Recientemente la Federación Iberoamericana de Agrupaciones y Colegios de Psicología ha publicado un documento titulado, Política sobre Riesgos Psicosociales y voy a resumir los aspectos más destacados del mismo.
La organización Mundial de la Salud (OMS) define un lugar de trabajo saludable como un entorno donde todos los miembros de la organización colaboran para promover la salud, la seguridad y el bienestar común, así como la sostenibilidad del lugar de trabajo.
Por lo general, el trabajo tiene un impacto positivo en la salud física y psicológica, sin embargo, también puede tener efectos adversos. Los riesgos psicosociales (RP) y sus impactos en la salud psicológica no solo tienen un coste humano enorme, sino también un impacto inmenso en la sociedad y la economía.
¿Qué son los riesgos psicosociales?
Los riesgos psicosociales surgen de una mala concepción, organización y gestión del trabajo, así como de un contexto social deficiente del trabajo, y pueden entrañar resultados psicológicos, físicos y sociales negativos.
Algunos ejemplos de condiciones de trabajo que conllevan riesgos psicosociales son:
• cargas de trabajo excesivas;
• exigencias contradictorias y falta de claridad de las funciones;
• falta de participación en la toma de decisiones que afectan al trabajador;
• falta de influencia en la manera de realizar el trabajo;
• cambios organizativos mal gestionados;
• precariedad laboral;
• comunicación ineficaz;
• falta de apoyo por parte de la dirección o de los compañeros;
• acoso psicológico y sexual; y
• clientes, pacientes, alumnos, etc. difíciles.
Los trabajadores pueden experimentar estrés y problemas de salud mental asociados, como el agotamiento, la ansiedad, la depresión e incluso las intenciones suicidas. Los trabajadores que sufren estrés prolongado pueden llegar a desarrollar graves problemas de salud física, como enfermedades cardiovasculares o trastornos musculoesqueléticos.
Todo esto tiene, además, efectos negativos para la organización. Los efectos negativos incluyen un bajo rendimiento general de la empresa, un aumento del absentismo y el presentismo (trabajadores que acuden al trabajo cuando están enfermos y no pueden funcionar eficazmente), una mayor rotación, así como un aumento de los índices de accidentes y lesiones. Las ausencias relacionadas con la salud mental tienden a ser más largas que las derivadas de otras causas, y los factores de riesgo relacionados con el trabajo son un elemento importante que contribuye al aumento de las tasas de jubilación anticipada.
Una vez aclarado que son los riesgos psicosociales, quiero exponer lo que viene a decir el informe.
El informe resume lo siguiente:
Aproximadamente el 40 por ciento de los trabajadores experimenta sobrecarga laboral y el 25% experimenta estrés ocupacional. El 11,5 por ciento de los trabajadores en Europa y el 19,5 por ciento de los trabajadores en América Latina y el Caribe trabajan más de 48 horas semanales. Una proporción significativa de trabajadores trabaja más de 50 horas semanales El coste total de los problemas de Salud Mental en el trabajo representa al menos el 4 por ciento del PIB en los países industrializados, lo que equivale a aproximadamente 600 mil millones de euros. Solamente 2 de cada 10 empresas informan sobre cómo prevenir los riesgos psicosociales. Promover la Salud Psicológica en el lugar de trabajo puede resultar en ahorros del 30% en los costes asociados con respecto al absentismo laboral y el presentismo.
Las conclusiones que yo saco de estos datos, son las siguientes:
Que no se presta la debida atención a los riesgos psicosociales de las organizaciones. Hay una falta de atención y tratamiento adecuado de estos temas, tanto en Europa como en América Latina.
Creo que somos cortoplacistas en nuestra forma de ver el mundo y solo nos fijamos en las consecuencias y los resultados directos de todo lo que hacemos. Pero a la vista de lo que muestran los datos y si nos fijamos también en lo económico, parece que a la larga las organizaciones y la sociedad en general se ahorrarían bastante si se hicieran las cosas bien.
El informe también hace algunas recomendaciones, recomendaciones para la acción, que serían las siguientes:
• Abogar por el marco legal: Asegurando que la salud laboral abarque la salud en su totalidad, tanto física como psicológica. Y que la legislación haga obligatoria la evaluación y la realización de planes de prevención de los Riesgos Psicosociales.
• Aumentar la presencia de psicólogos en las organizaciones. Promoviendo la ampliación del número de psicólogos que desarrollan su práctica profesional en las organizaciones, contribuyendo a la creación de entornos laborales que prevengan el estrés laboral y otros riesgos psicosociales y promuevan el bienestar y la salud psicológica. Incluyendo también a los psicólogos en los procesos de elaboración de informes de sostenibilidad empresarial y certificaciones.
• Desarrollar el liderazgo.
• Aumentar la alfabetización en salud mental en el lugar de trabajo.
• Reducir el estigma y la discriminación, promoviendo, por ejemplo, una cultura de tolerancia cero frente a situaciones de violencia laboral.
• Valorar el Factor Humano.
Considero que las recomendaciones que se hacen en este informe son una clara llamada a la acción de todos y todas las personas que estamos implicadas en esto.
También viene a remarcar, (en el segundo punto), la importancia que tiene la figura y el papel del psicólogo en todas las organizaciones, y su necesaria presencia, para ayudar a éstas en la creación y fomento de unas organizaciones saludables.
El psicólogo como profesional, puede contribuir con su trabajo y sus conocimientos científicos a la promoción y creación de entornos laborales saludables.
Aunque los riesgos psicosociales y sus consecuencias pueden ser difíciles de atajar en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo creo que disponemos actualmente de las herramientas y los conocimientos necesarios para ponernos en acción y prevenir todo esto. Teniendo en cuenta los efectos perjudiciales que tienen tanto en la salud individual como en la propia eficiencia de las organizaciones.
Un buen entorno psicosocial propicia el buen rendimiento y el desarrollo personal, así como el bienestar mental y físico de los trabajadores.