La incontinencia de esfuerzo ocurre cuando una actividad física o movimiento (toser, estornudar, correr o levantar objetos pesados) hace presión (esfuerzo) sobre la vejiga. La incontinencia de esfuerzo no está relacionada con el estrés psicológico, pero sí con los partos múltiples, obesidad, estreñimiento o la práctica de actividades de alto impacto.
Es un importante problema psicosocial, que afecta en mayor medida a mujeres que a hombres (75% frente al 25%). Generalmente, las personas que sufren incontinencia esperan entre 4 y 6 años hasta acudir a un profesional sanitario para tratar su afección. Nada menos que 1 de cada 3 mujeres experimentará el algún momento un trastorno del suelo pélvico como la incontinencia urinaria de esfuerzo. La prevalencia aumenta con la edad.
Causas de la incontinencia urinaria de esfuerzo
La incontinencia de esfuerzo se produce cuando los músculos y otros tejidos que sostienen la vejiga (músculos del suelo pélvico) y los músculos que regulan la liberación de la orina (esfínter urinario) se debilitan.
Entre estas circunstancias se pueden destacar las siguientes: Partos múltiples, menopausia, sobrepeso, cirugía abdominal y/o genital, deportes de alto impacto, etc…
Tratamiento fisioterápico
1. Fortalece tu suelo pélvico. Ejercicios de Kegel. Son contracciones de la musculatura del suelo pélvico realizadas a diferentes ritmos e intensidades. Consisten en contraer el esfínter como si quisiéramos interrumpir la micción durante unos segundos o evitar que se nos escape un gas. Se realizan 3 o 4 series, de unas 20-25 contracciones seguidas. Con esta técnica, no se ven los resultados hasta transcurridas aproximadamente 8-12 semanas. Se pueden hacer en cualquier momento y postura.
2. Bolas “chinas”. Por lo general son dos bolas, unidas por un cordón, y en cuyo interior tienen otra bola más pequeña que con el movimiento provoca que la musculatura se contraiga y así fortalecer el suelo pélvico. Se introduce en la vagina (en el mismo lugar de los tampones). Importante estar en movimiento cuando están colocadas y, sobre todo, es importante tener la suficiente fuerza en nuestra musculatura para aguantar el peso de la bola (de lo contrario su uso estaría contraindicado).
3. Otras medidas recomendadas:
• Postura correcta de defecación: piernas en flexión sobre un pequeño taburete, haremos la fuerza al echar el aire (como si estuviésemos hinchando un globo).
• Higiene postural al levantar pesos.
• Si tienes sobrepeso, pierde esos kilos de más para reducir la presión general sobre la vejiga.
• Agrega fibra a tu dieta para evitar el estreñimiento y el consecuente aumento de presión intraabdominal a la hora de acudir al baño.
• Evita comidas y bebidas que puedan irritar la vejiga: té, café, bebidas gasificadas, alcohol, tomate, alguna fruta ácida, grasas (aunque si la incontinencia no es mixta no está demostrado que sea efectivo).
• No fumes. La tos agrava tu problema.
• Evita deportes de alto impacto.
4. Estrategias “caseras”:
• Lleva en el bolso (al principio) una muda, compresas.
• Familiarízate con los baños disponibles en tu destino.
• Cuida bien tu piel para evitar irritaciones o infecciones.
• Reeducación vesical. Modificación de hábitos miccionales.
• Habla con tu pareja del problema, te ayudará a afrontarlo mejor. Tener orgasmos es la mayor contracción involuntaria que podemos provocar a nivel del suelo pélvico.
Si después de unos meses realizando los ejercicios y recomendaciones tu problema sigue igual, consulta con tu fisioterapeuta de confianza.