los segmentos varicosos, pero entre dichas sesiones no se interrumpen las actividades cotidianas. Se puede trabajar, hacer deporte, ocio, etc. Este número de sesiones es mucho más reducido habitualmente cuando se usa la técnica del catéter Clarivein, con el que se suele hacer “desaparecer” la safena interna o externa en una sola sesión.
Por tanto, el tratamiento con microespuma de las varices es la mejor opción para las mismas, y más aún en segmentos de población en los cuales una intervención agresiva puede resultar un condicionante negativo, dado su mayor edad, la presencia de enfermedades crónicas, etc.