Las palabras masaje infantil engloban una serie de técnicas de tacto, voz y mirada, que se han ido entrelazando creando una estructura que aporta grandes beneficios tanto a los padres y/o cuidadores, como a los niños.
El masaje infantil es una antigua tradición en muchas culturas que se ha transmitido de madres a hijos y que ha sido redescubierta en Occidente.
Es una técnica sutil, tierna y agradable que por medio de la estimulación táctil nos permite comunicar de una forma intensa con el mundo corporal y emocional del niño.
Su origen está en la India. El doctor frances F. Leboyer, decidió importar esas técnicas a Occidente y bautizar la secuencia de los movimientos con el nombre de Shantala.
Según Leboyer ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados, etc, es tan indispensable para los niños pequeños como las vitaminas, sales minerales y proteínas.
Objetivos
1.- Estimular el sistema nervioso, respiratorio, gastrointestinal, circulatorio, endocrino, inmunológico, linfático y muscular.
2.- Crear un entorno de relajación complementario a la estimulación formando entre ellos un equilibrio.
3.- Fomentar la creación de lazos entre padre/ madre y el bebe y favorecer la comunicación con el bebe.
Beneficios del masaje
Es a través de las sensaciones que se transforman en emociones, que el niño va formando sus impresiones sobre el mundo y de donde surgirán sus recursos para ir desplegándose en la vida, crecer, desarrollar su capacidad de aprendizaje y sus relaciones. De todas estas sensaciones las más importantes en los primeros años de vida, son las que se reciben por el sentido del tacto.
Beneficios para el bebé
Estimulación
- Del sistema nervioso: Acelera la mielinizacion del sistema nervioso cerebral. Favorece la capacidad para recibir estímulos. avorece la psicomotricidad del niño.
- Del sistema respiratorio: Regula el sistema respiratorio y ayuda en casos de congestión por mucosidad.
- Del sistema gastrointestinal: Alivio de las molestias e incomodidades de las situaciones de cólicos y gases. Ayuda a madurar el sistema gastrointestinal.
- Sistema circulatorio: Favorece el retorno de la sangre al corazón produciendo un efecto tonificante. Con la salida de la sangre del corazón produce un efecto relajante y favorece la oxigenación de las extremidades.
- Sistema endocrino: Estimulación e inhibición de las hormonas.
- Sistema inmunológico: Una situación de tranquilidad mantiene en equilibrio el sistema inmunológico y mejora su funcionamiento.
- Sistema linfático: Drenaje del sistema linfático.
- Sistema muscular: Ayuda a disolver nudos de tensión física y emocional.
Relajación
Con el masaje, los bebes aprenden a responder a la tensión con relajación.
Liberacion
- Física: heces, eructos, orina.
- Emocional: a veces puede haber llanto para aliviar tensiones.
Interacción/vínculo
El masaje infantil facilita los vínculos afectivos.
Beneficios para el adulto
Mantiene e intensifica el vínculo de apego con los niños/as. Mejora la autoestima haciéndonos sentir más seguros y confiados en nuestra labor como padres. Es un tiempo de serenidad en el ajetreo de las rutinas del día a día. Favorece el reconocer el lenguaje corporal del niño/a, su comunicación no verbal, las tensiones…. Facilita la escucha y comprensión del niño/a.
Técnica del masaje infantil
Podemos practicarlo desde la tercera semana de vida.
Es aconsejable elegir el momento adecuado del día. La duración del masaje será la que tolere el bebe. El masaje lo dará una sola persona, con suavidad pero a la vez firmeza.
Usar aceite (almendras y oliva) y observar si produce alguna reacción alérgica.
Se puede escuchar música tranquila y con el volumen bajo.
Hay que preparar el lugar y a nosotros: manos limpias y sin joyas. El lugar debe ser cálido.
Sentada en el suelo o colchón, con la espalda apoyada, doblando ligeramente las rodillas y juntando ambas plantas de los pies. Colocar al bebe en el hueco que queda entre sus piernas, sobre una toalla o manta. Desnudar al bebe y untarse las manos con aceite.
Masaje en las piernas y en los pies
Primero una pierna y después la otra.
Vaciado hindú. Desde la cadera a tobillo/pie. Con las dos manos, una detrás de otra. Una por la parte interna y la otra por la externa.
