Los cambios adaptativos temporales que tienen lugar como consecuencia de un estado fisiológico en la mujer embarazada son ampliamente estudiados y evaluados. El órgano de la vista no queda exento de sufrir esa influencia, pudiendo presentar alteraciones fisiológicas y otras consideradas patológicas, tanto reversibles como irreversibles.
Podemos encontrar los siguientes cambios oftalmológicos fisiológicos:
1. Disminución de la presión intraocular debido a la mayor facilidad de drenaje a través de la vía úveoescleral, por disminución de la presión venosa.
2. Córnea: disminución de la sensibiliad, aumento del grosor y aparición del Huso de Krukemberg.
3. Cambios de refracción y acomodación.
4. Gránulos en venas subconjuntivales.
5. Hipermelanosis palpebral o cloasma.
6. Alteraciones en la película lagrimal,
disminución de la tolerancia a las lentes de contacto.
La miopía y la retinopatía son las alteraciones oculares más comunes que pueden presentar las gestantes. Seguidas de otros trastornos como el glaucoma y el desprendimiento de retina pasado.
¿Qué actuaciones e intervenciones son la más correctas para este tipo de alteraciones durante el embarazo y el parto?
La evidencia científica pone de manifiesto que la miopía y el desprendimiento de retina, anteriores a la gestación, se ven influenciados durante el embarazo principalmente en pacientes con factores de riesgo asociados.
• En el caso concreto de la miopía principalmente por el edema corneal.
• En el desprendimiento de retina por preeclampsia (como factor de riesgo más importante) y la alta miopía.
Tras realizar una revisión bibliográfica del estado actual del conocimiento científico
sobre la actuación ante mujeres embarazadas con patología oftalmológica durante el proceso del parto, se han extraído las siguientes conclusiones:
• La única indicación clara para la cesárea es la presencia de neovascularización coroidea, especialmente cuando se prolonga la segunda etapa del parto, pudiendo causar un sangrado sub-retiniano con afectación macular, con la consiguiente deficiencia visual.
• El contacto prolongado y la intensificación de la maniobra de Válsala (pujos materno en apnea) en retinopatía diabética proliferativa activa puede ser indicación también de cesárea, según la Academia Americana de Oftalmología.
• El glaucoma asociado con cambios en el campo visual es indicación para valoración de cesárea.
• La literatura no ofrece ninguna prueba de que la alta miopía y la cirugía de la retina anterior aumentan el riesgo de desprendimiento de retina durante el parto vaginal, por otra parte se recomienda el empleo de epidural en este proceso.
• El manejo de estas pacientes se basa principalmente en un control tanto obstétrico como oftalmológico periódico, para la detección precoz de cualquier complicación. La finalización del parto puede ser por vía vaginal, siempre y cuando no exista otra indicación obstétrica que condicione la realización de cesárea, con un interés especial en el descenso pasivo del periodo del expulsivo y evitar los periodos prolongados de pujos excesivos.
• Se necesitan estudios que profundicen en este tema para el establecimiento de protocolos de actuación ante estas situaciones, que unifiquen la actuación de los profesionales de la salud encargados del cuidado de las mujeres en esta etapa.