¿Cuál debería ser el abordaje integral de las varices?
En primer lugar hay que recordar que las varices son una patología muy frecuente. Se calcula que un tercio de la población tiene algún grado de insuficiencia venosa.
La mayor parte de las consultas son motivadas por el aspecto estético de las varices. Sin embargo, las varices son el reflejo de un problema circulatorio. Hay una lesión de las válvulas venosas que impide el correcto retorno de la sangre de las piernas hacia el corazón.
Las varices pueden ser asintomáticas durante años. No obstante, lo más habitual es que produzcan dolor, cansancio, pesadez, picor, etc. Pueden presentar incluso complicaciones. Las más frecuentes son las flebitis o las hemorragias. Aunque no haya síntomas, el problema circulatorio existe y las dificultades son posibles.
No hay una sola causa para la aparición de varices. Por ello, es imprescindible una consulta con un especialista en Cirugía Vascular para decidir cuál es el mejor tratamiento en cada caso. No son lo mismo las pequeñas “arañitas vasculares”, que las varices de cierto calibre. Del mismo modo, es especialmente importante el estado de los ejes safenos, cuya afectación sólo se puede constatar a través de la realización de una ecografía/Doppler venosa en color.
Una vez que se ha llegado a un diagnóstico hay dos formas de tratar las varices.
El abordaje quirúrgico de las mismas supone su extirpación. Requiere anestesia raquídea o general, la realización de incisiones y, dado que es un tratamiento relativamente agresivo, implica la necesidad de un período de recuperación de aproximadamente 6 semanas.
La esclerosis con microespuma
La alternativa es la esclerosis con microespuma, que supone la inyección de un agente esclerosante en el interior de las varices. Ello produce su cierre y conduce a su desaparición paulatina. Requiere un número variable de sesiones en función del calibre de las varices, su número, etc.
Cuando en la Consulta se aprecia insuficiencia de la safena interna y/o externa, la forma más rápida y eficaz de administrar la microespuma es el catéter Clarivein. Se usa un agente esclerosante similar. Pero se introduce la microespuma a través de un catéter, que gira dentro de la vena a gran velocidad. Se combina el efecto químico de la esclerosis con el mecánico de la rotación del catéter, y ello permite eliminar un eje safeno insuficiente en una sola sesión. Posteriormente, habrá que tratar las colaterales permeables a través de sesiones de microespuma.
En cualquiera de estos dos casos, no se requiere anestesia (o sólo local), no hace falta ingreso, ni existe período de recuperación. El paciente puede incorporarse a sus actividades habituales nada más finalizar el tratamiento.
En definitiva, la microespuma ofrece unos resultados similares al tratamiento quirúrgico, pero con una agresividad mucho menor y sin tener que interrumpir las actividades habituales del paciente.