La esquizofrenia es una afección psiquiátrica que engloba múltiples trastornos mentales enfocándonos al cómo pensamos, cómo percibimos, cómo sentimos, lo que conlleva una alteración de la conducta.
Consiste en una enfermedad que afecta a escala mundial, aproximadamente a 24 millones de personas, es decir, a una de cada 300 personas, independientemente de la zona geográfica, raza y sexo.
Actualmente, el diagnóstico de la enfermedad se ha unificado, aunque existen diferentes subtipos en función de sus síntomas:
1. Esquizofrenia paranoide: Caracterizado por presencia de alucinaciones auditivas y delirios, aunque existe poca desorganización en el comportamiento o en el pensamiento. De comienzo tardío cuando la personalidad ya está formada.
2. Esquizofrenia desorganizada o hebefrenica: Tanto el pensamiento como el habla están desorganizados, lo que afecta a su forma de afecto y su comportamiento. De comienzo temprano cuando la personalidad no está formada. Peor pronóstico
3. Esquizofrenia catatónica: Presencia de comportamiento motor anormal que se caracteriza por mutismo y movilidad extrema o movimientos repetitivos.
4. Esquizofrenia indiferenciada: Consiste en desconfianza con el entorno, así como la identidad del mismo. Sin embargo, a día de hoy no encaja de manera clara en ninguna categoría.
5. Esquizofrenia residual: Similar a la depresión. El individuo no muestra ilusiones ni motivación en la vida.
Existen varios tipos de tratamiento según el subtipo de esquizofrenia en el que se encuentre el individuo, sin embargo, siempre realizando un abordaje multidisciplinar, tanto farmacológico como no farmacológico.
Síntomas
Presenta variedad de síntomas, así como modos de presentación de los mismos, siendo característica la aparición de cronicidad en la evolución.
Cada persona, según la forma de presentación de esta afección tendrá una variedad de síntomas que puede que otro individuo con la misma enfermedad no los posea. Sin embargo, las principales manifestaciones que caracterizan esta enfermedad, son los síntomas psicóticos tales como alucinaciones, delirios y trastornos del pensamiento. Por otro lado, síntomas negativos relacionados con la pérdida de interés y motivación en la vida, y, por último, síntomas cognitivos de los cuales, destacan alteraciones en la memoria y concentración.
Es de gran importancia, comprender que no todas las personas que presentan este trastorno tienen por qué padecer cada uno de ellos, como bien hemos mencionado anteriormente.
¿Cómo podemos detectar la esquizofrenia?
A día de hoy no se conocen pruebas de laboratorio o exámenes de imágenes que permitan detectar la afección, por lo que principalmente se basa en la observación minuciosa de cada uno de los síntomas percibidos, así como antecedentes tanto en el ámbito laboral, familiar, …etc.
Conclusión
Lamentablemente, esta patología no tiene cura, pero si se pueden reducir los síntomas y aumentar la calidad de vida con un tratamiento adecuado y personalizado, permitiendo así, llevar una vida gratificante y productiva.
AUTORES
María Rengel Cuevas y Rosario Zamora Tavío. Enfermeras de Salud Mental del HUN.
Paula Ugarteburu Belaustegi. Enfermera del HUN.
Sara Magallón Huarte. TCAE de Salud Mental del HUN