Antibióticos, ¿los usamos de forma correcta?


Dra. Susana Clemos Matamoros, Dra. Tina Herrero Jordán, Dra. Mª Jesús Igúzquiza Pellejero y Dra. Adriana Ger Buil

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Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones producidas por bacterias. Son medicamentos muy útiles que han ayudado a controlar muchas enfermedades provocadas por bacterias y a salvar vidas.

Pero…los antibióticos no son siempre la solución… No curan todas las infecciones y no son eficaces frente a infecciones producidas por virus como los catarros o las gripes.
En estos casos, tomar un antibiótico tiene el mismo efecto que tomar un placebo, pero con consecuencias mucho más graves para la salud.
El uso excesivo y el mal uso de los antibióticos son factores clave que generan resistencia a los antibióticos. Es por ello que algunos antibióticos que solían ser los tratamientos típicos para infecciones por bacterias ya no funcionan tan bien.
Cuando un antibiótico ya no funciona contra algunas cepas de bacterias, se dice que estas son resistentes a los antibióticos. La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud más urgentes del mundo.
Tomar antibióticos cuando no se necesitan aumenta la aparición de resistencias a estos medicamentos.
La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan, cambian en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos, las que se vuelven resistentes a los antibióticos.

¿Son graves las consecuencias del aumento de bacterias resistentes a los antibióticos?

Las bacterias resistentes a los antibióticos causan infecciones en el ser humano más difíciles de tratar que las no resistentes.
Cuando nos infecta una bacteria resistente, los antibióticos que se utilizan habitualmente para combatirla ya NO son eficaces y será necesario utilizar un antibiótico menos accesible e, incluso, en algunos casos, puede no haber otros antibióticos activos y eficaces.
Las infecciones resistentes a los antibióticos pueden tener efectos colaterales graves, necesitan tratamientos más prolongados, consultas médicas más frecuentes, hospitalizaciones prolongadas e incluso, aumentar la mortalidad.
Existe en este particular ya una alerta de la ONU que advierte que, en el año 2050, habrá más muertes secundarias a resistencias bacterianas que a las secundarias al cáncer.

¿Qué podemos hacer para detener o reducir la resistencia a los antibióticos?

Lo fundamental es cambiar el concepto y la forma de usar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza para la salud mundial.
Los antibióticos tratan las infecciones causadas por bacterias. Sin embargo, no tratan las infecciones causadas por virus (infecciones virales). Por ejemplo, un antibiótico es el tratamiento correcto para la amigdalitis estreptocócica, que la produce una bacteria. Sin embargo, no es el tratamiento adecuado para la mayoría de los dolores de garganta, que los causan los virus.

Otras infecciones virales frecuentes en las que no sirve tomar antibióticos son las siguientes:
• Resfriado o goteo de la nariz.
• Gripe (influenza).
• Bronquitis.
• La mayoría de los tipos de tos.
• Algunas infecciones del oído.
• Algunas infecciones de los senos paranasales.
• Gripe estomacal.
• Enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).

Tomar un antibiótico para una infección viral:
• No curará la infección.
• No evitará que otras personas se enfermen.
• No te ayudará a sentirte mejor.
• Puede causar efectos secundarios innecesarios y perjudiciales.
• Promueve la resistencia frente a los antibióticos.

Si tomas un antibiótico cuando tienes una infección viral, el antibiótico ataca a las bacterias de tu cuerpo. Estas son bacterias que son útiles o que no causan enfermedades.
Este tratamiento incorrecto puede promover propiedades de resistencia frente a los antibióticos en bacterias inofensivas que pueden compartirse con otras bacterias. O bien, puede crear oportunidades para que las bacterias posiblemente dañinas sustituyan a las inofensivas.

¿Entonces como paciente, qué es lo que debo hacer?

Puedes ayudar a reducir la progresión de la resistencia a los antibióticos si:
• Evitar presionar a tu proveedor de atención médica para que te recete un antibiótico.
• Solicitar consejos a un profesional sanitario sobre cómo tratar los síntomas.
• Toma antibióticos solo según la indicación de tu proveedor de atención médica.
• Toma la cantidad diaria recetada.
• Completa todo el tratamiento.
• Infórmale a tu proveedor de atención médica si tienes algún efecto secundario.
• Nunca tomes antibióticos que te hayan sobrado para otra enfermedad futura. Es posible que no sea el antibiótico correcto. Asimismo, es probable que no abarquen el tratamiento completo.
• Nunca tomes antibióticos que se le hayan recetado a otra persona ni dejes que otra persona tome los tuyos.

AUTORES

Dra. Susana Clemos Matamoros. FEA Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela
Dra. Tina Herrero Jordán. FEA Neumología. Hospital Reina Sofía. Tudela
Dra. Mª Jesús Igúzquiza Pellejero y Dra. Adriana Ger Buil. FEA Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela