Cuidados postanestésicos


Dr. Mikel Batllori Gastón, Dr. Miguel Castañeda Pascual. Servicio de Anestesia y Reanimación. Complejo Hospitalario de Navarra, Sección A

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Al contrario de lo que mucha gente pueda pensar, la salida del paciente del quirófano tras finalizar una intervención quirúrgica no supone el final de la relación del enfermo con el anestesiólogo. Es a partir de entonces cuando empiezan los cuidados postanestésicos, una fase del perioperatorio, de duración variable, cuya importancia queda fuera de toda duda.

¿Qué es la recuperación postanestésica?

Es el proceso de recuperación gradual de las funciones orgánicas y reflejos vitales que pueden quedar abolidos tras cualquier acto anestésico. Suele cursar sin incidencias en la mayoría de pacientes, pero se pueden presenciar distintos eventos que amenazan sus vidas y requieren la rápida actuación de médicos y enfermeras.

¿Todo proceso anestésico-quirúrgico precisa de cuidados postanestésicos?

Todo enfermo que haya sido sometido a anestesia general, anestesia regional, sedación o vigilancia anestésica monitorizada, debe recibir los cuidados postanestésicos apropiados en una unidad capacitada para ello, excepto si hay una orden contraria del anestesiólogo responsable del cuidado del enfermo.

¿Dónde se ubica al paciente tras ser intervenido?

En el postoperatorio inmediato, el paciente es trasladado a la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), donde es vigilado de forma continua hasta su paso a la planta de hospitalización o alta domiciliaria. Estas “salas de despertar” comenzaron a instaurarse hace 4 ó 5 décadas, lo que supuso una notable disminución en la morbimortalidad postanestésica inmediata. Hoy en día, con el incremento en la complejidad y en el número de intervenciones, la URPA representa un módulo de extraordinaria importancia en cualquier centro hospitalario.

¿Cómo funciona una URPA?

La URPA está regida por el personal médico del Servicio de Anestesiología y Reanimación, cuya principal función es salvaguardar la integridad del paciente durante el postoperatorio inmediato. Igualmente los pacientes son atendidos por enfermeras especializadas en cuidados postoperatorios. Se trata de una sala dotada de medios humanos y materiales diseñada para asistir de forma satisfactoria a todos los pacientes postquirúrgicos, desde los que sufren los procedimientos más leves, hasta aquellos que precisan apoyo extraordinario (ventilación mecánica, apoyo farmacológico complejo, terapia transfusional, etc), transformándose, en la práctica, en verdaderas Unidades de Cuidados Críticos para pacientes quirúrgicos.

¿Cuáles son las funciones del anestesiólogo responsable de la URPA?

El anestesiólogo presente en la URPA, recibe la información pre e intraoperatoria del paciente de manos del anestesiólogo que ha estado en quirófano, y será el encargado del cuidado continuo del paciente hasta su alta.

Procurará al paciente un agradable despertar tras la anestesia general, pautará la analgesia adecuada a cada procedimiento quirúrgico, comprobará la extinción de todo efecto anestésico y la recuperación de las funciones corporales antes del alta y diagnosticará y tratará aquellas complicaciones que puedan surgir en este periodo.

Durante el ingreso en la URPA el paciente permanecerá monitorizado para vigilar las sus constantes vitales. El anestesiólogo puede solicitar pruebas complementarias para completar el estudio y seguimiento del enfermo si así lo considera oportuno. Asimismo, el anestesiólogo es el responsable de informar a los familiares del paciente de su estado y evolución.

¿Difieren los cuidados postanestésicos según el tipo de cirugía sufrida por el paciente?

Lógicamente los cuidados postanestésicos y el tiempo de estancia en estas unidades variarán dependiendo del tipo de anestesia y de la cirugía practicada. Por la sala de vigilancia postanestésica, pasarán pacientes de diversa consideración: aquellos programados para intervenciones menores que serán dados de alta a su domicilio, pacientes con cirugías mayores en los que no se prevén complicaciones extraordinarias que permanecerán unas horas en la URPA para pasar posteriormente a su cama de hospitalización, y pacientes que, debido a sus antecedentes y/o por el tipo de cirugía realizada o porque hayan presentado alguna complicación grave durante el proceso anestésico-quirúrgico, se consideren pacientes en estado crítico.

Así, estas salas reciben distintas denominaciones: salas de cirugía mayor ambulatoria (CMA) o unidad de cirugía y anestesia sin ingreso (UCASI), unidad de recuperación o cuidados post anestesia (URPA o UCPA), hasta unidades de cuidados críticos o de vigilancia intensiva (UCI, UVI).

¿Pueden estar los pacientes acompañados en las unidades de cuidados postanestésicos?

En unidades de corta estancia (CMA), no suele ser habitual que los pacientes reciban visitas, ya que su tiempo de permanencia en la sala de despertar generalmente es breve; no obstante, se recomienda la presencia de un familiar para el momento del alta al domicilio. En Unidades de recuperación postanestésicas mayores o Unidades de Cuidados Críticos, dada su mayor envergadura por el volumen de pacientes o la complejidad quirúrgica, los pacientes no podrán estar acompañados. Existen unos horarios de visitas establecidos en los que se podrá visitar a los pacientes y recibir la información facultativa.

En casos excepcionales, como pueden ser pacientes disminuídos psíquicos, se puede permitir la compañía de un familiar.

¿Qué tipo de complicaciones se observan con más frecuencia en la URPA?

Las complicaciones postanestésicas observadas en la URPA son muy diversas.

Respiratorias:
obstrucción o espasmo de la vía aérea, hipoxemia e hipoventilación provocada por el dolor o la depresión farmacológica.

Cardio-circulatorias:
cuadros de hipotensión por fallo cardiaco o secundario a hipovolemia perioperatoria o pérdidas sanguíneas no repuestas, arritmias, cuadros hipertensivos por dolor, hipoxemia o hipervolemia.

Agitación:
sobre todo en pacientes ancianos tras ser sometidos a anestesia general y en aquellos con permanencia prolongada en la URPA.

Dolor:
en la URPA se disponen de los medios adecuados para aplacar el dolor postoperatorio, y es imperativo para el anestesiólogo controlar el dolor del paciente antes de su alta.

Náuseas y vómitos:
muy habituales en determinadas cirugías. Disponemos de un amplio arsenal farmacológico para combatir esta complicación.

Hipotermia y temblor:
debido al descenso de temperatura corporal provocado por la anestesia y la inmovilidad del paciente en quirófano. En la URPA se proporcionará el ambiente adecuado para prevenir la hipotermia y los escalofríos mediante diversos medios de calentamiento.

Sangrado:
frecuente en algunas cirugías (cardíaca, urológica, traumatológica). El anestesiólogo deberá evaluar su cuantía, su control y la conveniencia o no de realizar transfusión de hemoderivados.