La psicología positiva, el futuro de la prevención de la enfermedad mental


Adolfo Navascués Navascués. Psicólogo Clínico del Centro de Salud Mental de Tudela.  David Calvo Medel. Psiquiatra del Centro de Salud Mental de Tudela

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El paradigma de la psicología positiva plantea la necesidad de la prevención de la enfermedad mental mediante la optimización de los recursos psicológicos de las personas y el desarrollo del bienestar psicológico como forma de mejorar la calidad de vida. Se ha definido la psicología positiva como el estudio científico de las experiencias positivas, de los rasgos individuales positivos, de las instituciones que facilitan su desarrollo y de los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos y previenen o reducen la incidencia de la psicopatología.

El foco exclusivo sobre la psicopatología, que ha dominado en la mayor parte de la psicología clínica y psiquiatría, ha dado como resultado un modelo en el que se olvidan las características positivas del ser humano que le permiten disfrutar la vida. En la visión tradicional de la psicopatología, las características positivas de las personas como la esperanza, sabiduría, creatividad, confianza en el futuro, valor, espiritualidad, responsabilidad y perseverancia son ignoradas o explicadas como transformaciones de impulsos negativos más auténticos.
Hay varias razones por las que las emociones negativas han recibido mayor atención que las emociones positivas:
• Las emociones positivas son más difusas y menos numerosas que las negativas. Más difusas porque no son tan urgentes ni tan intensas ni tan importantes para la supervivencia como las negativas.
• Para estudiar el funcionamiento emocional siempre se han tomado las emociones negativas como modelos, al ser mucho más específicas como el miedo o la ira, creyendo que a partir de ellas se podrían estudiar las emociones positivas.
• Las emociones negativas están asociadas con el sufrimiento y la psicopatología se ha centrado en los esfuerzos en buscar alivio y en el tratamiento más que en la prevención.
La psicología positiva se ha centrado en destacar las potencialidades humanas necesarias para superar las situaciones de crisis y para ayudar al crecimiento y madurez de la persona. Entre estas potencialidades de las personas se destacan fortalezas como la sabiduría y el conocimiento, el coraje, la humanidad y el amor, la justicia, la templanza o moderación y la transcendencia.
Todas ellas constituyen la naturaleza fundamental de la condición humana y una actividad acorde con ellas supone el camino hacia un funcionamiento psicológico óptimo y un nivel adecuado de bienestar personal. Precisamente alcanzar el bienestar, el funcionamiento psicológico óptimo, se convierte en uno de los principales objetivos de la psicología positiva como modo de optimizar las potencialidades de las personas y prevenir la psicopatología.

Los tipos de bienestar

El estudio del bienestar se aborda desde dos distintas perspectivas, la hedónica (llamado también bienestar subjetivo) y la eudaimónica (o también llamada bienestar psicológico). La primera entiende el bienestar como la consecución del placer, es decir, como sentirse bien. La segunda propone que el bienestar es algo más que el mero placer, es la consecución de los potenciales humanos, la realización o cumplimiento de la verdadera naturaleza de  uno mismo. Los hallazgos y propuestas de ambas aproximaciones convergen y muestran grandes relaciones pero también presentan importantes diferencias.
Ambos conceptos son diferentes y abordan diferentes aspectos de lo que significa estar bien, aunque están altamente relacionados. Sentirse bien sobre la vida que uno lleva y funcionar bien en la vida de uno son cuestiones relacionadas pero distintas. Me puedo sentir bien comprándome un coche (bienestar hedónico), pero me siento mejor si tengo amistadas positivas con quien compartir situaciones y realizar mi proyecto vital
En el bienestar subjetivo se distinguen tres componentes:
• La satisfacción con la vida.
• La alta frecuencia de afecto positivo y
• la baja frecuencia de afecto negativo.

En el bienestar psicológico se han distinguido seis componentes:
• La autoaceptación consiste en sentirse bien aceptando las limitaciones que se tienen.
• El crecimiento personal. Implica un esfuerzo por desarrollar las capacidades propias y elevarlas al máximo, así como seguir creciendo como persona.
• El propósito vital se refiere a que las personas necesitamos tener objetivos y metas en la vida.
• Mantener relaciones positivas. La gente necesita el apoyo material y emocional de otras personas, necesita amar y ser amado.
• El dominio del entorno se refiere a la habilidad de la persona para crearse un entorno favorable para la satisfacción de sus necesidades y deseos.
• La autonomía la capacidad de la persona de mantener una posición propia, independiente de los demás, comportándose con asertividad y con una adecuada autorregulación de la propia conducta.

La aplicación de la psicología positiva a la salud y la enfermedad mental

La salud mental no es meramente la ausencia de enfermedad mental sino que requiere la presencia de algo positivo. El logro de la salud mental se puede potenciar aumentando el bienestar. Este acercamiento holístico a la salud como algo integral ya lo propuso la Organización Mundial de la Salud (1948) cuando la definió como un estado completo de bienestar físico, psicológico y social y no la mera ausencia de síntomas o enfermedades. Sin embargo, a pesar de que esta perspectiva lleve tantos años definida, no se ha tomado en consideración hasta la actualidad, a lo que ha contribuido notablemente la psicología positiva.
Se ha logrado aumentar notablemente la esperanza de vida de la población durante todos estos años, pero hay factores modificables del estilo de vida que afectan de forma importante a la calidad de vida a través de salud física y mental de los individuos y que tienen que ver con lograr o no un estado de bienestar global.
El bienestar subjetivo contribuye de forma muy importante a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedad mental cosa que no ocurre en la misma medida con el bienestar hedónico.
La promoción y protección de la salud mental reduce la enfermedad mental en la población a través de distintos mecanismos. Uno de los principales mecanismos es el considerable aumento de la creatividad, de percibir la realidad desde distintas perspectivas ampliando el número de asociaciones entre ideas y su originalidad, lo que implica más alternativas de solución de los problemas. Las emociones positivas neutralizan las persistentes emociones negativas, ayudan a continuar con la tarea pese a señales de fracaso, aumentan la motivación y animan a asumir mayores retos.
Las emociones positivas facilitan la conducta de acercamiento, motivan a los individuos a comprometerse con sus entornos y participar en actividades, muchas de las cuales son adaptativas. Mientras que las emociones negativas estrechan la atención para dirigirla hacia la amenaza, las positivas expanden la atención, pueden ayudar a la gente a colocar los eventos en sus vidas en un contexto más amplio, disminuyendo la importancia dada de algún suceso negativo particular.

Por todo ello es fundamental trabajar desde la salud mental todos aquellos aspectos de la psicología positiva para prevenir la enfermedad mental. Se ha visto además, que a mayor bienestar psicológico (o eudaimónico) del que gozan las personas mejor afrontan dichos trastornos y mejora su pronóstico psicopatológico. Desde esta nueva perspectiva todas esas características se contemplan como recursos personales que hacen florecer, prosperar al individuo y a las comunidades, son factores de protección frente al estrés y elementos que facilitan la recuperación de los inevitables problemas de la vida.