Torsión. De la cadera al tobillo/pie. Las dos manos, una tras la otra se abren y se cierran alternativamente.
Deslizamiento por la planta del pie desde talón a base de los dedos con los pulgares. Comprimir cada dedo.
Presión bajo la raíz de los dedos por la planta y donde comienza el talón.
Presiones en toda la planta del pie.
Resbalar por el empeine.
Círculos alrededor de maléolo.
Vaciado sueco. Igual que el primer movimiento, pero en sentido contrario, desde el pie a la cadera.
Masaje en el abdomen
El sentido de los movimientos giratorios, será siempre el del sentido del intestino del bebe, como queriendo desplazar gases y material fecal hacia el exterior.
Con ambas manos planas, una tras la otra, deslizarlas de arriba a bajo, a modo de noria.
Masaje en el pecho
Manos juntas en el centro del pecho, con toda la palma apoyada, se abren hacia los lados y luego bajan hacia el esternón. Después se juntan, suben y se vuelven a abrir.
Con ambas manos planas sobre la parte baja y lateral de la caja torácica. Una mano sube en diagonal hasta el hombro opuesto estirándolo hacia atrás, después baja y comienza a subir la otra mano hacia el otro hombro y así sucesivamente.
Axilas. Con los dedos planos se deslizan desde la parte más alta de la axila hacia el tronco, teniendo sujeto el brazo hacia arriba con la otra mano.
Brazos y manos
Los movimientos son similares a los de las piernas y pies.
Vaciado hindú. Con ambas manos. Mientras una mano sujeta la muñeca, con la otra “ordeñamos” el brazo desde el hombro a la muñeca y cambiamos de mano y así sucesivamente.
Torsión. Con ambas manos comprimimos y “retorcemos” el brazo del niño a la vez que deslizamos nuestras palmas desde el hombro hasta la muñeca.
Abrir la mano. Suave masaje desde la palma de la mano a los dedos.
Deslizamiento sobre el dorso de la mano.
Desde la muñeca hacia los dedos. Acariciar el dorso de la mano con toda nuestra palma y yemas de los dedos.
Pequeños círculos alrededor de la muñeca. Dar un masaje en la muñeca con las yemas de los dedos, dibujando pequeños círculos alrededor de la misma.
Vaciado sueco. Con ambas manos. Igual que el primer movimiento pero en dirección de muñeca a hombro.
Relajar el brazo. “Sacudir” suavemente todo el brazo y dar ligeras palmadas.
Cara
Con los pulgares o con todos los dedos juntos, estirar la frente del niño desde el centro hacia los lados.
Con los pulgares sobre las cejas estirarlas hacia los lados.
Con los pulgares desde el puente del tabique nasal se desliza presionando ligeramente hacia abajo hasta llegar a las mejillas o pómulos y bordear estos.
Trazar una sonrisa con los pulgares desde el centro hacia los lados, primero por encima del labio superior y después el labio inferior.
Trazar círculos con las puntas de los dedos desde la barbilla hacia las orejas.
Con las puntas de los dedos pasar por encima y detrás de la oreja terminando bajo la barbilla.
Espalda
Se coloca al niño boca abajo, normalmente sobre el regazo.
Desde el cuello hasta las nalgas, movemos las manos hacia delante y atrás perpendiculares a la columna, mientras una mano está delante la otra está detrás. Después subimos otra vez hasta el cuello y volvemos a bajar.
Mantener una mano en las nalgas, la otra mano baja desde el cuello hasta juntarse con la otra. La posición de la mano que baja es abierta, haciendo presión con el canto de los dedos pulgar e índice.
Hacemos el mismo movimiento anterior pero la mano que espera esta sujetando los tobillos doblando ligeramente las piernas.
Con las puntas de los dedos pulgar e índice (uno a cada lado de la columna), se trazan pequeños círculos, como abriendo y cerrando los dedos. A lo largo de toda la espalda, con una mano o las dos, subiendo y bajando.
Con las puntas de los dedos, amasar los glúteos.
Con los dedos, una mano a cada lado del cuello deslizarse hacia los hombros.
Con los dedos, una mano a cada lado de la columna, deslizarse a lo largo de la espalda desde el cuello hasta el coxis.
Con una mano abierta, deslizar los dedos como si fueran un peine desde cuello a nalgas.