Incurvación peneana: enfermedad de La Peyronie


Dr. Jorge Aranda Lozano y Dra. Rocío Sierra Labarta. Facultativos Especialistas de urología del Hospital Reina Sofía de Tudela

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La incurvación de pene es un motivo relativamente frecuente en las consultas de urología, que pueden limitar la vida sexual del paciente, produciendo sentimientos de angustia y vergüenza en el varón. El origen puede ser congénito u adquirido siendo la enfermedad de La Peyronie la causa más frecuente.

Cuando la incurvación es congénita suele manifestarse en la segunda década de la vida mientras que la enfermedad de La Peyronie se presenta generalmente en varones de 40 a 60 años.

¿Qué es la enfermedad de Peyronie?

Descrita por el francés Francoise Gigot de La Peyronie , es un trastorno del tejido conectivo del pene en el que se produce una cicatriz fibrosa (no elástica) de la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos del pene; en consecuencia, se produce una lesión palpable o placa que se detecta con el pene en estado de flacidez y que durante la erección produce una deformidad y dolor del miembro. Es una enfermedad de etiología desconocida, si bien una de la hipótesis más aceptada es la de traumatismos repetidos (muchas veces traumatismos banales que pasan desapercibidos durante el coito) y que ocasionan una herida con cicatrización hipertrófica o fibrosis del tejido.

Síntomas

Las principales manifestaciones clínicas de esta enfermedad son:
• Erecciones dolorosas, siendo el síntoma más frecuente. Rara vez duele el pene en estado de flacidez.
• Deformidad del pene. Puede producirse una desviación en cualquiera de los ejes del espacio ventral o dorsal e izquierda o derecha. Lo más frecuente suelen ser desviaciones dorsales hacia lado izquierdo. El grado de deformidad del pene, puede ser de tal grado que impida la penetración durante las relaciones sexuales. La propia deformidad del pene producida por la fibrosis, conlleva en ocasiones acortamiento del pene.
• Palpación de placa o nódulo, que corresponderá con el área de fibrosis. Pueden palparse más de 1 placa y la mayoría se palpan dorsalmente.
• Disfunción eréctil: producida por cualquiera de los factores anteriores. El dolor en erección, la imposibilidad para penetrar por la deformidad del pene durante el coito pueden condicionar psicológicamente al paciente creándole situaciones de ansiedad y angustia durante las relaciones desencadenando una disfunción eréctil. En otras ocasiones puede ser debida a una intensa fibrosis que puede llegar a disminuir la vascularización de los cuerpos cavernosos dando lugar a disfunción.

Los síntomas de esta enfermedad suelen evolucionar en 3 fases:
• Fase aguda: se caracteriza por una fuerte respuesta inflamatoria siendo el dolor y la palpación del nódulo pequeño los síntomas principales.
• Fase Subaguda-intermedia: se produce la sustitución del tejido sano por tejido fibroso en la albugínea, pudiendo durar en 6 y 18 meses. Lo que caracteriza a esta fase es la progresiva deformidad y curvatura del pene.
• Fase crónica: se caracteriza por la estabilización de la placa, pudiendo desaparecer el dolor pero persistiendo la curvatura y deformidad del pene.

Tratamiento

Podemos optar por un tratamiento conservador cuando la enfermedad está en fase aguda/subaguda o bien por un tratamiento quirúrgico cuando la enfermedad se ha estabilizado.
1. Tratamiento conservador: a pesar de las múltiples publicaciones y estudios, la evidencia de la eficacia del tratamiento médico sigue siendo limitada. Suelen ser tratamiento médicos con propiedades antioxidantes para inhibir la síntesis de colágeno.
a.- Vitamina E: tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. A dosis de 400-600mg/día, tiene escasos efectos secundarios y es barato.
b.- Tamoxifeno: inhibe al factor de crecimiento beta 1 y bloquea los receptores de los fibroblastos. Parece disminuir los procesos de fibrosis propios de la enfermedad.
c.- Colchicina: tiene efectos antifibróticos e inhibe la síntesis de colágeno, pero puede producir molestias gastrointestinales y causar aplasia medular.
d.- Otros medicamentos: inhibidores de la fosfodiesterasa, Pentoxifilina, Verapamilo tópico o intralesional, interferón son otras alternativas al tratamiento médico clásico pero sin estudios concluyentes y realmente eficaces.
2. Tratamiento quirúrgico: una vez estabilizada la incurvación, algo que suele ocurrir entre los 12 y 18 meses del inicio del proceso, el tratamiento quirúrgico estará indicado si ha fallado el tratamiento médico, y cuando el pene tiene un grado de incurvación que impide el coito. Podemos diferenciar dos tipos de técnicas quirúrgicas: plicatura de albugínea y técnicas de exéresis de las placas.
a.- Técnica de plicatura albugínea: consiste en aplicar unos puntos no reabsorbibles (plicaturas) en la túnica albugínea del pene para corregir la incurvación del pene.
La técnica más empleada es la descrita por Nesbit. En las diferentes series publicadas, la corrección de la incurvación se logra en más del 85% de los casos. Como inconveniente, hay que advertir al paciente que puede producirse un acortamiento del pene entre 1-2 cm en función del grado de incurvación y hasta un 10% de los casos puede asociarse a disfunción eréctil.
b.- Técnicas de exéresis de placa de fibrosis. Son técnicas quirúrgicas más complejas, que reservan para los casos con mayor incurvación y recidivas. Consiste en realizar una o varias incisiones en la placa, cubriendo el defecto con diferentes tipos de injertos. Los injertos pueden ser autólogos (piel de la ingle, vena safena, túnica vaginal…) o sintéticos (Gore-Tex, Dexon, malla de Dacrón). Estas técnicas quirúrgicas no suelen provocar un acortamiento como la técnica de plicatura de Nesbit pero el riesgo de impotencia postoperatoria alcanza el 20%.
c.- Prótesis de pene, se debe ofrecer en los casos más severos cuando asocian disfunción eréctil.

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3. Tratamientos alternativos. Cuando el paciente no tolera el tratamiento oral o la opción quirúrgica no puede ser llevada a cabo (por riesgo quirúrgico o deseo del paciente) existen alternativas terapéuticas, si bien no existe suficiente evidencia científica para demostrar su efectividad. Estos tratamientos alternativos incluyen:
a.- los ultrasonidos: actúan produciendo calor, mejorando así el dolor. Además ayuda a la difusión cutánea de sustancias terapéuticas como los corticoides o verapamilo.
b.- la iontoforesis. Consiste en crear un campo eléctrico de un extremo a otro de la placa, introduciendo corticoides para tratar disminuir o de disolver la placa.
c.- laserterapia: produce una vasodilatación arterial y arteriolar lo que favorece el uso de oxígeno por los tejidos.