Una persona que se ha sometido a una intervención quirúrgica de un cáncer colorrectal con frecuencia implica la pérdida de la funcionalidad del intestino y como consecuencia la realización de un estoma en la pared abdominal abocando el intestino a la misma.
Este cambio supone para la persona una alteración en su imagen y en la concepción que tiene de uno mismo. La apdaptación del paciente a esta nueva situación dependerá del grado de aceptación, de su entorno, de la ausencia de complicaciones y del aprendizaje en el manejo del estoma. Todo lo anterior supondrá un duelo por la pérdida de una función y un cambio en su imagen que necesitará un periodo de adaptación y afrontamiento.
El proceso de iniciará ya en el ámbito hospitalario con ayuda de los profesionales que explicarán y orientarán en dicho proceso. El cual deberá ser paulatino para que el paciente asimile la información poco a poco y se le puedan ir resolviendo todas las dudas.
Los hábitos higiénicos, la alimentación, la forma de vestir, el ocio, la sexualidad, la vida laboral y social sufren cambios que la persona ostomizada deberá aprender y asimilar.
Supone un afrontamiento y una adaptación a la nueva vida, donde será imprescindible el acompañamiento y la ayuda de familiares y profesionales de la salud.
Restablecer el equilibrio perdido es la finalidad que necesitará el esfuerzo del paciente. El apoyo psicológico también será fundamental en estos pacientes, ya que es habitual los episodios de ansiedad y depresión que suelen acompañar estas circunstancias. El soporte del entorno familiar será imprescindible, así como la búsqueda de información y soporte en asociaciones y profesionales.
Hablar y compartir experiencias y situaciones con pacientes en la misma situación les ayudará a mantener una vida social activa.
AUTORES
Esmeralda Lobera Salvatierra, Belén Mongío Pardo, Nieves Otín Guarga y Lucía Rivarés Garasa. Enfermeras del Hospital General San Jorge de Huesca