Niños: No todo es Coronavirus


María Vázquez Sánchez. Residente de Pediatría. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. Cristina Genzor Ríos. Residente de Enfermería Pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. Mónica López Campos. FEA de Pediatría. Centro de Salud Amparo Poch. Zaragoza. Ana Valer Martínez. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza. Carlos Fernández Lozano. Enfermero. Hospital General de la Defensa. Zaragoza

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La información acerca del Coronavirus invade desde Marzo nuestro día a día y esto hace que vayamos conociendo poco a poco la diversidad de manifestaciones que produce. Algunos de los síntomas que asociamos a esta enfermedad son la fiebre, la tos, la dificultad respiratoria, el dolor de garganta o las lesiones dermatológicas. No obstante, en la edad infantil existen otras muchas patologías que frecuentemente se pueden presentar con los mismos síntomas y que se están valorando actualmente en la consulta.

Algunas de ellas son las siguientes:
• Fiebre alta y dolor de garganta, en ausencia de tos: podría tratarse de una faringitis bacteriana por Streptococo Pyogenes y precisar tratamiento antibiótico con Penicilina.
• Dolor de garganta con tos y cuadro catarral, con o sin febrícula: es un cuadro más característico de una faringitis vírica en la que se pauta un tratamiento antiinflamatorio. Una de las posibilidades es este episodio acompañado de conjuntivitis, asociado con frecuencia al Adenovirus. También son destacables los cuadros de herpangina donde observamos lesiones papulovesiculosas sobre las amígdalas enrojecidas y sobre el paladar blando; patología más propia del Virus Coxsackie A.
• Dolor de garganta con fiebre, adenopatías y aumento del tamaño del hígado y el bazo: podría ser sugestivo de una mononucleosis infecciosa con agentes causales como el Virus Epstein Barr. Su tratamiento también es sintomático y el empleo de antibióticos como la Amoxicilina puede desencadenar un exantema cutáneo generalizado.
• Dificultad para respirar, con aumento de la frecuencia respiratoria y tos: podría ser compatible con un episodio de bronquiolitis o bronquitis aguda y el niño debe de ser valorado por su pediatra ya que puede necesitar un tratamiento broncodilatador. El virus más frecuentemente implicado es el Virus Respiratorio Sincitial pero, debido a la variabilidad estacional, encontramos también otros agentes causales como el Rinovirus, el Parainfluenza, el Metapneumovirus, el Influenza, etc.
• Tos perruna con afonía y/o dificultad respiratoria: se puede corresponder con un cuadro de laringitis. El responsable de la mayoría de los casos es el Virus Parainfluenza y puede ser útil en esta entidad el tratamiento con un corticoide vía oral como la Dexametasona.
• Dolor abdominal con o sin vómitos y diarrea: podría tratarse de una gastroenteritis infecciosa por diferentes virus (Rotavirus, Norovirus, Adenovirus) o, incluso por bacterias como el Campylobacter cuando la diarrea se acompaña de sangre. Se recomienda mantener una correcta hidratación e iniciar tolerancia oral progresiva. Sólo en algunos casos se emplean antibióticos como Azitromicina.
• Exantemas de características variables según localización, el tipo de lesión elemental, la presencia de prurito, la asociación con otros síntomas, las infecciones previas, desencadenantes…
◊ Escarlatina: cursa con un exantema micropapuloso y rasposo al tacto que puede acompañarse de lengua aframbuesada y dolor de garganta. Es producido por la bacteria Streptococo Pyogenes y requiere tratamiento con Penicilina.
◊ Sudamina: es una erupción cutánea debida a la obstrucción de las glándulas sudoríparas de la piel en contexto de calor o sudoración. No se trata de un cuadro infeccioso y solamente precisa cuidados habituales de la piel evitando cremas grasas.
◊ Varicela: se observa un exantema pruriginoso constituido por lesiones dermatológicas en diferente fase evolutiva: máculas, pápulas, vesículas, costras…Esta infección está producida por el Virus de la Varicela Zoster (VVZ) y su tratamiento es sintomático.
◊ Eritema multiforme: aparición de lesiones cutáneas en forma de diana, con halo periférico eritematoso y centro más pálido. Suelen ser lesiones simétricas en áreas de extensión. En las formas más leves, se puede relacionar con el antecedente de infección por Virus Herpes Simple. En las formas con afectación mucosa, se puede asociar a la bacteria Mycoplasma Pneumoniae o a fármacos como AINES, antibióticos o anticonvulsivos. El plan terapéutico dependerá de la gravedad del cuadro y de la afectación general del paciente, aunque en la mayoría de los casos no requiere un tratamiento específico.
◊ Megaloeritema: se produce por el Parvovirus B19, causante de un eritema facial simétrico “en bofetón”, lesiones maculopapulosas en tronco y extremidades, de aspecto reticulado y aclaramiento central. El tratamiento es sintomático y las complicaciones infrecuentes.
◊ Exantema súbito: cuadro de fiebre elevada durante 2-4 días que cede bruscamente con la aparición de un exantema maculopapuloso de predominio en tronco y extremidades superiores, de resolución espontánea. Está producido por el Virus Herpes tipo 6 y 7.

Entonces, ¿cómo tengo que actuar?

Como hemos visto, no todo es Coronavirus. Es cierto que debemos ser cautos y tomar las medidas higiénicas necesarias, pero el miedo al contagio puede jugar también en nuestra contra. Aunque pueda parecer que los niños presentan cuadros leves, la atención médica no debe retrasarse, ya que también pueden presentar otras patologías que sí requieran un tratamiento específico. Por tanto, es imprescindible el seguimiento individualizado de los niños enfermos por parte de su pediatra de Atención Primaria. Aunque a veces puede bastar con una consulta telefónica, hay determinados casos en los que una consulta presencial es imprescindible. El pediatra aconsejará a los padres sobre cómo actuar en cada caso con el fin de lograr la mejor atención del niño.
Hay que tener en cuenta que lo más importante es el estado general del paciente. La fiebre por sí misma es solamente un síntoma y no se suele correlacionar con la gravedad de la enfermedad. Por este motivo, debemos fijarnos en otros detalles como el estado general, si se encuentra contento y activo entre los picos febriles o si mantiene una ingesta adecuada de líquidos y alimentos. Todos estos datos son valiosos para conocer la relevancia clínica y determinar la actuación más idónea.
¿Y qué pasa con las vacunas?
Es importante fomentar la vacunación habitual de los niños como elemento clave para reforzar su sistema inmune y prevenir algunas enfermedades. Actualmente se están retrasando vacunaciones en los mayores de 15 meses en Aragón debido a la situación epidemiológica; estos niños ya han completado la primovacunación y es posible demorar el resto de dosis, a diferencia de los niños menores a esa edad. Sin embargo, no hay que olvidar que las dosis de recuerdo también son necesarias, por lo que será pertinente retomar las pautas de vacunación de nuestros hijos y actualizar el calendario vacunal de aquellos que no se han podido vacunar en estos meses.