La fractura peneana


Dra. C. Rocío Sierra Labarta. Especialista en Urología. Hospital Reina Sofía de Tudela

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El pene es un órgano masculino con función sexual y miccional. Está compuesto por dos cuerpos cavernosos (siendo el glande su extremo más distal) y un cuerpo esponjoso (que rodea y protege a la uretra). El interior de estas estructuras está constituido por un tejido vascular comunicante, envuelto por un tejido fibroso, la túnica albugínea. Tras el estímulo sexual se produce una relajación del músculo liso de la pared del tejido vascular, llenándose el pene de sangre, endureciéndose y consiguiéndose así la erección.

Por encima de la túnica albugínea se encuentra la fascia de Buck, que también contribuye a la erección, ya que al llenarse el tejido eréctil de sangre, el sistema de drenaje venoso del pene se comprime entre la túnica albugínea y la fascia de Buck, manteniendo la erección.
Por encima de la fascia de Buck se encuentra una fascia membranosa subcutánea, la fascia de Colles, sobre la que se encuentran las venas dorsales superficiales del pene, el tejido subcutáneo y la piel. (Figura 1).

Anatomía peneana

¿En qué consiste la fractura peneana?

La fractura de pene es un cuadro poco frecuente que generalmente se debe a un traumatismo del pene en erección, donde se lesiona la túnica albugínea y se rompe el interior del cuerpo cavernoso.
Sus causas son variadas motivadas por traumatismos abiertos o cerrados. Los traumatismos no penetrantes son los más frecuentes, fundamentalmente aquellos producidos durante el coito (33-58%), debido a la contusión del pene sobre el periné o el pubis de la pareja, aunque se puede deber también a otros mecanismos como la masturbación, caídas, cambios de posición con el pene erecto…
Suele ser una situación embarazosa lo que dificulta que el paciente revele el verdadero origen de la lesión.
Su diagnóstico suele ser sencillo, pudiendo realizarse sólo con la exploración clínica y los antecedentes del paciente.
Cuando se produce el traumatismo peneano se suele oír y sentir un chasquido acompañado por una pérdida rápida de la erección con una incurvación peneana hacia el lado contrario de la fractura. Así mismo se produce un hematoma genital, que será exclusivamente peneano cuando esté conservada la fascia de Buck, o se extenderá al área inguinoescrotal cuando esta esté rota y sea contenido la fascia de Colles.
La zona de fractura de la túnica albugínea suele ser palpable a la exploración, lo que hace en muchas ocasiones innecesaria la realización de pruebas complementarias de imagen como la ecografía, la resonancia o la cavernosografía.

¿Tiene tratamiento?

Sí, su tratamiento es quirúrgico, mediante un abordaje de circuncisión distal del pene que permite exponer la túnica albugínea, para así cerrarla mediante puntos reabsorbibles.
En algunas ocasiones la rotura del cuerpo cavernoso se acompaña de la rotura del cuerpo esponjoso y de la uretra, siendo en este caso necesaria la reparación y cierre uretral, la toma de antibióticos y la colocación de una sonda vesical durante unos días.
Aunque tras una rotura peneana pueden aparecer complicaciones o secuelas como incurvaciones del pene o alteraciones de la erección, en la mayor parte de los pacientes se produce una recuperación de la función sexual normal.
Así que disfruten, pero tengan precaución en sus apasionadas noches de verano.