Otoemisiones acústicas en el período neonatal


Sonia Santafé López, Andrea García Fernández, Sara Sasal Pérez, Paola Gómez Ruiz, Irene Baniandres Rodriguez, Silvia Rufa Luis y Guillermo Cabrero Pérez .

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La hipoacusia se define como la disminución de la percepción auditiva, produciéndose dificultad o imposibilidad para oír correctamente.

La detección y rehabilitación precoz de las hipoacusias es un aspecto fundamental para el desarrollo lingüístico y comunicativo, de las capacidades cognitivas y emocionales de los niños, así como en la integración escolar, social y laboral futura.

El objetivo consiste en la detección precoz de los trastornos congénitos de la audición en el recién nacido, fundamental para el pronóstico y su calidad de vida, y así permitir un tratamiento y rehabilitación dentro de los primeros seis meses de vida.

Para ello hay que realizar un screening de cuatro fases, dónde la primera fase se realiza mediante la utilización de las Otoemisiones Acústicas (OEA). En 1978, Kemp demostró que el oído humano era capaz de producir sonido en respuesta a estimulaciones acústicas. La prueba se basa en que las células de la cóclea, el órgano de la audición que se encuentra en el oído interno, se generan unos pequeños sonidos (las otoemisiones acústicas), al ser estimuladas con un ruido y pueden ser captados mediante un micrófono colocado en el conducto auditivo externo.

Más del 50% de las hipoacusias congénitas son de origen genético, por ello antes de la realización de este screening, se pregunta a los padres por sus antecedentes familiares por si hubiera consanguinidad en padres o abuelos, en menores de 30 años etc.

La prueba es inofensiva, no precisa preparación especial en el recién nacido y se realiza de manera sencilla. El neonato tiene que estar tranquilo y relajado. No debe tener acumulación de cera, ni presentar líquido o cuerpo extraño, ni infección,… porque estas condiciones alterarían los resultados.

Se aplica un pequeño micrófono en el conducto auditivo externo del niño que, en pocos minutos y sin molestias, estimula el oído y registra los ruidos que produce al transmitirse el sonido (las llamadas otoemisiones acústicas).

La prueba hay que realizarla después de las primeras 24 horas de vida del recién nacido y antes del alta.

Descripción del procedimiento

– Identificación correcta del recién nacido.

– Informar a los padres en qué consiste la prueba y preguntar por los antecedentes familiares.

– Elegir el tamaño adecuado de la almohadilla auricular, de manera que el oído quede completamente ocluido pero sin dañar al neonato.

– Realizar la OEA en ambos oídos. Seleccionar en el aparato el oído en que se va a realizar la prueba e introducir el auricular.

– Si hay interferencias o no se está realizando bien, el aparato avisará. Se deberá recolocar la sonda hasta que vuelva a dar señal correcta.

– Cuando está bien colocado, el aparato emite un sonido suave. La respuesta recibida se analiza y procesa dando un resultado al momento: PASA/ NO PASA/ INSUFICIENTE.

– Si se detecta la presencia de OEA en ambos oídos se considera “positivo” y se le da el alta al recién nacido. Por el contrario, si el resultado es “negativo/dudoso” habrá que realizar el screening de nuevo al día siguiente si no ha sido dado de alta en el servicio.

– Si durante el ingreso no supera la prueba, se citará en la consulta para realizar el screening de nuevo aproximadamente entre una semana y un mes después. Si en esta ocasión sale “positivo” se le da el alta; pero si vuelve a salir “negativo/dudoso” o “con factores de riesgo” habrá que pasar a la segunda fase del screening auditivo (realización de los potenciales evocados auditivos).

– Anotar los resultados en la historia clínica del recién nacido y en el Documento de Salud Infantil.

Es importante transmitir a las familias que el resultado positivo de la prueba no garantiza que el niño no sufra una hipoacusia permanente subclínica o que la desarrolle más adelante.

AUTORES

– Sonia Santafé López. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Medicina Interna.

– Andrea García Fernández. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Cirugía General.

– Sara Sasal Pérez. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Cirugía General.

– Paola Gómez Ruiz. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Cirugía General.

– Irene Baniandres Rodriguez. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Cirugía General.

– Silvia Rufa Luis. Enfermera del Hospital San Jorge Huesca en planta de Cirugía General.

– Guillermo Cabrero Pérez. Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en Hospital Sagrado Corazón de Jesús.