La salud mental está en mis manos


Dr. Garrido-Landívar, E. . Especialista en Psicología de la Salud

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Cada vez es más cierto, que solo vive el que quiere vivir, solo disfruta el que quiere disfrutar, solo cura el que quiere curar… ¡No hay más que hablar! Cuanto más mayor te haces más recuerdas las enseñanzas de los viejos profesores en la Universidad y me resuena en mi cabeza, con más fuerza: “No existe la enfermedad, existe el enfermo”.

Con el mismo cuadro clínico, unos reaccionan de una manera y otros de muy distinta forma. Unos se aprovechan solapadamente de la enfermedad y otros la evaden, la oscurecen, pasan de alto y lógicamente –como no quieren sufrir ni dar sufrimiento-, sufren menos con lo mismo que tienen otros y “arman tanto ruido”.

La actitud con la que uno se enfrenta al proceso de la enfermedad sea física o mental, hace que dicho cuadro físico o mental, evolucione de muy distinta manera. Puede usted tener un profesional como la copa de un pino, seguro que sí; pero si usted no tiene una predisposición a hacer algo por usted mismo, difícilmente saldrá del túnel donde se encuentra. ¡Se hace muy cómodo para muchos pacientes, decir: “Aquí vengo doctor para que me cure…” y el profesional hará todo lo que esté de su parte, pero “la parte de usted no la puede abandonar u olvidar”. Tiene usted que hacer algo por sí mismo, para que su proceso sea menos agresivo, evolucione mejor, y dure menos tiempo. Si le han dicho que no lea el prospecto, no lo lea… ¡No se da cuenta, que si le han dicho que no, es por algo! Pues va usted y lo lee, y ya tiene la primera duda en su cabeza, “no me tomo estas pastillas que me van a matar, que se las tome él”… Así es imposible ayudarle, confíe en su profesional, tiene que saber que su responsabilidad de enfermo es algo muy serio, y debe llevar a cabo todas las recomendaciones que le han dado.

El ejercicio físico es fundamental para prevenir el estrés tanto psíquico como físico, es el mejor antídoto contra la vulnerabilidad al estrés. “No tengo ganas de nada, y menos de hacer ejercicio”; puedo entenderlo, comprendo la dificultad, pero debe intentarlo para lograr una mayor efectividad en su tratamiento y evolución. Cuando uno no puede, cuando uno no tiene tiempo, es cuando hay que hacer ejercicio físico.

El médico, no lo puede hacer todo, y la medicación tampoco… Ahora bien, si usted le ayuda a la medicación y a su médico, todo será mucho más rápido y fácil. Le han dado un hipnótico para que le ayude a dormir, pero además de eso debe no echarse siestas largas y de varias horas, porque no dormirá ni aun tomando el hipnótico. Le han dicho que tiene que caminar por lo menos –ahora que está de baja, una hora a la mañana y otra a la tarde… ¡A caminar, y punto! Caminando metaboliza mejor la medicación que lleva, se cansa y duerme mejor a la noche, estimula los neurotransmisores y le aumenta el nivel del ánimo, viene mucho más relajado y con mejor humor, cada vez que viene de caminar… ¡Eso es hacer algo por usted mismo!

Pero son cosas muy sencillas, vale; pero no se le pide más, cosas sencillas que puede hacer y ayuda mucho a favorecer la evolución positiva de mi enfermedad: Por eso decimos que solo cura el que quiere curar.

Tener confianza

Otra cosa que ayuda mucho es tener confianza en que “va a salir de esta”, “que quiere salir”, “que aunque me cueste voy a procurar hacer todos los deberes que me manda el terapeuta”; “que cada día estoy un poco mejor”, “que quiero estarlo” y que cuando me preguntan los demás cómo estoy, contesto: “Voy cada vez mejor, he acertado con este médico, me entiende de maravilla, pronto me toca con él y estoy deseándolo…” A este proceso le denominamos “diálogo interior”, que no es otra cosa que meter pensamientos positivos los cuales me ayudan a segregar sustancias químicas positivas y no corrosivas… Además el precio es el mismo, pues haga un esfuerzo para que así sea, no lo eche en saco roto, inténtelo, merece la pena.

¡No es ciencia ficción, puede parecerlo, es pura ciencia, es real; solo basta hacerlo! Por eso decimos que la salud está en nuestras manos, pero si hace algo por usted mismo. ¿No tiene bastante mi cerebro con los virus y bacterias como para que se ocupe de mis pensamientos? Así es, nuestro sistema inmunológico “escucha nuestros pensamientos, nuestros monólogos internos” y reacciona según sean ellos… Si son positivos, protege todo nuestro sistema de defensas, si por el contario, son negativos, nos daña o nos lo debilita. No olvide que nuestro cerebro no descansa ni de día ni de noche.

Ser activo para que no siga la enfermedad

Fíjese usted, si es importante que usted haga algo por usted mismo, sobre todo cuando esté enfermo o con un trastorno mental del tipo que sea. En los casos graves parece que esto es más lento, pero sigue siendo igual de importante, aunque cuando tenemos emergencias emocionales severas, tarda más en hacer efecto, pero no deja de ser una actitud positiva la que nos favorece una mejor evolución en cualquier proceso mórbido.

Estamos tan acostumbrados a una terapia pasiva, “me tomo la pastillica y todo está tomado”… La terapia es otra cosa muy diferente, yo soy activo en mi proceso de la salud, para que no siga la enfermedad. Yo puedo y de hecho debo hacer cosas positivas en mi favor, para contrarrestar a ese proceso doloroso que es toda enfermedad.