Los cálculos renales (litiasis renal, piedra en el riñón o nefrolitiasis) son el resultado de la acumulación de sales cristalizadas y minerales, en las vías urinarias a partir de sustancias que están en la orina. Son más frecuentes en hombres (13%) que en mujeres (7%).
¿De qué se componen?
La mayoría de ellos son de sales de calcio (75- 85%) y los tipos de sales son de Oxalato o Fosfato de calcio. Otros tipos:
- Tipo estruvita: (contienen magnesio, amoniaco o fosfato), puede formarse después de una infección urinaria o por presencia de cuerpos extraños en este sistema urinario.
- De ácido úrico: cuando hay exceso de ácido úrico en sangre que luego aparece en exceso en la orina. Representan entre el 5-10% de los casos.
- De cistina: poco comunes y sólo se presentan en pacientes que sufren Cistinosis, una enfermedad hereditaria rara. Los cálculos renales pueden ser tan diminutos como un granito de arena o tan grandes como una perla. Incluso algunas piedras pueden tener el tamaño de una pelota de golf. Su superficie puede ser lisa o con picos y por lo general son de color amarillo o marrón. (Fig. 1)
¿Por qué se producen los cálculos renales? ¿Hay causas que favorecen su formación?
En la mayoría de los casos no se identifica la causa ni hay enfermedad que explique la producción de los cálculos renales.
Son poco frecuentes los casos en los que los cálculos renales son secundarios a otras enfermedades como: hiperparatiroidismo (eleva el nivel de calcio en sangre y orina), cistinuria, algunos tipos de cánceres o infecciones repetidas del tracto urinario.
También algunos medicamentos pueden facilitar la producción de cálculos (abuso de laxantes, algunos diuréticos y antiácidos) por lo que debe informar al médico sobre todos los medicamentos que utilice en caso de presentarlos.
Existe mayor predisposición a padecer cálculos en personas con antecedentes familiares de litiasis renal, enfermedades óseas, aumento del ácido úrico en sangre, infecciones urinarias repetidas, obstrucciones al flujo de la orina, dieta inadecuada con aporte escaso de líquidos, consumo excesivo de alcohol, litiasis en la infancia o cólicos nefríticos anteriores.
En los casos en los que se repiten varias veces los cólicos nefríticos, el médico le realizará pruebas para descartar la posibilidad de que exista alguna de estas enfermedades.
Estudios recientes indican que el 60% de los pacientes que han tenido un cálculo tendrán otro antes de 10 años, el 35% antes de 5 años y el 15% antes de 1 año del primer episodio.
¿Qué síntomas provocan?
Las formas de presentación clínica en la litiasis renal son variables dependiendo del tamaño, la composición y la situación de los cálculos en el aparato urinario.
Si son muy pequeños o están en formación suelen ser asintomáticos y se eliminan espontáneamente si su diámetro es menor de 0.5 cm.
- Cólico nefrítico: dolor, a veces muy intenso (se produce por el taponamiento de la salida de orina del riñón, el espasmo de los músculos y la inflamación del tejido por donde pasa) que aparece en la zona lumbar y se irradia hacia el abdomen anterior y hacia los genitales. Es un dolor intermitente, intenso, asociado a náuseas y vómitos. No suele dar fiebre.
- Hematuria: es la aparición de sangre en la orina. Puede ser visible a simple vista o no. Se produce por las lesiones que produce el cálculo en su paso por la vía urinaria.
- Infecciones de orina: los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina.
¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico se realiza por los síntomas clínicos y un análisis de la orina.
Si cursan asintomáticos su detección generalmente es accidental durante la realización de ecografías, radiografías abdominales o durante un análisis microscópico rutinario de orina. Es importante, en caso de padecer un cólico, filtrar la orina para obtener los cálculos que se expulsen y analizar su composición.
¿Cómo se evitan?
- Consumo de agua: Se debe beber mucha agua excepto en casos con enfermedad que lo contraindique. Se deben tomar 2 litros y medio de agua al día para contribuir a la eliminación de residuos y evitar la formación de los cálculos.
Las dietas ricas en grasas y proteínas requieren más líquido para eliminar sus restos metabólicos, ya que estos alimentos contienen menos agua. - Frutas para el riñón: La sandía es considerada la fruta del riñón, al ser muy diurética. Debe consumirse lo más fresca posible, pues una vez abierta se degenera rápidamente y produce toxinas.
Son también diuréticas las alcachofas, las uvas y las manzanas. El apio, por su parte, combate los cálculos y arenillas.
¿Qué hago si ya tengo cálculos? ¿Hay tratamientos específicos?
Se debe mantener la adecuada ingesta de líquidos (sobre todo agua con bajos niveles de calcio) para evitar complicaciones.
La alimentación a seguir por los enfermos de cálculos renales no es la misma, depende en cada caso de la composición de los cálculos y el periodo por el que pase la enfermedad, asintomático o crisis dolorosa.
Periodo de crisis: convendría hacer reposo, evitar el consumo excesivo de líquidos pues favorece mayor producción de orina y eso empeora el dolor. Aplicar calor local y, según la intensidad del dolor utilizar analgésicos o antiinflamatorios según le indique su médico.
Período asintomático: Mantener adecuada ingesta de agua y una dieta que contenga alimentos crudos como las ensaladas, frutos secos, cereales integrales y frutas. Pero todos estos alimentos tomados con moderación.
En caso de complicaciones (pérdida de función renal o daño renal, obstrucción del uréter, reaparición de cálculos, infecciones) o cuando el cólico se presenta en personas con otras enfermedades graves, embarazadas o con un único riñón funcionante, puede ser necesario el ingreso en el hospital.
En general, en los pacientes con litiasis renal con una alta probabilidad de expulsión espontánea, y en los que los síntomas puedan ser controlados, no son necesarias más que la observación y la evaluación periódica.
En pacientes con litiasis renal y cólicos frecuentes, se aconseja adoptar medidas de prevención de las recurrencias:
- Beber 2,5 litros de agua al día.
- Seguir las recomendaciones dietéticas de su médico.
- Según el tipo de piedra se reduce la ingesta de algunos tipos de alimentos. Si es de ácido úrico, se recomienda reducir la ingesta de carnes rojas, de caza y vísceras. Si son de oxalato cálcico puede ser necesario reducir la ingesta de sal, y de alimentos ricos en oxalatos (remolacha, nabo, espinacas, endivias, acelgas, té o cacao) .
En algunos casos pueden recetarse medicamentos para prevenir o evitar que se formen nuevos cálculos.
Cuando su tamaño es pequeño, tienden a descender por el uréter hacia la vejiga y desde aquí puede que sea expulsado espontáneamente. Si es demasiado grande para ser expulsado o su localización favorece complicaciones, es necesario recurrir a la cirugía o a la litotricia (procedimiento que utiliza ondas de choque generadas para desintegrar los cálculos). (Fig. 2)