Las infecciones del tracto urinario (ITU) son, junto con la anemia del embarazo, una de las complicaciones médicas más frecuentes durante la gestación. Su importancia fundamental radica en que pueden repercutir tanto en la salud materna, como en la evolución del embarazo, pudiendo dar lugar a un parto pretérmino, bajo peso al nacer, infección y aumento de la mortalidad perinatal. Su incidencia se estima en 5-10% de todos los embarazos.
Se considera que los ácidos de los arándanos acidifican la orina, un proceso que ocasiona el supuesto efecto antibacteriano. Desde 1980, se indaga en el mecanismo de algunos de sus componentes para inhibir la adhesión de las bacterias a la pared de la vejiga.
El objetivo de este trabajo es realizar una revisión de la evidencia más actual acerca de la efectividad y seguridad de la ingesta de los
productos derivados del arándano rojo americano en la prevención de la infección urinaria durante el embarazo.
Metodología
Se realizó una búsqueda electrónica utilizando las bases de datos: PubMed, Biblioteca Cochrane Plus y Scielo.
Empleamos como palabras clave: “cranberry”, “urinary tract infection” y “pregnancy”.
Esta se limitó a revisiones sistemáticas y meta-análisis, publicados entre 2004 y 2014.
Resultados
Las modificaciones fisiológicas que se observan en el organismo materno durante la gestación (dilatación ureteral, elevación de la vejiga o glucosuria, por ejemplo) constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de la patología urinaria. El germen más frecuentemente implicado, en cualquiera de las formas de ITU en el embarazo, es la Escherichia coli (80- 90%).
El arándano rojo americano es un pequeño arbusto que crece en toda Norteamérica; pertenece a la familia de las ericáceas, ricas en
flavonoides, antocianinas y proantocianidinas (su principio activo); contiene 90% de agua, ácido quínico, ácido málico, ácido cítrico,
glucosa y fructuosa.
El jugo de arándanos se ha utilizado desde tiempos antiguos como tratamiento de las infecciones urinarias.
Los estudios demuestran que sus sustancias activas, la fructosa y las proantocianidinas, impiden que las bacterias se adhieran a las células uroepiteliales, que es donde se pueden multiplicar. Sin embargo, el arándano rojo no parece tener la habilidad de liberar las bacterias que ya están adheridas a estas células. Esto podría explicar porqué es posiblemente eficaz para prevenir las infecciones del tracto urinario pero no lo sea para el tratamiento de las mismas.
Las presentaciones del arándano son en tabletas, jugo y fruta seca.
La dosis recomendada es desde 50 ml. dos veces al día, hasta 300 ml. tres veces al día.
Otros artículos sugieren el uso de 36 mg de proantocianidinas diarias, las cuales se encuentran en aproximadamente 80 g de arándano seco.
Los estudios mencionan que aquellos pacientes que tomaron un vaso de jugo dos veces al día durante periodos de 3 a 12 meses, permanecieron libres de infecciones o de recurrencia de éstas.
Una investigación examinó el efecto del zumo de arándano en la adhesión de Escherichia coli “in vitro”, en un modelo animal y en un entorno clínico. Se descubrió que el jugo inhibe la adhesión del 75% de sus cepas “in vitro”. En un ambiente clínico, los efectos antiadherentes de los componentes de los arándanos han sido también contrastados y confirmados a las pocas horas (entre una y tres) de ingerir el zumo.
Conclusión
• Los estudios sugieren un potencial efecto protector de los productos del arándano contra la infección urinaria en el embarazo.
• No se ha documentado evidencia de peligro o contraindicación en la gestación.
• Su principal limitante es que debe ser tomado por largos periodos.
• Son necesarios más ensayos clínicos.