Cuidados de la fístula arteriovenosa


María Fernández Ortiz . Diplomada en Dietética y Nutrición Humana. Diplomada en Enfermería Mirian Ruedas Batuecas . Diplomada en Enfermería Amaia Sevigne Itoiz . Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Enfermería Begoña Morrás Laita . Diplomada en Enfermería

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La insuficiencia renal crónica es una pérdida progresiva e irreversible de la función renal, se pierde la capacidad de filtrar y limpiar la sangre, el agua y los productos de desecho; esto lleva a una acumulación de líquido y productos de desecho en el organismo, que pueden ser tóxicos.

Los riñones están situados en la parte posterior del abdomen a ambos lados de la columna vertebral. Actúan como un filtro para retirar de la sangre el exceso de agua y productos de desecho; en pacientes con insuficiencia renal crónica no son capaces de limpiar la sangre por lo que es necesaria la diálisis, siendo el tipo más común la hemodiálisis.

Antes de iniciar la hemodiálisis, debe haber una manera de extraer la sangre del organismo y volver a introducirla.

Las arterias y venas típicamente son demasiado pequeñas; por eso es necesario realizar una intervención quirúrgica para crear un acceso vascular.

Hay varios tipos de accesos vasculares:

  • El injerto que se crea uniendo una arteria y una vena del brazo con un tubo de plástico. El tubo de plástico se coloca de manera que forma un puente en forma de U debajo de la piel.
  • El catéter, que se coloca en una vena del cuello o debajo de la clavícula, para uso transitorio hasta que la fístula arterio venosa o el injerto esté en condiciones de usarse. El catéter no se emplea como un acceso de uso permanente.
  • La fístula arterio venosa, que es la más utilizada y es la que vamos a explicar a continuación.

¿Qué es la fístula arteriovenosa?

Consiste en la unión de una vena y una arteria, para permitir el flujo elevado de la sangre y disponer de una vena en condiciones adecuadas para la punción, a la hora de hacerse la hemodiálisis.

Esto se realiza mediante una pequeña intervención, normalmente bajo anestesia local y realizada por un cirujano vascular. Se suele efectuar en la muñeca o en el interior del codo. También puede hacerse en la pierna a nivel del muslo (en esta zona se hace cuando no hay mas remedio).

¿Cómo comprobamos que funciona?

El paciente debe notar a parte de la dilatación de la vena, un pequeño murmullo, ruido o vibración en la zona de la intervención, llamado fremito. Esto quiere decir que la fístula funciona.

Aspectos generales para el cuidado de la fístula

  • Adecuada higiene corporal.
  • Evite golpes y rozaduras en el brazo portador, ya que puede llevar a que la fístula deje de funcionar o sangre.
  • No cargue peso con dicho brazo.
  • No tomar NUNCA la tensión arterial en el brazo de la fístula.
  • Evite apoyarse sobre el brazo de la fístula cuando descanse.
  • No utilice ropas apretadas, bolsos, relojes u objetos que aprieten en el brazo de la FAV o fístula.
  • Comunique al personal sanitario cualquier cambio en el aspecto de la fístula (inflamación, enrojecimiento, supuración, dolor, endurecimiento)
  • No puncionar NUNCA el brazo portador de la fístula para una extracción de sangre u otras pruebas.
  • Lavado del brazo con agua y jabón.
  • En algunas ocasiones, que la fístula no se desarrolla lo suficiente hay que hacer ejercicios apretando una pelota de goma dura.
  • Comprobar diariamente el funcionamiento de la fístula.

Cuidados de la fístula antes de la sesión de hemodiálisis

El objetivo de estos cuidados es evitar posibles complicaciones derivadas de una higiene deficiente, como las infecciones, que ponen en peligro la supervivencia de la fístula.

  • Ducha o aseo general en el domicilio antes de acudir a diálisis. Una vez en la unidad se procederá ala lavado del brazo portador de la fístula arteriovenosa con jabón antiséptico.
  • Una vez limpio el brazo se procede a su desinfección antes de realizar las punciones por parte del personal de enfermería de hemodiálisis.
  • Después de la desinfección debe evitar roces y contactos con la zona.

Cuidados de la fístula después de la sesión de hemodiálisis

Después de la sesión y tras hacer hemostasia, se procederá a curar los puntos de punción con desinfectante, colocando después un apósito o tirita.

Tanto si se utiliza apósitos como hemostático local por sangrado abundante lo retirará en su domicilio mojándolo con agua, despegándolo despacio para evitar arrancar la costra que se forma.

Después aconsejamos lavarlo con agua y jabón.

En caso de hematomas deberá aplicar pomadas específicas varias veces al día masajeando la zona.