La halitosis se define como el olor desagradable que procede del aliento de una persona y que proviene de la boca, cavidad nasal, senos o faringe. Es la tercera causa de consulta al dentista. Su presencia en la población ronda entre un 20 y 40%, es muy variable al no haber criterios diagnósticos que la definan.
Su presencia se relaciona con la descomposición de partículas de alimentos, células, sangre y algunos componentes de la saliva junto con un aumento de bacterias que dan lugar a la emisión de derivados sulfúricos volátiles y otros gases.
Las causas más frecuentes se deben a trastornos de la cavidad oral, sobre todo a una higiene oral deficiente, la enfermedad crónica periodontal y la gingivitis. Hay otras causas como enfermedades respiratorias, otorrinolaringológicas y digestivas, así como fármacos que pueden estar implicados.
Para confirmar que un paciente presenta halitosis, en primer lugar, un miembro de la familia o un amigo ha de afirmar su presencia. Posteriormente, en ocasiones, puede objetivarse y para ello se dispone de los siguientes métodos:
1. Características organolépticas determinadas por un observador externo: consiste en la percepción del aliento por parte de un examinador que puntúa en una escala de 0 a 5. Se realiza en dos o tres días diferentes para conseguir un diagnóstico más preciso y en ocasiones es necesario un control por parte de otro examinador. Debe evitarse comer, beber y mascar chicles 2 horas antes de la cita, así como fumar e ingerir cebolla, ajo o comidas especiadas en las 24 horas previas. Tampoco usar lápiz de labios con olor, aftershave o perfumes el día del estudio y no debe realizarse si el paciente está tomando antibióticos en los 21 días previos a la visita. Aunque este procedimiento es altamente subjetivo, es el más utilizado, porque si se realiza por profesionales expertos los resultados son equiparables al monitor portátil de sulfuro.
2. Monitor portátil de sulfuro (Halimeter y OralChroma): analiza el contenido total de sulfuro en aire expirado. La medida se correlaciona con el diagnóstico clínico, el grado de lengua saburral y la profundidad de la bolsa gingival. El Halimeter solo sería útil para detectar halitosis de origen oral. El médico determinará si es preciso realizar esta prueba.
Una vez confirmada la halitosis, es preciso determinar su origen mediante una historia clínica orientada a conocer las características organolépticas de este síntoma, consumo de alimentos, fármacos o sustancias implicadas en su etiología, higiene dental o presencia de enfermedades sistémicas y psiquiátricas relacionadas con ella. No existen datos de laboratorio o pruebas complementarias específicas, salvo las relacionadas con las enfermedades que la provocan
¿Cuál es su tratamiento?
Para el tratamiento de la halitosis, dado que fundamentalmente su causa es en relación a patología oral, se podría valorar los siguientes aspectos:
1. Mantener una buena higiene y salud dental. Realizar una dieta rica en frutas frescas y verdura, prescindiendo al máximo de grasas y carne. Evitar alimentos que favorecen el mal aliento, como cebollas, ajos y bebidas alcohólicas. Abstenerse del tabaco.
2. Reducción mecánica de microorganismos. Sería el primer paso para el control de la halitosis. Utilizar diariamente el hilo dental en los espacios interdentales más cerrados y los cepillos interdentales en los espacios más abiertos (el cepillo de dientes no es capaz de eliminar la placa bacteriana ni restos de alimentos de los espacios interdentales).
También es necesario el cepillado con pasta fluorada al menos dos veces al día, incluyendo el dorso de la lengua y el paladar.
Los raspadores linguales en lenguas blanquecinas o que se descaman con facilidad han demostrado mayor eficacia que el cepillo de dientes. Por otro lado, personas que porten dentaduras postizas y materiales protésicos han de retirárselos y deben lavarse una vez al día.
3. Revisiones periódicas por el odontólogo, al menos cada seis meses.
4. Reducción química de microorganismos.Los colutorios que contienen clorhexidina (CHD) y cloruro de cetilpiridinio (CC) reducen los niveles de halitosis relacionados con el crecimiento bacteriano en la lengua y los que contienen dióxido de cloro (DC) y zinc (Z) neutralizan mejor los componentes volátiles de sulfuro. Los colutorios que contienen CHD + CC + Z y los que contienen cloruro de Z + CC son los que disponen de mayor evidencia de eficacia. Los colutorios de clorhexidina cuya concentración está entre 0,12%y 0,2% producen decoloración de los dientes, sabor metálico y descamación, por lo que no es aconsejable su uso a largo plazo. El mejor momento para usarlos es por la noche, ya que los restos del producto quedan en la boca, que es cuando la actividad bacteriana es mayor y el flujo de saliva menor. Deben mantenerse en la boca durante 30 segundos.
5. Agentes que enmascaran la halitosis: sprays, pastas dentales y chicles con productos similares a los colutorios y aceite mentolado, pueden tener efecto a corto plazo.
Además de todas estas medidas, cuando se detecten causas orales o extraorales específicas, el tratamiento debe orientarse hacia su manejo.
En los casos de halitosis refractaria, puede estar indicada la realización de pruebas diagnósticas para la detección del Helicobacter pylori, ya que se ha observado una clara correlación entre ambos, y si se confirma la presencia del germen, proceder a la terapia de erradicación.