Parálisis Facial Periférica


Patricia Regalado Martín. MIR ORL en CHN. Almudena Rodríguez de la Fuente. MIR ORL en CHN. Ignacio Arruti González. Jefe de Sección ORL en CHN

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Entidad que consiste en la pérdida de movilidad de los músculos de un lado de la cara.

Tipos

• Parálisis facial idiopáticas o de Bell
También denominada “a frigore” o esencial. Es la más frecuente, se instaura en pocas horas y es unilateral en el 99% de los casos. Se desconoce su causa. La mayoría de los estudios lo relaciona con una infección vírica que inflama el nervio facial.
Se da por igual en ambos sexos. Puede producirse a cualquier edad, pero es menos común antes de los 6 años de edad y después de los 60 años.
En Europa se dan entre 11,5 y 18,5 casos por cada 100.000 habitantes/año.
Recidiva solo en el 7% de los casos.
Existe algún caso de herencia familiar aunque son poco frecuentes. Uno de ellos es el síndrome de Melkersson Rosenthal: asocia edema hemifacial, lengua agrietada y parálisis facial recidivante.

• Parálisis faciales primarias
Enfermedad de Ramsay Hunt: parálisis facial + vesículas en pabellón auricular + otalgia. Está causada por el virus herpes zóster. Puede asociar parálisis de otros nervios, vértigo o hipoacusia.
Tumores del VII par craneal (nervio facial): es muy infrecuente.

• Parálisis faciales secundarias
Infecciones óticas, traumatismos, tumores extrafaciales y otras causas poco frecuentes.
En el niño destacan las congénitas, por lesión perinatal y las adquiridas postnatales.

Clínica

Pérdida de la motilidad facial, en ocasiones acompañada de sequedad ocular, hiperacusia y/o alteración del gusto.
En las periféricas se afecta toda una hemicara y en las centrales sólo los 2/3 inferiores.
Puede haber hipo o hipersecreción lagrimal o de las glándulas submaxilares, dolor en la zona periauricular y occipital.

• Grados según House-Brackmann (1983)
Grado I: función normal en todos los territorios.
Grado II: disfunción leve. Ligera o leve debilidad de la musculatura, apreciable tan sólo en la inspección meticulosa. En reposo simetría normal.
Grado III: disfunción moderada. Diferencia clara entre ambos lados sin ser desfigurante. Incompetencia para el cierre palpebral completo; hay movimiento de región frontal, asimetría de la comisura bucal en movimientos máximos.
Grado IV: disfunción moderadamente severa. Debilidad y/o asimetría desfiguradora; imposibilidad para cerrar el ojo totalmente.
Grado V: disfunción severa. Tan sólo ligera actividad motora perceptible. En reposo asimetría.
Grado VI: parálisis total. No hay movimiento facial. Pérdida total del tono.

Diagnóstico

Es clínico y se apoyará en pruebas complementarias para identificar el nivel y grado de la lesión y así fijar un pronóstico evolutivo.
Pruebas para la localización de la lesión:
• Exploración de la secreción lacrimal: Test de Schirmer.
• Exploración del reflejo estapedial: se utiliza un impedanciómetro
• Pruebas radiológicas: indicadas en casos de clínica dudosa, formas recidivantes, evolución progresiva, sospechas malformativas o traumáticas. La primera prueba a realizar sería un TAC. La RMN con contraste de gadolinio nos ayuda en las formas tumorales y en la objetivación del edema del nervio facial.
Test electrofisiológicos. Electroneuronografía (ENOG): Es la prueba pronóstica principal. Es cuantitativo, objetivo y precoz. Siendo objetivo a los 10 días de evolución de la parálisis facial. Ayuda a establecer una indicación quirúrgica.

Análisis sanguíneos. En formas idiopáticas para detectar virus herpes, HIV y Borrelia.

Tratamiento

Nos centraremos en el tratamiento de la parálisis facial idiopática.
• Tratamiento médico: lo más aceptado es el uso de corticoides + antivirales por vía oral basándose en la teoría de que la parálisis de Bell es una afectación vírica del nervio.
Tratamientos preventivos de secuelas oculares: para evitar úlceras cornéales se debe indicar el uso de lágrimas artificiales, gafas protectoras y oclusión ocular con pomadas lubricantes durante el sueño.
• Tratamiento rehabilitador: consiste en la realización de ejercicios específicos y masajes faciales.
• Tratamiento quirúrgico: la descompresión del nervio facial es un tema controvertido.
En ocasiones, puede ser necesaria la cirugía plástica reconstructiva para reducir deformidades y corregir algunos daños tales como un párpado que no cierre completamente o una sonrisa torcida.

Pronóstico

Es generalmente bueno. La mejoría es gradual. La mayoría comienza a mejorar en las 2 primeras semanas y regresan a su función normal en los primeros 3-6 meses.
No obstante un 25% de los pacientes mantienen algún tipo de secuela.

Conclusión

Las parálisis faciales son cuadros relativamente frecuentes que suelen evolucionar satisfactoriamente.
En su control pueden estar involucrados especialistas en otorrinolaringología, neurólogos, neurofisiólogos, rehabilitadores y cirujanos plásticos.
Se debe acudir al médico al notarse los primeros síntomas porque a veces su origen podría ser un accidente cerebrovascular.