Los pacientes neonatales son aquellos que ingresan en las Unidades Especializadas de Cuidados Intensivos Neonatales (recién nacidos menores de 1 mes de vida) porque tras el nacimiento necesitan una serie de cuidados especiales, muy específicos y muy complejos, debido a uno o más problemas y/o enfermedades.
Históricamente, la Neonatología se ha ido perfeccionando pero también se ha vuelto más y más agresiva, debido a los avances tecnológicos y científicos, así como la necesidad de realizar pruebas y procedimientos más específicos para conseguir un mejor diagnóstico y tratamiento, aumentando así exponencialmente la supervivencia de los neonatos. Sin embargo, las consecuencias negativas de la agresividad y el encarnizamiento terapéutico que tienen lugar en bastantes ocasiones, provocan un aumento de las complicaciones asociadas a sus enfermedades de base y un aumento de la mortalidad evitable, siendo mucho más marcado cuanto más pequeño es el bebé: no es lo mismo un recién nacido a término (37-40 semanas de gestación) que ya tiene 26 días de vida, que un prematuro extremo de 25 semanas de gestación con una semana de vida, debido a su extrema inmadurez para adaptarse a un entorno plagado de estímulos (luz, ruido, vibraciones, temperatura…).
Reduce el estrés y el dolor del bebé
La humanización de los cuidados de Enfermería es el conjunto de medidas intencionadas que realizan los profesionales de Enfermería y Técnicos Auxiliares de Enfermería (TCAEs) para mejorar los cuidados proporcionados, sobre todo para disminuir el estrés y el dolor producidos por las técnicas y procedimientos realizados, aumentando así su confortabilidad y tranquilidad. La humanización de estos cuidados ha demostrado ser efectiva reduciendo el estrés y el dolor del bebé, aumentando su tranquilidad y la de sus padres y mejorando la tolerancia a los procedimientos estresantes.
Existen multitud de técnicas de humanización que se van implementando en cada vez más.
Amor, calor y leche materna
Unidades de Cuidados Neonatales. Por ejemplo, se ha demostrado que uno de los principales recursos es la presencia de los padres el mayor número de horas posible en la unidad. De esta forma, se pasó de unas unidades cerradas con un horario de visita estricto y muy limitado, a unidades abiertas, sin restricción horaria y con permiso para permanecer 24 horas ambos progenitores. La simple estancia de los padres junto a la incubadora o a la cuna del bebé hospitalizado serán muy valiosas para él (contenerlo con sus manos, acariciarle, acunarle, calmarlo cuando llore…), pero también realizando técnicas activas cuando el niño está estable clínicamente. Por ejemplo, el método canguro (consiste en coger al bebé en brazos a pesar de los aparatos y cables que lleve conectado, con ayuda de un profesional, y poner su tripa contra el pecho desnudo del padre o madre, haciendo “piel con piel”). También se incentiva la lactancia materna o el alimentar con otros medios sobre el regazo de los padres. En definitiva, se promueven 3 pilares fundamentales: amor, calor y leche materna.
AUTORA
Irache Barrena Nieto. Enfermera especialista en Urgencias, Emergencias y Cuidados Críticos. Hospital Universitario de Navarra