“Es algo único, indescriptible, maravilloso, el ver a mi bebé como se mueve, se chupa el dedito, bosteza… Es un vínculo madre – hijo mucho más real y consciente”.
Así describe Maite López Sarasate, Técnico Superior en imagen para el Diagnóstico de Médicis, su experiencia con la ecografía 4D. Durante los últimos siete años, ha vivido esta prueba prenatal “desde la barrera”, pero en esta ocasión, ha podido disfrutar, en primera persona, de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías a las futuras mamás. Ahora, conocer a tu bebé antes de nacer, es posible.
¿En qué consiste una ecografía 4D?
El campo de la ecografía y diagnóstico prenatal ha experimentado importantes avances gracias la ecografía 4D, que ofrece la posibilidad de ver al bebé en volumen, movimiento y tiempo real. La calidad visual de estas ecografías es muy alta por lo que resulta una opción inigualable para descubrir a tu bebé incluso antes de tenerlo entre tus brazos.
¿En qué se diferencian estas ecografías de las que realizan los ginecólogos privados o la sanidad pública?
Las ecografías de ginecólogos privados o públicos son técnicas. Su objetivo es diagnóstico y su finalidad valorar los aspectos vitales del embrión: corazón, crecimiento, movimientos… Las imágenes en pantalla se contemplan en blanco y negro y en dos dimensiones por lo que no se aprecian casi los detalles. Además sólo disponemos de un par de minutos para observar a nuestro bebé.
Sin embargo, las ecografías 4D están enfocadas a recrearnos viendo a nuestro bebé, con volumen, en color, y saborear sus movimientos en tiempo real. La hora de duración se dedica al disfrute de los padres. En Médicis nos esforzamos al máximo para poder captar las mejores imágenes de los gestos del bebé, su sonrisa, sus rasgos… y sobre todo ofrecer a los padres una experiencia muy emotiva que recuerden durante toda la vida.
¿Qué aporta esta experiencia a los futuros papás?
La ecografía 4D es sobre todo emocional. El vínculo paterno se refuerza al profundizar en la “personalidad física y gestual” del bebé y ayuda alimentar la ilusión hasta el día del nacimiento. Aunque también es cierto que incrementa la seguridad de los padres respecto al buen estado del bebé. Los papás que han visitado Médicis para realizarse la ecografía del primer hijo, han repetido la experiencia con el segundo, y aseguran que cuando se lo ponen encima tras el parto, reconocen a la perfección los rasgos, su nariz sus labios…¡como si ya lo conocieran de antes!
Ahora que tú lo has vivido en primera persona ¿Cómo lo describirías?
Es muy emocionante. Es algo único, indescriptible, maravilloso, el ver a mi bebe como se mueve, se chupa el dedito, bosteza, ya se le ve formadito del todo. Yo ahora cuando me imagino el futuro con él le pongo la carita de la foto, siento como si tuviera un vínculo más fuerte con él, más real…y aunque parezca mentira ya le saco parecidos.
¿A partir de qué semanas recomiendas realizarse este tipo de ecografías “emocionales”?
Lo ideal es realizar las ecografías 4D entre las semanas 25 a 30 del embarazo. El tamaño del bebé y la proporción del líquido amniótico permiten una mejor visualización y satisfacción de las expectativas de los padres. Aunque, en Médicis, alargamos hasta la 32 de modo que, si no es posible una correcta visualización en la primera visita, tengamos margen para repetir la prueba otro día.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un centro de ecografía 4D?
El factor que realmente marca la diferencia entre un centro y otro radica en la experiencia y la formación especializada del profesional que te va a realizar la prueba. En Médicis llevamos 7 años dedicados a la radiología y a la ecografía y nos preocupamos por estar al día de novedades para ofrecer un servicio experto y de calidad.
Y muy importante, el trato. Es un momento especial en el que los sentimientos están a flor de piel y en ocasiones las situaciones personales no son las ideales. En este sentido, la formación, la profesionalidad y la “psicología emocional” juegan un papel esencial.