Nuestra sociedad está bombardeada de toda clase de informaciones sobre nutrición y alimentación, tema sobre el cual mostramos un gran interés ya que se acompaña del deseo de disfrutar de una vida larga y sana, así como de poseer un cuerpo esbelto. El interés por este tema se acompaña de la proliferación de recomendaciones dietéticas basadas en mitos y creencias irracionales, con completo olvido de los principios establecidos por la ciencia. Los mitos sobre alimentación condicionan los hábitos dietéticonutricionales de muchas personas y pueden influir de forma decisiva en su salud.
A continuación se presentan respuestas a algunos de los mitos alimentarios más conocidos.
¿Verdadero o falso?
“El pan engorda”
FALSO. El pan es rico en hidratos de carbono (4 Kcal. / gramo) y, junto con el resto de cereales y derivados (pasta, arroz, cereales…) deberían de ser la base de nuestra alimentación. Lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que le acompaña (mermeladas, mantequillas, embutidos…). Las tostadas de pan NO engordan menos que el pan blanco.
El pan tostado y la corteza del pan se diferencian del pan blanco y de la miga por su pérdida de agua, por lo que a igual cantidad de pan, el tostado y la corteza tienen mayor valor calórico que el pan blanco y la miga.
“Si tienes colesterol no puedes comer huevos”
FALSO. Actualmente con los estudios científicos realizados queda claro que este concepto carece de fundamento al demostrar el escaso efecto del consumo de huevos sobre los lípidos séricos, principalmente el colesterol.
La recomendación de limitar la ingestión de colesterol, para prevenir el aumento de la colesterolemia y del riesgo cardiovascular, es el principal argumento para limitar (no eliminar) el consumo de huevos a un máximo de 3/ semana.
“La carne alimenta más que el pescado”
FALSO. Esta idea parece derivar del hecho de que los pescados se asimilan mejor que las carnes dado su pobreza en tejido conjuntivo; esto hace que tras su ingesta nos sintamos más ligeros, y eso ha llevado a la idea de que los pescados alimentan menos que las carnes. Además, podría estar apoyada, en que, antiguamente era difícil mantener la cadena de frío para la conservación del pescado, más fácilmente alterable que la carne, por lo que era una idea común que este alimento marino era menos saludable que su homólogo terrestre. Seguramente provocaba más toxiinfecciones por su alteración y posterior formación de histamina, responsable de urticarias por la acción química de las bacterias y de ahí este mito.
“Es necesario tomar suplementos de vitaminas y minerales para cubrir nuestras necesidades diarias”
FALSO. Por norma general, el cuerpo necesita una cantidad muy pequeña de vitaminas y minerales, por lo que si se lleva una dieta variada y equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos (vegetales, frutas, pescados, carnes, cereales…) se pueden satisfacer todos nuestros requerimientos tanto de vitaminas como de minerales.
Tampoco es necesario ingerir suplementos vitamínicos cuando se está acatarrado, cansado… si no existe una deficiencia, una administración mayor de vitaminas a la necesaria no tiene ningún efecto positivo e incluso puede causar efectos adversos para la salud.
Sólo bajo recomendación y control médico se recomienda la suplementación con vitaminas y minerales.
“Los productos light ayudan a adelgazar”
FALSO. Light no es sinónimo de acalórico (aquel alimento que no aporta calorías). Un producto light es aquel al que se le ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos. Esto significa que contiene menos calorías (según la legislación española un 30% menos como mínimo) que la versión no light del mismo alimento.
Se debe leer el etiquetado del producto light y del no light para comparar el contenido de calorías de ambos y elegir el que mejor se ajuste a las necesidades de cada individuo.
Consumir alimentos light puede contribuir el seguimiento de una dieta en situaciones especiales, pero no hay que olvidar que se trata de alimentos que tienen calorías y que no se debe abusar de ellos.
“Los alimentos ricos en hidratos de carbono están prohibidos en las personas diabéticas”
FALSO. En las personas diabéticas es necesario un equilibrio en la ingesta de hidratos de carbono (pan, pasta, arroz…), insulina o antidiabéticos orales y actividad física para lograr un buen control de los niveles de glucemia (azúcar en sangre).
En personas no-insulinodependientes (diabetes tipo 2), el objetivo principal es la reducción de peso, ya que ayuda a mejorar la eficacia de la insulina. La mejora en los hábitos alimentarios y la práctica de actividad física ayudan a reducir la resistencia a la insulina y mejoran el control de la glucemia.
El incremento de la ingesta de fibra (frutas enteras, verduras, alimentos integrales…) en la dieta es una recomendación para la población en general incluyendo a las personas con diabetes.
“Las lentejas y las espinacas son la mejor fuente de hierro y sirven para el tratamiento de la anemia”
FALSO. El hierro contenido en estos alimentos y en otros como el germen de trigo y en general, en todos los vegetales verdes, es poco útil para tratar la anemia debido a la presencia de ácido fitico que impide su absorción en el estómago. Otros alimentos, como la patata, el brócoli, el tomate y las coles tienen una absorción de hierro intermedia, pues además de ser ricos en hierro son ricos en sustancias que facilitan el paso de este a la sangre.
Los alimentos proteicos en general (carnes y pescados principalmente) y sobre todo el hígado aportan elevadas cantidades de hierro y el porcentaje de absorción a nivel gástrico es alto, por lo que deben considerarse como los alimentos ideales para las personas con anemia ferropenica.
“La leche desnatada tiene menos calcio que la entera”
FALSO. La leche desnatada se diferencia de la entera en que le eliminan la grasa y las sustancias asociadas a ella como son las vitaminas liposolubles A, D o E; sin embargo, el contenido en proteínas y calcio es el mismo. Otra cosa es que el calcio requiere de la vitamina D para absorberse mejor, por lo que en este caso la absorción del calcio de la leche desnatada sí que es menor al de la leche entera.
“La sacarina es cancerígena”
FALSO. La sacarina es un edulcorante artificial aprobado y considerado como seguro en más de 80 países. Todos los aditivos autorizados que se venden son seguros para el ser humano en las dosis recomendadas por el Código Alimentario Nacional por no presentar riesgos para la salud. En el año 1977, la sacarina provocó cáncer de vejiga en ratas que consumieron cantidades excesivas durante 2 años, pero esto no se ha comprobado en estudios con humanos. En humanos, para producir efecto nocivo, sería necesario consumir diariamente y a lo largo de toda la vida aproximadamente 11-12 comprimidos de sacarina. Estudios más recientes han descartado que la sacarina pueda producir el cáncer.