Oxigenoterapia


María Fuster Cabré, Miriam Ruiz de la Cuesta López, Helena Camino Ferró, Lucía Vilella Llop, Isabel Mainar Gil, Guillermo Samuel Loscertales Vacas Y Santiago Ezquerro Sáenz

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La oxigenoterapia es un tratamiento que consiste en la administración de oxígeno a un paciente, en concentraciones variables, con objetivo de mantener una adecuada concentración de oxígeno en la sangre. En el caso de un paciente grave, se utiliza como una medida de soporte vital.

¿Qué función tiene el oxígeno en nuestro cuerpo?

El objetivo de la oxigenoterapia es garantizar que los diferentes tejidos del organismo reciban una cantidad adecuada de oxígeno, para así poder realizar sus funciones específicas. La baja concentración de oxígeno en sangre se denomina hipoxemia. El estado en que los tejidos no reciben suficiente cantidad de oxígeno para funcionar de forma adecuada se denomina hipoxia. En este estado en que los órganos no pueden funcionar de forma adecuada, puede llegar a estar en riesgo la vida del paciente.
La hemoglobina es la molécula encargada de transportar la mayor parte del oxígeno por la sangre hasta los distintos órganos del cuerpo, por lo que su presencia también tiene gran importancia.

¿Cuáles son las situaciones en que se utiliza el tratamiento con oxígeno?

La principal indicación de la oxigenoterapia es la insuficiencia respiratoria, que es la disminución la concentración de oxígeno en la sangre por debajo de niveles adecuados para el paciente. En algunos casos de insuficiencia respiratoria, el cuerpo tampoco es capaz de eliminar el CO2, que habitualmente es un producto de desecho que nuestro organismo elimina, y al acumularse puede resultar tóxico.
La insuficiencia respiratoria puede ser aguda o crónica. La insuficiencia respiratoria aguda ocurre cuando la causa es una enfermedad de instauración más o menos rápida que afecta habitualmente a los pulmones, impidiendo que oxigenen la sangre de forma correcta. Por ejemplo, una infección respiratoria, como la causada por el SARS-CoV2.
En el caso de la insuficiencia respiratoria crónica, el proceso por el que los pulmones fallan en su función se desarrolla a lo largo de más tiempo, incluso años. Un ejemplo es la causada por la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

¿Qué formas de administración de oxígeno existen?

Mediante los distintos sistemas, podremos ir variando el porcentaje de oxígeno que vamos a aportar al paciente, según su estado de insuficiencia respiratoria.
1. Sistemas de bajo flujo:
• Gafas nasales (cánulas nasales): Es el sistema más frecuentemente utilizado por su sencillez y comodidad para el paciente. Se aplica directamente en la nariz, por donde el paciente inspira el oxígeno, mezclado con aire ambiente. Como problema, al mezclarse el oxígeno con el aire ambiente, la concentración máxima de oxígeno que aporta no es muy alta.
• Mascarilla con reservorio: Es una mascarilla facial unida a una bolsa reservorio. Es el sistema de mascarilla que aporta la mayor concentración de oxígeno.

2. Sistemas de alto flujo:
• Mascarilla Venturi (ventimask): Es un tipo de mascarilla que mezcla oxígeno con aire ambiente, consiguiendo una concentración de oxígeno concreta, que podemos ir variando según la necesidad del paciente.
• Cánulas de alto flujo: Es un sistema de cánulas nasales que aporta mayor concentración de oxígeno al paciente, con mayor flujo de aire que los sistemas descritos previamente. El gas en este caso está humidificado y a una temperatura similar a la del organismo, lo que hace que sea menos incómodo y más tolerable que otros sistemas.

En un paciente con insuficiencia respiratoria grave, puede que con ninguno de estos sistemas consigamos la concentración necesaria de oxígeno en la sangre para oxigenar adecuadamente los tejidos. En este caso, será necesario plantear otros tipos de soporte respiratorio, como la ventilación mecánica. Es decir, puede que sea necesario ayudar a sus pulmones mediante un respirador. En este caso, será necesario mantener al paciente sedado mediante la administración continua de fármacos sedantes. La conexión del paciente al respirador será mediante un tubo orotraqueal (llega desde la boca del paciente a su tráquea), que permitirá al respirador administrar el tratamiento directamente a la vía respiratoria.
En este caso hablaremos de insuficiencia respiratoria grave, y el paciente será tratado siempre en una Unidad de Cuidados Intensivos.

¿Cómo comprobamos si el tratamiento es efectivo?

Es importante conocer la concentración de oxígeno en la sangre, para comprobar la efectividad del tratamiento con oxígeno.
La pulsioximetría es el método más cómodo y menos invasivo. Consiste en un sistema en forma de pinza que se suele colocar en el dedo, con el que podemos medir el oxígeno que transporta la hemoglobina en la sangre mediante un sistema de fotodetección.
Otro método más preciso, aunque también más invasivo es la determinación exacta de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre mediante una analítica (gasometría).
Es importante valorar la concentración de oxígeno sanguíneo siempre con respecto a la cantidad de oxígeno que estamos aportando al paciente, para así poder ajustar el tratamiento que le administramos.

¿Puede el tratamiento con oxígeno tener complicaciones?

Hay que tener en cuenta que el oxígeno a altas concentraciones puede llegar a ser tóxico, por lo que es muy importante la monitorización de los niveles de oxígeno.
En casos de insuficiencia respiratoria crónica es especialmente importante esta medición de niveles de oxigenación, ya que una alta concentración de oxígeno puede llegar a inhibir el centro respiratorio de estos pacientes.
El aporte de oxígeno sin humidificar puede causar sequedad e irritación de las mucosas nasal y bucal.

AUTORES

María Fuster Cabré y Miriam Ruiz de la Cuesta López. Adjuntas de Medicina Intensiva del Hospital San Pedro de Logroño.
Helena Camino Ferró, Lucía Vilella Llop e Isabel Mainar Gil. MIR de Medicina Intensiva del Hospital San Pedro de Logroño.
Guillermo Samuel Loscertales Vacas. MIR Neumología Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
Santiago Ezquerro Sáenz. Adjunto de Urología del Hospital San Pedro de Logroño