La insuficiencia venosa crónica, y su manifestación más habitual, las varices, son una patología muy frecuente, que afecta a casi un tercio de la población. Si bien se suele considerar una cuestión estética, en realidad constituye un auténtico problema de salud, tanto por sus posibles complicaciones como por el transtorno circulatorio que produce.
Las varices son una dilatación permanente de las venas superficiales de las piernas. Su diagnóstico es muy sencillo, puesto que el propio paciente las ve, pero es muy importante conocer el sistema venoso del que dependen, así como su grado de afectación, puesto que de ello depende su pronóstico y la elección del tratamiento más adecuado. Por ello, cuando un paciente tiene varices debe acudir a una consulta especializada de Cirugía Vascular para someterse a una evaluación personalizada, a un examen físico completo y, sobre todo, para llevar a cabo una ecografía-doppler venosa en color.
Esta es la prueba diagnóstica que nos va a permitir realizar un “mapa” venoso del paciente y, de este modo, conocer los segmentos venosos que hay que tratar y de qué modo.
En cuanto al tratamiento de las varices, la modalidad quirúrgica consiste en la extirpación de los segmentos venosos dilatados y los troncos venosos de los que dependen. Si bien ofrece buenos resultados, es una técnica agresiva que requiere ingreso, la realización de incisiones, el uso de anestesia regional o general, existe la posibilidad de lesión del nervio safeno interno o sural, etc. Todo ello conlleva un período de recuperación postoperatoria de aproximadamente 6 semanas, durante las cuales no se pueden realizar las actividades de la vida cotidiana.
La esclerosis con microespuma
Por el contrario, la esclerosis con microespuma es el método menos invasivo para la eliminación de las varices. Consiste en la inyección de un agente esclerosante en el interior de los segmentos venosos dilatados a lo largo de un número variable de sesiones. Es una técnica ambulatoria, no requiere anestesia y no precisa recuperación, de modo que se pueden llevar a cabo las actividades habituales (trabajo, deporte, ocio, etc.), desde el mismo momento de finalizar cada sesión. La microespuma es eficaz en todo tipo de varices, pero es particularmente útil en aquellas de cierto calibre.
Cuando encontramos una insuficiencia de la safena interna o externa, es aún mejor el uso del dispositivo Clarivein, que es un método más rápido y eficaz de administrar la microespuma. Consiste en la introducción de un catéter muy fino en el interior del tronco venoso del que dependen las varices, para posteriormente ir retirándolo. En esa retirada el catéter gira a gran velocidad y expulsa microespuma en el interior de la vena. La combinación del efecto mecánico de la rotación del catéter con el químico de la microespuma potencian su efecto al máximo y consiguen la esclerosis de un tronco venoso principal en una sola sesión. Por supuesto es un tratamiento ambulatorio y tampoco requiere período de recuperación.
En definitiva, el tratamiento de cada paciente debe ser personalizado y dirigido a la eliminación de las varices pero, sobre todo, a la resolución del transtorno circulatorio asociado, que es lo más importante. Para conseguir los mejores resultados es fundamental acudir a un Cirujano Vascular con experiencia, puesto que es el especialista que conoce todas las modalidades terapéuticas y es quien mejor va a poder aconsejar el tratamiento más idóneo.