Los niños y la alergia al polen


Claudia Aróstegui Castillo de la Flor y Blanca Martínez-Monreal. Médicos. Servicio Urgencias Extrahospitalarias. Maite Ruiz Goikoetxea y Berta Martínez Ganuza. Pediatras. Servicio Urgencias Extrahospitalarias

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Llega la primavera y con ella los síntomas de las alergias a los pólenes. Pero, ¿qué es una alergia?; es una enfermedad en la que nuestro sistema inmunitario reconoce como dañino una sustancia externa produciéndose determinados síntomas característicos.

Los alérgenos que suelen producir alergias son los pólenes, los ácaros y el epitelio de animales y es cada vez es mas frecuente que los niños, desarrollen una sensibilización a uno o varios pólenes.
Dentro de las plantas más alergénicas están las gramíneas, cuya concentración de polen es mas alta en los meses de abril a julio; el olivo, siendo los meses de más riesgo en mayo y junio y el ciprés, cuyo periodo de polinización se extiende de octubre a abril.

Síntomas

Principalmente son síntomas respiratorios y oculares, como estornudos, picor de nariz, mucosidad, lagrimeo, enrojecimiento ocular. La alergia al polen es causa de rinitis, conjuntivitis y asma.

El Tratamiento

Además del tratamiento farmacológico, que suele ser preventivo y el tratamiento de rescate sobre todo para aliviar los síntomas cuando se presenten; existen otras medidas de control ambiental que debemos tener en cuenta:
• Revisar las previsiones sobre la concentración de polen en la página web de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica: www.seaic.es
• Evitar actividades al aire libre. En los días de más alta concentración de polen conviene que el niño no desarrolle actividades al aire libre. Evitar la salida a la calle a primera hora de la mañana y durante el atardecer. Igualmente, los días de mucho viento conllevan más riesgo, pues el polen se desplaza con mucha facilidad. Si el niño tiene que salir fuera y la alergia es muy fuerte, conviene que utilice una mascarilla.
• Permanecer con la ventanas cerradas. Ventilar la casa a partir de las 21-22 h, no más de 10 minutos.
• Viajar en coche con las ventanillas subidas. Así mismo utilizar un filtro-antipolen para el aire acondicionado.
• Poner al niño gafas de sol en la calle, ya que los ojos son los órganos que mas sufren con el polen.
• Elegir como zona de vacaciones el mar y evitar las cercanas al campo.
• Limpiar la casa con aspirador. No se debe barrer, sino es mejor aspirar diariamente y el polvo es mejor retirarlo con un paño húmedo.
• Ducharse y lavarse el pelo de noche. Esto permite librarse del polen que se haya podido quedar en la piel y el pelo.
• No tender al aire libre. El polen puede quedarse en la ropa del niño, por lo cual mejor tender dentro de casa o bien utilizar una secadora.
• No exponerlo al humo del tabaco. Ningún niño debe estar expuesto al humo del tabaco, pero los niños alérgicos, que tienen más riesgo de sufrir problemas respiratorios incluyendo el asma, por lo que es especialmente importante no exponerlos al humo del tabaco.
• Vacunas. Sus objetivos son lograr que el pequeño paciente vaya tolerando el polen al que es alérgico, y evitar que se sensibilice a otros. Su eficacia en la prevención de síntomas asciende hasta el 80 por ciento.

¿Cuándo se debe consultar en un servicio de urgencias?

Fundamentalmente en una crisis de asma; que se manifiesta por un episodio agudo de tos, dificultad para respirar y/o ruido en el pecho.
Es importante iniciar el tratamiento en casa, en cuanto se detectan los síntomas, con broncodilatadores. (inhaladores que abren el pecho).
En caso de que el niño tenga dificultad respiratoria importante: respira muy rápido, se le marcan las costillas, respira con el abdomen; esté somnoliento o por el contrario muy irritable; pálido o morado; se debe acudir a un servicio de urgencias.